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Huracanes

  • El Comité de Huracanes examina la temporada récord de 2020 y debate los planes para 2021

    7 - 9 minutos Ginebra, 15 de marzo de 2021 (OMM) - En la reunión anual del Comité de Huracanes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se examinará la temporada récord de 2020 en el Atlántico, se afinará la coordinación para 2021 y se debatirán los nombres de huracanes que deban retirarse de las listas rotatorias o añadirse a ellas.

    La temporada de huracanes de 2020 en el Atlántico registró un récord de 30 tormentas tropicales con nombre, entre ellas, 13 huracanes y 6 huracanes de gran intensidad, que tuvieron consecuencias directas en muchos países de la cuenca del Atlántico, el mar Caribe y el golfo de México. Cinco huracanes llegaron a tierra en el Caribe, incluidos dos con vientos de categoría 4 que se abatieron sobre Nicaragua con unas dos semanas de diferencia. También se desataron 12 tormentas que tocaron tierra en el territorio continental de los Estados Unidos.

    Fue la sexta temporada consecutiva con una actividad tormentosa superior a la media: se produjeron cientos de víctimas y daños estimados en miles de millones de dólares.

    "La temporada de huracanes de 2020 ha sido una de las más complicadas en los 40 años de historia del Programa de Ciclones Tropicales de la OMM", comentó el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas. "La cantidad sin precedentes de huracanes, junto con la COVID-19, crearon, literalmente, la tormenta perfecta."

    "Las restricciones que se imponen por segundo año consecutivo para detener la propagación de la pandemia parecen complicar las actividades de preparación y respuesta ante los huracanes. La capacidad de hacer frente a esos fenómenos, especialmente en las zonas devastadas por las tormentas, se ha reducido significativamente. Hoy más que nunca los avisos exactos y oportunos son vitales para reducir al mínimo las muertes y las disrupciones y para maximizar la seguridad y el bienestar de la población", dijo el profesor Taalas.

    El Comité de Huracanes, que presta servicios a las regiones de América del Norte, América Central y el Caribe (Asociación Regional IV de la OMM), examinará, en su reunión virtual del 15 al 17 de marzo, su Plan Operativo para la próxima temporada. En la reunión se abordará la emisión de pronósticos y avisos de viento, mareas de tempestad e inundaciones y las evaluaciones de impacto de esos fenómenos, así como la convención de denominación de los huracanes.

    Cooperación regional

    El Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos funciona como Centro Meteorológico Regional Especializado de la OMM para la predicción de ciclones tropicales según un exitoso modelo de cooperación internacional que pone sofisticados productos de predicción, formación y evaluación del impacto a disposición de los países y comunidades más vulnerables a los peligros relacionados con los ciclones tropicales.

    "Pese a los graves efectos y las víctimas mortales que se produjeron en 2020, no hay duda de que se salvaron cientos y quizás miles de vidas gracias a las actividades de preparación", señaló Kenneth Graham, director del Centro Nacional de Huracanes y presidente del Comité de Huracanes. "Los avisos oportunos y adaptados a los destinatarios permitieron conseguir un equilibrio satisfactorio entre la necesidad de evacuar poblaciones y la posibilidad de esos grupos de permanecer en el lugar en medio de la pandemia."

    Durante la temporada récord de 2020, el Centro Nacional de Huracanes emitió 639 paquetes de avisos, casi el doble de la media. Los aviones de reconocimiento de huracanes de la Fuerza Aérea y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos realizaron 223 misiones para monitorear la trayectoria y la intensidad de los ciclones tropicales.

    "Estos esfuerzos de los cazahuracanes de la NOAA y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos cosechan un franco reconocimiento porque proporcionan datos meteorológicos extremadamente valiosos que no aporta ninguna otra fuente. Esos datos contribuyeron a determinar la intensidad, ubicación y estructura de las tormentas tropicales y los huracanes que amenazaron con llegar a tierra o que finalmente impactaron en ella. Los datos ayudaron también a que el Centro Meteorológico Regional Especializado y los Servicios Meteorológicos Nacionales de la región emitieran oportunamente avisos y pronósticos que tienen en cuenta los impactos", explicó Graham.

    La temporada de 2020 empezó pronto y rápidamente con un récord de nueve tormentas con nombre entre mayo y julio. Terminó tarde, registrándose por primera vez dos huracanes de gran intensidad en noviembre, mes en el que la temporada tiene normalmente poca actividad. La temporada fue tan activa que se agotó la lista rotativa de 21 nombres de la OMM y debió utilizarse el alfabeto griego por segunda vez (la primera fue en 2005).

    A finales de agosto, el ciclón tropical Laura llegó a tierra en Luisiana como huracán de categoría 4, provocó daños valorados en al menos 19 000 millones de dólares y se cobró la vida de 77 personas. Septiembre fue el mes más activo del que se tiene registro en el Atlántico, con diez tormentas con nombre. El huracán Sally avanzó lentamente y azotó la costa del golfo de los Estados Unidos, causando graves inundaciones.

    Los ciclones tropicales Eta e Iota llegaron a tierra como huracanes de categoría 4 en Nicaragua, en noviembre con solo dos semanas de diferencia, golpeando toda la región y dejando un saldo de cientos de muertos.

    "Los países en desarrollo y las pequeñas islas del Caribe y América Central son cada vez más vulnerables a los efectos de los ciclones tropicales, que pueden echar por tierra años de desarrollo socioeconómico en cuestión de horas. En 2020, volvió a producirse esta situación, que tuvo efectos trágicos", recordó Evan Thompson, presidente de la Asociación Regional IV de la OMM (América del Norte, América Central y el Caribe).

    "Es imposible evitar esta increíble fuerza de la naturaleza, pero sí podemos reducir en la mayor medida posible la pérdida de vidas y bienes mediante pronósticos y avisos de última generación y una sólida coordinación y cooperación regionales", dijo Thompson, que dirige el Servicio Meteorológico Nacional de Jamaica.

    El Comité también considerará la convención de denominación de los huracanes.

    Las listas de nombres de ciclones tropicales del Atlántico se reutilizan cada seis años, excepto cuando las tormentas se cobran muchas vidas o provocan costosos daños, en cuyo caso esos nombres se retiran de las listas futuras. El Comité de Huracanes debatirá la exclusión de nombres que se usaron en 2020 y también en 2019, ya que ese tema no figuraba en el orden del día de la reunión del Comité de Huracanes del año pasado debido al desencadenamiento de la crisis de COVID-19. También se abordará la cuestión del uso del alfabeto griego.

    La temporada de huracanes comienza oficialmente el 1 de junio y termina el 30 de noviembre.

    Sin embargo, algunas tormentas con nombre se han formado antes del inicio oficial de la temporada de huracanes en aproximadamente la mitad de los últimos 10 a 15 años, incluidos todos y cada uno de los últimos seis años. Muchos de los sistemas que se producen en el mes de mayo son sistemas híbridos (subtropicales) de corta duración que pueden detectarse actualmente gracias a un mejor monitoreo y a cambios en políticas que permiten dar nombre a las tormentas subtropicales.

    En 2020 el Centro Nacional de Huracanes emitió, antes del 1 de junio, 36 proyecciones especiales sobre la evolución del tiempo en los trópicos. Con el fin de proporcionar información más coherente sobre los sistemas que podrían producirse a finales de mayo y principios de junio, el Centro Nacional de Huracanes comenzará a emitir sistemáticamente proyecciones sobre los sistemas meteorológicos tropicales en el Atlántico el 15 de mayo, que es también la fecha en que se dan a conocer las primeras proyecciones para la cuenca del Pacífico Oriental. También está evaluando la necesidad, y las consecuencias, de adelantar el inicio de la temporada de huracanes al 15 de mayo.

    El Comité de Huracanes de la OMM no tomará ninguna decisión al respecto en su reunión anual y este año no se modificará el inicio oficial de la temporada de huracanes en el Atlántico.

    En sus proyecciones estacionales sobre huracanes, la NOAA de los Estados Unidos predijo con exactitud que existía una alta probabilidad de que la temporada de 2020 tuviese una actividad superior a la normal, con grandes posibilidades de que fuese extremadamente activa. La NOAA publicará sus proyecciones para 2021 en el mes de mayo.

    Notas para los editores

    El presidente de la Asociación Regional de la OMM para América del Norte, América Central y el Caribe, Evan Thompson, el presidente del Comité de Huracanes, Kenneth Graham, su vicepresidente, José Rubiera, y otros funcionarios celebrarán, en línea, una reunión informativa para los medios de comunicación a través de Microsoft Teams al término de la reunión, el miércoles 17 de marzo a las 19.30 UTC. Se publicará por separado una nota destinada a los medios sobre el tema.

    La Organización Meteorológica Mundial es el portavoz autorizado de las Naciones Unidassobre el tiempo, el clima y el agua

    Para más información, diríjase a: Clare Nullis, agregada de prensa. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Teléfono móvil: +41797091397

    Fuente:

     

  • El Comité de Huracanes retira Ida de la lista de nombres de huracanes y se prepara para la temporada de 2022

    7 - 9 minutos

    Ginebra, 27 de abril de 2022 (OMM) — A raíz de la muerte y la destrucción que el huracán Ida, de categoría 4, causó en los Estados Unidos de América en 2021, el Comité de Huracanes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha suprimido ese nombre de las listas rotativas utilizadas para bautizar a los ciclones tropicales formados en el Atlántico.

    En su lugar, Imani se añadirá a dichas listas, que la OMM supervisa y cuya finalidad es ayudar a comunicar los avisos de tormenta y alertar a la población de riesgos potencialmente mortales. Existen seis listas que se emplean de forma rotativa, por lo que los diversos nombres que las conforman se reutilizan cada seis años, a menos que una tormenta sea tan mortífera que se decida retirar su nombre, como en el caso de Ida. Desde 1953, cuando empezó a utilizarse el actual sistema para bautizar a las tormentas, se han suprimido 94 nombres de las listas empleadas para la cuenca atlántica.

    La convención utilizada para asignar nombres a las tormentas suscita gran interés entre la población. Sin embargo, cabe señalar que es solo una pequeña parte de la labor que el Comité de Huracanes desempeña para salvar vidas, centrada en las prioridades operativas, en particular, la emisión de pronósticos y avisos de vientos, mareas de tempestad y riesgos de inundación, así como el suministro de evaluaciones de impacto.

    El Comité de Huracanes está formado por expertos de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y su zona de competencia es América del Norte, América Central y el Caribe (Asociación Regional IV de la OMM). En su reunión anual, celebrada de forma virtual del 25 al 28 de abril, examinó la temporada de huracanes en el Atlántico correspondiente a 2021 —que se caracterizó por ser inusualmente activa— y ultimó los preparativos para 2022.

    La temporada de huracanes en el Atlántico comienza oficialmente el 1 de junio y se prolonga hasta el 30 de noviembre. Sin embargo, algunas tormentas con nombre se han formado antes de la fecha de inicio oficial de la temporada en aproximadamente la mitad de los últimos 15 años, circunstancia que se ha repetido en todos y cada uno de los últimos 7 años (2015‑2021). A la espera del resultado de un estudio técnico del Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos, el Comité de Huracanes no debatió ninguna resolución para adelantar la fecha oficial de inicio de la temporada.

    "El trabajo del Comité de Huracanes de la Asociación Regional IV es fundamental para velar por que nuestras naciones obren de forma coordinada mucho antes de que la próxima tormenta constituya una amenaza. Las consecuencias de una sola tormenta pueden afectar a varios países. Por ello es esencial que contemos con un plan, coordinemos las medidas adoptadas y pongamos en común los retos y las mejores prácticas", dijo Ken Graham, presidente del Comité de Huracanes y director del Centro Meteorológico Regional Especializado de la OMM en Miami/Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos.

    "Entre 2017 y 2021 tocaron tierra en los Estados Unidos más huracanes de categoría 4 y 5 que entre 1963 y 2016. Esos fenómenos no entienden de fronteras internacionales. Tenemos que estar preparados".

    "Según se apunta en el sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), está previsto que, a causa del calentamiento del clima, aumente en todo el planeta la cantidad de ciclones tropicales de gran intensidad (categoría 4 o 5), se refuercen sus vientos máximos y se incremente su pluviosidad. Los países en desarrollo y las islas pequeñas se encuentran entre los primeros en sufrir las consecuencias de estos fenómenos. La emisión de alertas tempranas exactas ha dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad", afirma Evan Thompson, presidente de la Asociación Regional de la OMM para América del Norte, América Central y el Caribe y jefe del Servicio Meteorológico Nacional de Jamaica.

    Cada año se forman, de media, 84 ciclones tropicales con nombre en todo el mundo. En los últimos 50 años, han ocasionado una media diaria de 43 víctimas mortales y 78 millones de dólares de los Estados Unidos en pérdidas, además de entrañar una tercera parte de las muertes y las pérdidas económicas causadas por desastres relacionados con el tiempo, el clima y el agua, según las estadísticas compiladas por la OMM correspondientes al período de 1970 a 2019. Sin embargo, la cantidad de víctimas mortales ha disminuido drásticamente gracias a las mejoras en los pronósticos, los avisos y las medidas de reducción de riesgos de desastre fruto de la coordinación propiciada por el Programa de Ciclones Tropicales de la OMM.

    El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha encomendado a la OMM la elaboración de un plan para velar por que, en los próximos cinco años, todo el mundo cuente con la protección que brindan los sistemas de alerta temprana.

    Ciclones tropicales en 2021

    Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos, 2021 fue el tercer año más activo en cuanto a tormentas con nombre del que se tiene constancia. Asimismo, la de 2021 fue la sexta temporada de huracanes consecutiva en la que la actividad registrada en el Atlántico fue superior a lo normal. Por segundo año consecutivo
    —y es la primera vez que esto ocurre— se agotaron los nombres ordinarios de la lista rotativa de la OMM que estaba activa ese año.

    Ida fue la tormenta más devastadora de la temporada. Al convertirse en huracán de categoría 4 en la escala de Saffir-Simpson, que mide la fuerza del viento de los huracanes, alcanzó su máxima intensidad y causó daños graves o catastróficos en el sureste de Luisiana. Posteriormente, Ida se convirtió en una baja extratropical que provocó fuertes lluvias e inundaciones mortales en el noreste de los Estados Unidos. Ocasionó 55 víctimas mortales directas y 32 muertes indirectas en ese país. Los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI) de la NOAA estimaron que los daños causados en los Estados Unidos por los vientos, la precipitación, las mareas de tempestad y los tornados asociados a Ida ascendieron a 75 000 millones de dólares.

    Otra tormenta que causó daños importantes fue Elsa. Se formó en la zona central del Atlántico tropical a principios de temporada como huracán de categoría 1. Cabe destacar que fue el primer huracán que afectó directamente a Barbados desde la tormenta Janet en 1955, y también provocó daños en otros países del Caribe y en los Estados Unidos.

    En total, se produjeron 21 tormentas con nombre, cuyos vientos alcanzaron 64 km/h (39 mph) o más, incluidos 7 huracanes, con vientos de 118 km/h (74 mph) o más. De ellos, cuatro fueron huracanes de gran intensidad, aquellos que alcanzan vientos de como mínimo 178 km/h (111 mph), según la escala Saffir-Simpson, que clasifica los huracanes en categorías del 1 al 5 en función de la velocidad máxima sostenida de sus vientos.

    Los factores climáticos —y en especial el episodio de La Niña en curso en ese momento, las temperaturas de la superficie del mar superiores a lo normal observadas a principios de la temporada y las precipitaciones por encima del promedio fruto del monzón de África occidental— fueron los elementos que contribuyeron en mayor medida a que la temporada de 2021 fuera superior a la media. Otro factor que cabe destacar fue la oscilación multidecenal atlántica, un fenómeno cuya fase cálida (en la que se entró en 1995) propicia la formación de más tormentas de mayor intensidad y más duraderas.

    La NOAA publicará sus perspectivas para la temporada de 2022 el 24 de mayo.

    Formación de tormentas a principios de temporada

    En los medios de comunicación se ha debatido mucho sobre el adelanto de la fecha oficial de inicio de la temporada de huracanes para tomar en consideración las tormentas que se producen en mayo. Muchas de ellas son sistemas híbridos (subtropicales) de corta duración que actualmente pueden detectarse gracias a la mejora del monitoreo y a los cambios aplicados en los procedimientos para bautizar a las tormentas subtropicales.

    Con el fin de proporcionar información más coherente sobre los sistemas que podrían formarse a finales de mayo y principios de junio, en 2021 el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos comenzó a emitir sistemáticamente cada 15 de mayo proyecciones del tiempo para la región tropical del Atlántico, fecha en la que también empezaron a emitirse sistemáticamente proyecciones para la cuenca del Pacífico oriental.

    En 2021, el Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos estableció un equipo a fin de determinar los umbrales cuantitativos que deberían superarse para ampliar la temporada oficial de huracanes en el Atlántico o suprimir fechas de la misma, así como para examinar las posibles consecuencias que conllevaría adelantar al 15 de mayo el inicio de la temporada de huracanes. Mientras prosiga la labor de ese equipo, no se producirán cambios en el inicio de la temporada de huracanes en el Atlántico de 2022.

    Sitio web: public.wmo.int

    Para más información, diríjase a: Clare Nullis, agregada de prensa. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Teléfono: +41 79 709 1397

     Fuente:

  • La NASA y los huracanes: Cinco ideas interesantes

     5 - 7 minutos

     La temporada de huracanes del Atlántico de 2021 comienza el 1 de junio. Nuestros colegas de la NOAA prevén otra temporada activa, con un número de tormentas renombradas superior a la media. En la NASA, estamos desarrollando nuevas tecnologías y misiones para estudiar la formación de tormentas y sus impactos, incluyendo formas de entender la Tierra como un sistema.

    El nuevo Observatorio de la NASA para el Sistema Terrestre guiará los esfuerzos relacionados con el cambio climático, la mitigación de desastres, la lucha contra los incendios forestales y la mejora de los procesos agrícolas en tiempo real, incluso para ayudar a comprender mejor los huracanes de categoría 4 a 5, como el huracán María, que se muestra aquí en una imagen térmica de 2017 captada por el satélite Terra de la NASA. Créditos: NASA

    1. La NASA puede ver las tormentas desde el espacio.

    Desde el espacio, la NASA puede ver mucho más de lo que se ve a simple vista. Entre las misiones de la NASA, la NASA y la NOAA tienen misiones conjuntas de satélites que monitorizan las tormentas en color natural -lo que ven nuestros ojos-, así como en otras longitudes de onda de luz, que pueden ayudar a identificar características que nuestros ojos no son capaces de ver por sí mismos. Por ejemplo, las imágenes tomadas en infrarrojo pueden mostrar las temperaturas de las nubes, así como permitirnos seguir el movimiento de las tormentas por la noche.

    El huracán Laura se acercó a Estados Unidos el 26 de agosto de 2020. A la izquierda, Laura se ve mediante luz infrarroja con el satélite NOAA-20, construido y lanzado por la NASA y operado por la NOAA. A la derecha, Laura se puede ver de forma normal debido al satélite Terra de la NASA. Créditos: Observatorio de la Tierra de la NASA

    1. Los satélites pueden ver el interior de los huracanes en 3D.

    Si alguna vez te han hecho un TAC o una radiografía, sabes lo importante que pueden ser las imágenes en 3D para entender lo que ocurre en el interior. El mismo concepto se aplica a los huracanes. Los instrumentos de radar y microondas de la misión de Medición de la Precipitación Global de la NASA pueden detectar a través de las nubes de la tormenta la estructura de la precipitación y medir la cantidad total de lluvia que cae como resultado de la tormenta. Esta información ayuda a los científicos a comprender cómo puede cambiar la tormenta con el tiempo y a entender el riesgo de inundaciones graves.

    Por primera vez en 360 grados, esta visualización de datos te lleva al interior del huracán María.Créditos: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA

    Descargue este vídeo y las imágenes de apoyo del Estudio de Visualización Científica

    1. Estamos estudiando cómo el cambio climático afecta al comportamiento de los huracanes.

    Es probable que el cambio climático haga que las tormentas se comporten de forma diferente. Uno de los cambios se produce en la forma en que se están intensificando las tormentas: más tormentas están aumentando su fuerza rápidamente, un proceso llamado intensificación rápida, en el que la velocidad de los vientos huracanados aumenta en  56 km (35 mph) o más, en sólo 24 horas.

    En 2020, un récord de nueve tormentas que se intensificaron rápidamente. Estos rápidos cambios en la fuerza de las tormentas pueden dejar a las comunidades que se encuentren en su camino sin tiempo para prepararse adecuadamente.

    Los investigadores del JPL de la NASA desarrollaron un modelo de aprendizaje automático que podría detectar con mayor precisión las tormentas que se intensifican rápidamente.

     El 25 de agosto de 2020, el satélite Terra de la NASA proporcionó una imagen visible del poderoso huracán Laura, de categoría 4, en el Golfo de México. Créditos: NASA Worldview

    No se trata sólo de la rapidez con la que los huracanes se fortalecen. Los científicos de la NASA también están estudiando cómo el cambio climático puede estar provocando que las tormentas se muevan más lentamente, lo que las hace más destructivas. Estas tormentas "estancadas" pueden reducir su velocidad a unos pocos kilómetros por hora, descargando lluvia y vientos destructores en un lugar a la vez. El huracán Dorian, por ejemplo, se detuvo sobre Gran Bahama y dejó daños catastróficos a su paso. Los huracanes Harvey y Florence también se estancaron, y ambos causaron grandes inundaciones.

     El huracán Dorian fue fotografiado el 2 de septiembre de 2019 por los astronautas de la Estación Espacial Internacional. Créditos: ISS Crew Earth Observations Facility y la Unidad de Ciencias de la Tierra y Teledetección, Centro Espacial Johnson

    1. Podemos monitorizar los daños causados por los huracanes.

    El huracán María modificó los bosques de Puerto Rico. La tormenta destruyó tantos árboles de gran tamaño que la altura total de los bosques de la isla se redujo en un tercio. Las mediciones realizadas desde el suelo, el aire y el espacio permitieron a los investigadores averiguar qué árboles eran más susceptibles de sufrir daños por el viento.

     

    Créditos: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA

    Descargue este vídeo en formato HD desde el Estudio de Visualización Científica de la NASA Goddard

    Meses después del huracán María, algunas partes de Puerto Rico seguían sin electricidad. Utilizando datos satelitales, los investigadores de la NASA trazaron un mapa de los barrios que seguían a oscuras y analizaron la demografía y los atributos físicos de las zonas con mayor espera de energía.

    Créditos: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA

    Descarga este vídeo en formatos HD del Estudio de Visualización Científica de la NASA Goddard

    1. Ayudamos a las comunidades a estar preparadas para las tormentas y a reaccionar ante sus consecuencias.

    Los datos que recoge la NASA están disponibles gratuitamente para el público. La NASA también se asocia con otras agencias federales, como FEMA, y con los gobiernos regionales y locales para ayudar a estar preparados y comprender los impactos de desastres como los huracanes.

    En 2020, el Programa de Desastres de la NASA proporcionó datos a grupos de Alabama, Luisiana y América Central para identificar las regiones más afectadas por los huracanes. Esto ayuda a identificar las comunidades vulnerables y a tomar decisiones informadas sobre dónde enviar recursos.

     El Visible Infrared Imaging Radiometer Suite (VIIRS) en el satélite Suomi NPP de la NASA/NOAA capturó los datos de un mosaico de Katia, Irma y José tal y como aparecieron en las primeras horas del 8 de septiembre de 2017. Créditos: Observatorio de la Tierra de la NASA

     

    Fuente: Por Katy Mersmann. Equipo de noticias de ciencias de la Tierra de la NASA. Contacto con los medios de comunicación: Peter Jacobs, Centro de Vuelo Espacial Goddard. Última actualización: 1 de junio de 2021. Editor: Ellen Gray

  • La NOAA predice otra temporada de huracanes por encima de lo normal

    6-7 minutos

    Este año se espera otra temporada de huracanes en el Atlántico por encima de lo normal, incluso cuando muchas comunidades del Caribe, América Central y Estados Unidos de América todavía se están recuperando de la temporada de 2020, que superó el récord, y que se vio agravada por los problemas de la pandemia de COVID-19.

    El Centro de Predicción Climática de la NOAA pronosticó un 60% de probabilidades de una temporada por encima de lo normal, un 30% para una temporada cercana a lo normal y un 10% por debajo. Sin embargo, los expertos no esperan el nivel histórico de actividad de las tormentas visto en 2020.

    Para 2021, se espera un rango probable de 13 a 20 tormentas con nombre (vientos de 63 kmh / 39 mph o más), de las cuales 6 a 10 podrían convertirse en huracanes (vientos de 119 kmh / 74 mph o más), incluyendo de 3 a 5 huracanes mayores (categoría 3, 4 o 5; con vientos de 179 kmh / 111 mph o más). La NOAA proporciona estos intervalos con una confianza del 70%.

    La temporada de huracanes en el Atlántico se inicia oficialmente el 1 de junio y dura hasta el 30 de noviembre. Las últimas seis temporadas han tenido una actividad superior a la media, causando cientos de víctimas y daños por valor de miles de millones de dólares. La temporada de huracanes del Atlántico de 2020 tuvo un récord de 30 tormentas tropicales con nombre, incluyendo 13 huracanes y seis huracanes importantes.

    "Aunque los científicos de la NOAA no esperan que esta temporada sea tan intensa como la del año pasado, lo cierto es que sólo hace falta una tormenta para arrasar una comunidad", dijo Ben Friedman, de la NOAA. "Los predictores del Centro Nacional de Huracanes están bien preparados con actualizaciones significativas de nuestros modelos informáticos, técnicas de observación emergentes y la experiencia para ofrecer las previsiones que salvan vidas de las que todos dependemos durante esta, y cada, temporada de huracanes."

    El mes pasado, la NOAA actualizó las estadísticas utilizadas para determinar cuándo las temporadas de huracanes están por encima, cerca o por debajo de la media en relación con el último registro climatológico. Según esta actualización, una temporada media de huracanes produce 14 tormentas a las que se les da nombre, de las cuales 7 se convierten en huracanes, incluidos 3 huracanes importantes.

    Las condiciones de El Niño/Oscilación del Sur (ENSO) se encuentran actualmente en la fase neutra, con la probabilidad de que vuelva La Niña más adelante en la temporada de huracanes. "El ENSO-neutral y La Niña favorecen las condiciones relacionadas con la actual era de alta actividad", dijo Matthew Rosencrans, responsable del pronóstico de huracanes estacionales en el Centro de Predicción Climática de la NOAA. "Las temperaturas superficiales del mar previstas, más cálidas que la media, en el océano Atlántico tropical y el mar Caribe, los vientos alisios del Atlántico tropical más débiles y un monzón africano occidental más intenso serán probablemente factores que influyan en la actividad general de este año."

    Los científicos de la NOAA -y de otros centros especializados- también siguen estudiando cómo el cambio climático está afectando tanto la intensidad como la frecuencia de los ciclones tropicales, así como los cambios en las precipitaciones y las tormentas relacionadas con los ciclones tropicales. 

    Cooperación regional

    El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. en Miami actúa como Centro Meteorológico Regional Especializado (RSMC) de la OMM para la elaboración de pronósticos de ciclones tropicales, en el marco de un eficaz modelo de cooperación que garantiza que los sofisticados productos de pronóstico, formación y evaluación del impacto lleguen a los países y comunidades más vulnerables a los riesgos relacionados con los ciclones tropicales.

    De este modo, se garantiza el suministro coordinado de previsiones y avisos, así como de evaluaciones del impacto de los riesgos de viento, tormentas e inundaciones a todos los miembros del Comité de Huracanes de la OMM en América del Norte, América Central y el Caribe (Asociación Regional IV de la OMM).

    Los países en desarrollo y las pequeñas islas del Caribe y Centroamérica -así como las principales ciudades costeras de los Estados Unidos de América- son vulnerables a los impactos de los ciclones tropicales, que pueden echar por tierra años de desarrollo socioeconómico en cuestión de horas.

    A pesar de los graves impactos y las víctimas mortales que se produjeron en 2020, se salvaron cientos y quizás miles de vidas gracias a la prevención. Las advertencias oportunas y específicas aseguraron un equilibrio exitoso entre la necesidad de evacuar y la de permanecer en el lugar en medio de la pandemia.

     

    Nombres de los huracanes

    La temporada de 2020 fue tan activa que acabó con las listas habituales de nombres de ciclones tropicales del Atlántico, que se repiten cada seis años, a menos que una tormenta sea tan mortífera o costosa que su nombre se retire de futuras listas. El alfabeto griego se empleó por segunda vez en 2020.

    No se repetirá porque el Comité de Huracanes de la OMM decidió que el uso del alfabeto griego creaba una confusión y una distracción en la comunicación de las alertas de peligro. En lugar del alfabeto griego, en caso de que se agote la lista de nombres habituales, se utilizará una nueva lista complementaria.

    Fuente:

  • La NOAA predice una temporada de huracanes en el Atlántico en 2022 por encima de lo normal

    Las temperaturas medias registradas en la superficie del mar, durante  abril de 2022, en el Atlántico al norte del ecuador, el Mar Caribe y el Golfo de México fueron más cálidas que la media (1985-1993), uno de los factores que contribuyen a la predicción de la NOAA de una temporada de huracanes por encima de lo normal en el Atlántico. Mapa de NOAA Climate.gov, basado en datos del proyecto Coral Reef Watch de la NOAA. Las imágenes mensuales están disponibles en Data Snapshots.

    Los pronósticos del Centro de Predicción Climática de la NOAA, una división del Servicio Meteorológico Nacional, prevén una actividad de huracanes superior a la media este año, lo que la haría la séptima temporada de huracanes consecutiva por encima de la media. Las predicciones de la NOAA para la temporada de huracanes en el Atlántico de 2022, que se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, prevén un 65% de posibilidades de una temporada superior a la normal, un 25% de posibilidades de una temporada cercana a la normal y un 10% de posibilidades de una temporada inferior a la normal.

    Para la temporada de huracanes de 2022, la NOAA prevé un rango probable de 14 a 21 tormentas con nombre (vientos de 63 km/h o superiores), de las cuales entre 6 y 10 podrían convertirse en huracanes (vientos de 120 km/h o superiores), incluyendo entre 3 y 6 huracanes mayores (categoría 3, 4 o 5; con vientos de 179 km/h o superiores). La NOAA proporciona estos rangos con un 70% de confianza.

    Para cualquier temporada de huracanes, hay alguna posibilidad de que la actividad esté por debajo de la media, cerca de la media y por encima de la media. Para la temporada de huracanes en el Atlántico de 2022, la NOAA pronostica una probabilidad del 65% de actividad de huracanes por encima de la media. Imagen de la NOAA.

    El aumento de la actividad que se prevé para esta temporada de huracanes se atribuye a varios factores climáticos, entre los que se incluyen La Niña, que probablemente persistirá durante toda la temporada de huracanes, temperaturas superficiales del mar más cálidas que la media en el Océano Atlántico y el Mar Caribe, y vientos alisios tropicales del Atlántico más débiles y un monzón africano occidental más intenso. Un monzón africano occidental potenciado favorece el fortalecimiento de las olas de levante africanas, que son el germen de muchos de los huracanes más fuertes y de mayor duración durante la mayoría de las temporadas. La forma en que el cambio climático repercute en la fuerza y la frecuencia de los ciclones tropicales es un campo de estudio continuo para los científicos de la NOAA.

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    Fuente: By Climate.gov Staff

  • La onda MJO que se aproxima augura un período muy activo en la temporada de huracanes

    4 - 5 minutos

    La onda MJO que se aproxima augura un período muy activo de la temporada de huracanes en el Atlántico, Sam podría ser la próxima gran tormenta

    La temporada de huracanes 2021 en el Atlántico ha aumentado considerablemente su actividad recientemente, ya que en los últimos 40 días se han formado 12 tormentas tropicales con nombre, incluidos 5 huracanes. Estos datos son más que el número medio de tormentas con nombre durante una temporada media completa. Al llegar a finales de septiembre y octubre, la actividad se está desplazando gradualmente a la región del Caribe y pronto se verá impulsada por la llegada de la onda principal de la MJO. Puede que incluso volvamos a necesitar una lista de tormentas suplementaria.

    A fecha de hoy, 21 de septiembre, inicio del otoño meteorológico, la temporada de huracanes en el Atlántico se sitúa en 17 sistemas tropicales con nombre, alrededor de un 75% por encima de la actividad normal. Las tormentas tropicales Peter y Rose han estado presentes en el Atlántico central y pronto les seguirá otra tormenta con nombre, potencialmente importante, la 18ª. El siguiente nombre en la lista de ciclones tropicales de 2021 es Sam.

     

    Sólo una temporada de huracanes en el Atlántico ha tenido más de 18 tormentas con nombre hasta el 26 de septiembre, y eso fue en 2020. ¿Indica esto algo?

    La reciente e importante actividad tropical en la cuenca atlántica ha situado las estadísticas en el nivel de 2005 y 2020. ¿Y esto es preocupante?, mucho. Especialmente porque estamos viendo una tremenda cantidad de agua oceánica caliente que permanece en el lugar y que pronto coincidirá con una importante onda MJO que aparecerá por el oeste.

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    Las tormentas en desarrollo pronto tendrán compañía, ya que los parámetros pronosticados probablemente desencadenarán más tormentas tropicales e impulsarán la ya hiperactiva temporada de huracanes en el Atlántico.

    Hemos preparado una animación de alta resolución a continuación, que revela cómo las aguas oceánicas de la cuenca atlántica son anómalamente cálidas. Estas anomalías dan una idea del ambiente prolífico para el período de gran actividad que se avecina mientras nos dirigimos a los dos últimos meses de la temporada de huracanes del Atlántico 2021.

    Con la onda que surge de la MJO en el aire, estamos viendo un fuerte respaldo para un desarrollo potencialmente aún mayor de ciclones tropicales en las próximas semanas. Una onda atmosférica profunda que se encuentra actualmente sobre la cuenca del Pacífico, pronto emergerá hacia la región del Caribe y el Atlántico tropical.

    SE AVECINA UN PERIODO POTENCIALMENTE PELIGROSO POR LA LLEGADA DE UNA ONDA MJO PROFUNDA

    En primer lugar, vamos a explicar algunos aspectos básicos de la MJO, ¿qué es y por qué es una característica importante a gran escala para la actividad durante la temporada de huracanes en el Atlántico?

    La actividad meteorológica general en la región tropical es bastante diferente a la de las latitudes medias o la región polar. Estas últimas tienen frentes fríos y cálidos, mientras que los trópicos no tienen esa actividad. Pero el tiempo combina, sobre todo, una actividad meteorológica convectiva (tormentas eléctricas) dentro de la variabilidad de los patrones de presión y viento a gran escala. Y gran parte de la dinámica tropical está impulsada por características ondulatorias "invisibles" en la atmósfera.

    La Oscilación Madden-Juliana, u onda corta MJO, es la mayor y más importante fuente de actividad a corto plazo en la región tropical. La onda MJO es una perturbación de tormentas que se desplaza hacia el este, y da la vuelta a la Tierra en la región ecuatorial en unos 30 a 60 días. La MJO tiene dos partes: un aumento de las lluvias (fase húmeda) en un lado y la disminución de las lluvias (fase seca) en el otro.

    El movimiento horizontal del aire se denomina potencial de velocidad (VP) en la región tropical. Es un indicador del flujo divergente a gran escala en los niveles superiores de la atmósfera sobre la región tropical. Los colores azules apoyan fuertemente el desarrollo tropical, mientras que los colores rojos son lo contrario, normalmente suprimiendo la actividad.

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    El gráfico de arriba, proporcionado por Michael J. Ventrice, revela la fase actual de la onda MJO con anomalías VP filtradas. Una importante onda de la MJO se está moviendo hacia el este a través del Océano Pacífico, y entrará en la región del Caribe y el Atlántico Tropical occidental a principios de octubre.

    La actividad en curso y, especialmente, los próximos ciclones tropicales potenciales que se formen en los dos últimos meses de la temporada de huracanes en el Atlántico (creemos que Sam podría ser la próxima gran tormenta) obtendrán un fuerte impulso gracias a la citada evolución de las condiciones en los niveles superiores.

    Como hemos aprendido, la Oscilación Madden-Juliana es un factor muy importante para la formación de ciclones en la región tropical. Cuando una región está siendo atravesada por una onda importante de la MJO, normalmente conduce a un ambiente de baja cizalladura del viento y se convierte en condiciones más favorables para el desarrollo de ciclones tropicales y la actividad de huracanes.

    Fuente:  AuthorMarko Korosec Publicado: