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Sequía

  • ¿Es el agua infinita?

    Shutterstock / PhotoAdventure Studio

     

    El Diccionario de la Real Academia Española define el término percepción como la “sensación interior que resulta de una impresión material producida en los sentidos corporales” o como “conocimiento, idea”.

    La percepción de los problemas ambientales que nos rodean puede ser un obstáculo para poder afrontarlos convenientemente. La transmisión de conocimiento a través de la divulgación es una herramienta imprescindible para la concienciación social. Sin la complicidad de una sociedad informada difícilmente se podrán abordar de forma adecuada los problemas del agua.

    Percepción y límites

    Hace un tiempo, durante una jornada de trabajo de campo, tuve la oportunidad de dedicar un buen rato a explicar a un agricultor que se encontraba regando su parcela con agua subterránea la necesidad de hacer un buen uso del recurso (aplicar la dosis adecuada, en el momento más conveniente).

    Yo intentaba transmitir al hombre que, de lo contrario, extraería más agua de la necesaria y, con ello, contribuiría a la sobreexplotación del acuífero. Tras unos instantes de reflexión e incredulidad, el agricultor cuestionó mi argumentario con una enmienda a la totalidad y una sentencia lapidaria: “¿Para qué? Si el agua nace ahí”. Esto estaría cerca de lo que expresa la primera acepción del diccionario.

    Lamentablemente, la percepción de una parte importante de la sociedad sobre los problemas ambientales, en general, y de los del agua, en particular, está en consonancia con lo manifestado por ese agricultor. Él había fundamentado su idea sobre la existencia de un recurso infinito, basándose en su empirismo y en una transmisión de conocimiento, probablemente, centenaria.

    El año próximo se cumplen 50 años de la publicación del informe del Club de Roma (The Limits to Growth) sobre los límites del crecimiento, y la realidad demuestra que hay mucho que hacer todavía en este aspecto. De poco sirve el inmenso avance de la ciencia y la tecnología en materia de agua si los usuarios finales del recurso, los ciudadanos, siguen operando desde el desconocimiento o la desinformación.

    Percepción, eficiencia y riesgos

    Cualquier esfuerzo que se haga en materia de divulgación y concienciación puede resultar de enorme utilidad y tener un impacto significativo. El ejemplo más claro lo podemos extraer del mundo de la agricultura.

    En torno a tres cuartas partes del agua que se detraen del sistema natural van destinadas exclusivamente a regar los campos de cultivo y, por tanto, a una labor tan esencial como es proporcionar los alimentos de los que se nutre la población, entre otras cosas. Eso significa que una reducción de esa cantidad de agua, por modesta que fuera, supondría la liberación de un volumen considerable de recursos, la atenuación de la tensión a la que están sometidos los sistemas hidrológicos en muchas regiones y una contribución inestimable a la adaptación frente al cambio climático.

    De poco sirve, en términos de uso eficiente del agua, la enorme inversión que se hace en los planes de modernización de regadíos, si los usuarios finales, los agricultores, siguen tomando decisiones sin tener en cuenta las limitaciones del recurso. Con demasiada frecuencia lo hacen basándose en criterios de empirismo y tradición, sin tener en cuenta el conocimiento y la tecnología que hoy en día está a su disposición para producir más y mejor, reduciendo el uso de recursos como la energía y el agua.

    Divulgación y concienciación

    El esfuerzo por lograr una percepción de la sociedad más fundada puede contribuir, también, a derribar el nefasto axioma por el que “el agua que no se usa, se pierde”, en el que se fundamenta, en parte, la disyuntiva intencionada que se plantea en ocasiones entre el uso racional del agua y el progreso económico.

    Los ciudadanos deben tener herramientas a su disposición para entender que aquellos recursos hídricos que determinadas actividades humanas no consumen son fundamentales para la obtención de otros recursos básicos (alimentos, energía, cultura, calidad de vida…) y para llevar a cabo funciones en los sistemas naturales que nos resultan esenciales aunque sean menos tangibles (equilibrio, regulación, armonía, biodiversidad…).

    La divulgación y la concienciación constituyen un aliado imprescindible para prevenir, hacer frente o paliar situaciones de crisis relacionadas con el agua, cada vez más frecuentes en este inexorable escenario del cambio climático.

    El ejemplo más palmario es el de la sequía y la actitud generalizada de la sociedad ante este fenómeno, simbolizada de forma insuperable por el concepto del ciclo hidro-ilógico. El desinterés del ciudadano (sobre todo en el ámbito urbano) por los problemas del agua es habitual y notorio. Hasta que un buen día abre el grifo y constata angustiado que no cae ni una gota. Este comportamiento extremado por el que se pasa instantáneamente de la indiferencia a la histeria cada vez que ocurre un episodio de sequía es la evidencia más clara del déficit de concienciación.

    Las sequías son fenómenos recurrentes y todo apunta a que van a ser más frecuentes en el futuro. Eso significa que, tras una sequía, con toda seguridad y después de un periodo más o menos prolongado, vendrá la siguiente. De ahí que la clave frente a este tipo de crisis hídricas esté en la sensata y responsable gestión colectiva e individual del recurso en los periodos normales o de abundancia.

    Percepción y reciprocidad

    Es de justicia reconocer que una parte del déficit de información y concienciación puede ser consecuencia, también, de esa especie de combinación entre soberbia y desinterés que en ocasiones manifiesta el mundo de la ciencia frente al resto de la sociedad.

    En una ocasión, mientras un grupo de colegas nos afanábamos en seleccionar una cuenca adecuada para un proyecto de investigación, nos encontramos con un pastor que pasaba con su ganado por las inmediaciones. Este buen hombre, amablemente y después de darle un leve pie para la conversación, nos explicó con todo lujo de detalles el funcionamiento hidrológico de la cuenca que pretendíamos monitorizar, y las claves para entenderlo.

    Después de unos años de arduo y fructífero trabajo científico, nos tuvimos que rendir a la evidencia y comprobar que lo que habíamos hecho era, básicamente, corroborar con ayuda de la ciencia lo que el pastor nos explicó de forma intuitiva el día de nuestro encuentro. Este sería un caso que estaría más próximo a lo mencionado en la segunda acepción citada del diccionario.

    Mi experiencia me dicta que la combinación entre el conocimiento científico y el saber popular producto de la experiencia constituye una herramienta inestimable que conduce al enriquecimiento mutuo y a una mejor comprensión de la realidad. Esa interacción es, además, un instrumento muy útil para lograr una divulgación efectiva.

    A partir de una implicación decidida del mundo de la ciencia, de una estrategia de divulgación correcta y una concienciación social adecuada, podremos conseguir la complicidad de la ciudadanía para afrontar los retos del agua en este contexto del cambio global.

      

    Publicado en  el 3 de enero de 2022. Enlace al original: https://bit.ly/3sRsHnW

     

    Cláusula de Divulgación

    José Martínez Fernández no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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  • ¿Podemos predecir las sequías?

    Shutterstock / R_Tee

     

    Una clasificación de los peligros y los desastres naturales distingue dos tipos: los intensivos y los extensivos, cuyos ejemplos prototípicos son los terremotos y las sequías respectivamente.

    Las sequías, a diferencia de los terremotos, presentan una frecuencia elevada (así es en el caso de España), una duración prolongada (de varios meses o incluso años), una extensión espacial considerable y una velocidad de implantación lenta, entre otras características físicas.

    Con respecto a la duración y la velocidad de implantación, realmente no sabemos con precisión cuándo se inicia una sequía. Se asume progresivamente tras semanas o meses con una precipitación inferior, en un cierto porcentaje, a la normal. Hay que indicar que en el presente artículo se habla exclusivamente de la sequía meteorológica, un déficit coyuntural de la precipitación. Existen otros tipos de sequía, como la hidrológica, la agrícola o edáfica, la socioeconómica y la ecológica.

    Los efectos de la escasez de precipitación se notarán, con un cierto desfase temporal, en el agua almacenada, en la humedad del suelo, etc. Es decir, en los demás tipos de sequía.

    A pesar de que los daños producidos por las sequías pueden ser muy cuantiosos (incluso dando lugar, en algunos países, a hambrunas con muchas víctimas humanas), sus efectos inmediatos no cuentan con las imágenes espectaculares y casi instantáneas de los desastres intensivos, como las inundaciones o las terremotos.

    Modelos para analizar y predecir sequías

    Un modelo matemático, ideado por el climatólogo firmante de este artículo Robert Monjo, analiza el comportamiento de todos los períodos sin lluvia desde 1979 hasta 2016 y los compara con conjuntos de Cantor.

    El conjunto de Cantor fue el primer fractal conocido. Un fractal es un objeto geométrico cuya estructura básica se repite a diferentes escalas. Los hemos visto todos en la naturaleza, como por ejemplo en el romanesco (brócoli) o en las ramas de los árboles.

     

    Romanesco

    Figura 1. Ejemplo de una estructura fractal natural en el romanesco (brócoli). Dominic RoyéAuthor provided

     

    El modelo proporciona una medida de la similitud entre los huecos del conjunto de Cantor y la longitud de los periodos secos (sin lluvia). Esto permite clasificar las sequías según su comportamiento y la alternancia de rachas secas con rachas húmedas, de diferente duración. Este sofisticado concepto matemático desarrollado por Georg Cantor en 1883 nunca antes se había utilizado para el análisis de sequías.

    En un reciente estudio, hemos demostrado que el comportamiento de las sequías climáticas puede modelarse deformando en mayor o menor medida los huecos (periodos secos) del conjunto original de Cantor. Por ejemplo, las sequías de las zonas semidesérticas serían las más fidedignas al conjunto de Cantor sin modificar.

     

    Figura 2. Distribución espacial de la dimensión fractal de las rachas secas, relacionada con el exponente basado en conjuntos de Cantor. Author provided

     

    En el caso de España, se obtiene que la sequía suele presentar un índice medio-alto de concentración de largos periodos secos, que se distribuyen de forma bastante similar al conjunto de Cantor, pero alternados con cortos periodos húmedos. A medida que nos desplazamos hacia el norte, encontramos rachas secas intermedias (mayor deformación del conjunto de Cantor) con interrupciones largas de periodos lluviosos.

    El descubrimiento, además de proporcionar una mejor comprensión de la duración de las sequías meteorológicas, permite clasificarlas en diferentes tipos con el fin de vigilar sus posibles variaciones en el contexto del cambio climático global. En este sentido, pueden distinguirse regiones con eventos secos de duración baja, media y alta, con eventos húmedos largos o cortos.

     

    Figura 3. Clasificación climática de las sequías meteorológicas en todo el mundo: regiones con valores bajos (L), medios (M) y altos (H) de longitudes de eventos secos, alternando con eventos húmedos más largos (l) o más cortos (s). Ejemplos tropicales de tipo Ll: los principales núcleos de selva tropical del mundo (dentro del Amazonas, el Congo y el sudeste asiático entre otros). Ejemplos subpolares de tipo Ll: el océano Austral y algunas regiones del Atlántico norte y el Pacífico norte. Ejemplos de tipo Hl: las regiones de sabanas tropicales de África, México, Brasil central, India (clima monzónico), sur de China y norte de Australia. Ejemplos de tipo Hs: todas las regiones desérticas alrededor del mundo, incluida la franja oriental de las áreas oceánicas tropicales. Author provided

     

    Así, la herramienta facilitará un seguimiento de la evolución de la superficie global que abarca cada tipo de clima a escala multianual, observando posibles tendencias regionales.

    Por otro lado, la mejor comprensión del comportamiento geométrico del clima permite trazar modelos de predicción de sequías basados en la climatología. Es decir, es posible ajustar y proyectar curvas de acumulación de rachas secas y húmedas de acuerdo con el comportamiento observado (índice basado en los conjuntos de Cantor).

     

    Publicado en The Conversation el 31 de agosto de 2021. Enlace al artículo original: https://bit.ly/2Y9oYVn

    Cláusula de Divulgación

    Robert Monjo recibió fondos de la Comisión Europea a través del proyecto RESCCUE (G.A. num. 700174).

    Dominic Royé y Javier Martín Vide no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

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  • Crisis climática: las recientes sequías europeas son las peores en 2.000 años

    El estudio de los anillos de los árboles que se remonta al imperio romano concluye que el clima desde 2014 ha sido extraordinario

     

    A pharmacy sign displaying the temperature in Paris on 25 July 2019

    Cartel de farmacia que muestra la temperatura en París el 25 de julio de 2019. Fotografía: Bertrand Guay / AFP / Getty Images

     

    La serie de sequías severas y olas de calor en Europa desde 2014 es la más extrema en más de 2000 años, según un trabajo de investigación.

    El estudio analizó los anillos de los árboles que se remontan al imperio romano para crear el registro más largo hasta la fecha. Los científicos dijeron que el calentamiento global era la causa más probable del reciente aumento del calor extremo.

    Las olas de calor han tenido consecuencias devastadoras, según los investigadores, causando miles de muertes prematuras, destruyendo cultivos y provocando incendios forestales. Los bajos niveles de los ríos detuvieron parte del tráfico marítimo y afectaron el enfriamiento de las centrales nucleares. Los climatólogos predicen olas de calor y sequías más extremas y frecuentes en el futuro.

    El estudio también encontró una tendencia gradual del clima de verano a ser más seco en Europa central durante los últimos dos milenios, antes del reciente aumento. Los científicos descartaron la actividad volcánica y los ciclos solares como causas de esta tendencia a largo plazo y creen que los cambios sutiles en la órbita de la Tierra son la causa.

    "Todos somos conscientes del grupo de veranos excepcionalmente calurosos y secos que hemos tenido en los últimos años", dijo el profesor Ulf Büntgen, de la Universidad de Cambridge, quien dirigió el estudio. “Nuestros resultados muestran que lo que hemos experimentado es extraordinario. La serie no tiene precedentes en los últimos 2000 años ". Los datos disponibles terminan en 2018, pero 2019 y 2020 también tuvieron veranos europeos muy calurosos.

    Los científicos dijeron que los cambios en la posición de la corriente en chorro y la circulación del aire sobre el continente causaron las sequías, y que el cambio climático probablemente fue el factor subyacente. “El cambio climático [significa] que las condiciones extremas se volverán más frecuentes, lo que podría ser devastador para la agricultura, los ecosistemas y las sociedades en su conjunto”, dijo Büntgen.

    El profesor Mrislav Trnka, del centro de investigación CzechGlobe en Brno, que formó parte del equipo de estudio, dijo que el fuerte aumento de las sequías era particularmente alarmante para la agricultura y la silvicultura. “La desaparición de los bosques sin precedentes en gran parte de Europa central corrobora nuestros resultados”, dijo.

    Friederike Otto, de la Universidad de Oxford, dijo que la falta de datos históricos a menudo dificultaba la identificación clara de los impulsores de los eventos observados, lo que hace que el nuevo trabajo sea importante y útil. “Corrobora, desde una perspectiva a largo plazo, que el enorme aumento de los extremos de calor observado en Europa en el verano, que se ha atribuido claramente al cambio climático inducido por el hombre, de hecho cambia la naturaleza del verano en Europa”, dijo.

    El estudio, que se publicó en la revista Nature Geoscience, analizó 27.000 anillos de crecimiento de 147 robles. Los robles vivos se utilizaron durante el siglo pasado, como madera de edificios antiguos como iglesias. Para la Edad Media, los investigadores utilizaron robles que se habían conservado en depósitos fluviales o lechos de grava, y para la época romana utilizaron restos como la madera utilizada para construir pozos.

    Las reconstrucciones climáticas anteriores de los anillos de los árboles utilizaron el ancho y la densidad de la madera para determinar la temperatura. El estudio dirigido por Büntgen utilizó mediciones de isótopos de carbono y oxígeno para mostrar cuánta agua estaba disponible para los árboles, lo que arroja un registro de sequías. Esto mostró que la alta frecuencia de las sequías europeas recientes no tenía precedentes, incluso en comparación con las sequías históricas graves, como la sequía del Renacimiento a principios del siglo XVI.

    Las muestras de madera proceden de la República Checa y Baviera en Alemania y representan las condiciones climáticas en Europa central. Las altas temperaturas fueron la principal causa de las sequías recientes, y se han observado en toda Europa.

    La crisis climática también está relacionada con un clima extremadamente húmedo en invierno. La precipitación en el Reino Unido el 3 de octubre de 2020 fue la más alta en registros que se remontan a 1891, y un estudio publicado el miércoles pasado dijo que esto había sido tres veces más probable debido al calentamiento global. La investigación de la Oficina Meteorológica del Reino Unido también encontró que tales lluvias serán 10 veces más probables para 2100 sin grandes recortes en las emisiones de carbono.

     

    Publicado el 15 de marzo en The Guardian por Damian Carrington. Enlace al artículo original: https://bit.ly/3f0w0Cj

     

     

  • El estudio de los registros oceánicos de dos misiones científicas del siglo XIX nos ayuda a predecir las sequías e inundaciones del siglo XXI y nos muestra como en la naturaleza todo está complejamente interrelacionado.

    Predecir sequías e inundaciones: por qué estamos estudiando los registros oceánicos del siglo XIX

     

    Alybaba/Shutterstock 

     

    Las inundaciones han causado daños sin precedentes en Europa recientemente, mientras que en la ciudad china de Zhengzhou, el equivalente a un año de lluvia promedio cayó en solo tres días. En marcado contraste, el calor extremo y las sequías han generado incendios forestales y causado cientos de muertes en el noroeste de Estados Unidos.

    Es probable que este tipo de clima extremadamente húmedo o seco se vuelva más común a medida que se intensifica el cambio climático. Esto se debe a que en un mundo más cálido, aumentarála cantidad de humedad que puede contener la atmósfera. Como regla general, por cada incremento de temperatura de 1 °C, la cantidad de humedad que la atmósfera puede almacenar aumenta hasta en un 7%.

    Más humedad significa mayores precipitaciones extremas. Perversamente, también significa que las regiones secas pueden perder más agua a la atmósfera por evaporación, por lo que las sequías podrían prolongarse e intensificarse.

    Saber cómo varió la lluvia en el pasado puede ayudar a los científicos a predecir cambios futuros, y cuanto más largo sea el registro, más valioso será. Pero, ¿cómo podemos evaluar cómo han cambiado los patrones de lluvia en todo el mundo durante décadas e incluso siglos, dado que solo recientemente hemos podido realizar mediciones globales precisas gracias a la tecnología satelital?

    Una nueva técnica utiliza la salinidad del océano en su superficie para pronosticar cómo cambiarán las precipitaciones estacionales sobre la tierra. La salinidad superficial promedio del océano es cercana a los 35 g de sal por cada kilogramo de agua de mar. Pero las áreas en los subtrópicos, donde se evapora mucha agua, son más saladas, mientras que las regiones polares y los trópicos son menos saladas, lo que refleja la cantidad de nieve y lluvia que tienden a recibir. Básicamente, los científicos han ideado una forma de utilizar el océano como un enorme pluviómetro.

    Midiendo la lluvia

    Usando mediciones de barcos de investigación y boyas, los científicos han demostrado que desde la década de 1950, las áreas saladas del océano se han vuelto más saladas y las áreas de agua menos salada menos saladas aún. Esto confirma que el ciclo global del agua de evaporación y precipitación se ha intensificado durante los últimos 70 años.

    Pero para comprender cómo el cambio climático acelerará este proceso, sería útil saber cómo eran las salinidades de los océanos al principio de la era industrial, antes de que estuvieran disponibles las observaciones científicas del océano global.

    Afortunadamente, hubo dos viajes oceanográficos pioneros alrededor del mundo en la década de 1870. El del HMS Challenger (1872-1876), dirigido por Sir John Murray, es ampliamente considerado como el comienzo de las ciencias marinas a gran escala. Sus numerosos informes documentan nuevos descubrimientos en biología y geología marinas, así como en química y física de los océanos.

    Menos conocido es el viaje del SMS Gazelle de la Armada alemana (1874-1876) que realizó medidas similares al Challenger. Ninguno de los barcos midió la salinidad, un concepto mal definido en aquellos días, pero midieron cuidadosamente la gravedad específica de las muestras de agua de mar.

    Nota del traductor: HMS son las siglas de un acrónimo naval del inglés para "His/Her Majesty's Ship" que en español se traduce por "Buque de Su Majestad". En el caso de Alemania se emplea el acrónimo SMS que son las siglas de "Seiner Majestät Schiff " que también significa "Buque de Su Majestad".

     

    A contemporary drawing of a 19th-century research vessel.

    El HMS Challenger en el Océano Austral. William Frederick Mitchell. 

     

    Convertimos estos valores de gravedad a salinidad, lo que nos permitió comparar los cambios en la salinidad del océano que ocurrieron antes y después de la década de 1950. Nuestra investigación mostró que la tendencia de que las áreas saladas del océano se vuelvan más saladas y las áreas menos saladas se vuelvan aún menos saladas también se mantuvo entre las décadas de 1870 y 1950.

    Sin embargo, la tasa de cambio durante esos 80 años, a principios de la era industrial, fue la mitad de la tasa entre la década de 1950 y la actualidad. En términos simples, la tendencia se está acelerando, coincidiendo con la aceleración de los cambios de temperatura de la superficie del mar durante los últimos 150 años. El ciclo del agua se ha intensificado desde la época victoriana, haciendo que las inundaciones, las sequías y los incendios forestales sean más frecuentes e intensos.

     

    A world ocean map with rising and falling salinity levels highlighted.

    La salinidad cambia en el océano desde la década de 1950. Nature Communications in Earth and EnvironmentCC BY

     

    Para desentrañar la complicada relación entre la salinidad de la superficie del océano, las precipitaciones y las temperaturas del aire y del mar, se utilizan modelos complejos del océano y la atmósfera, ejecutados en grandes ordenadores. Podemos estar seguros de que las temperaturas globales seguirán aumentando con la emisión continua de gases de efecto invernadero. Y nuestra confianza en las predicciones científicas de futuras inundaciones y sequías también puede aumentar si esos mismos modelos reproducen los cambios en la salinidad del océano que se han medido desde el siglo XIX, así como los cambios más rápidos desde mediados del siglo XX.

    Como han demostrado los recientes fenómenos meteorológicos extremos, esto no es solo de interés académico, sino que determinará el curso de millones de vidas.

     

    Publicado el  26 de julio de 2021 en The Conversation. Enlace al artículo original: https://bit.ly/3fo86jk

    Cláusula de Divulgación

    Robert Marsh received funding from NERC.

    Stuart Cunningham received funding from NERC.

    Simon Alasdair Josey y William John Gould no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

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  • El Informe Especial Sobre la Sequía 2021, pone de manifiesto que la próxima pandemia será climática y ya no afectará solamente a los países tradicionalmente desfavorecidos, Nos puede golpear a todos

    "La próxima pandemia": la sequía es una crisis mundial oculta, según la ONU


    Se insta a los países a tomar medidas urgentes para gestionar el agua y la tierra y hacer frente a la emergencia climática

     

    Containers are exposed as the waters of Sun Moon lake in Nantou, Taiwan, recede during a nationwide drought

    Los contenedores quedan expuestos cuando las aguas del lago Sun Moon en Nantou, Taiwán, retroceden durante una sequía en todo el país, Fotografía: Annabelle Chih/Reuters

     

     

    La sequía es una crisis mundial oculta que corre el riesgo de convertirse en "la próxima pandemia" si los países no toman medidas urgentes sobre la gestión del agua y la tierra y abordan la emergencia climática, afirmó la ONU.

    Al menos 1.500 millones de personas se han visto directamente afectadas por la sequía de este siglo, y el costo económico durante aproximadamente ese tiempo se ha estimado en 124.000 millones de dólares (89.000 millones de libras esterlinas). Es probable que el costo real sea muchas veces mayor porque tales estimaciones no incluyen gran parte del impacto en los países en desarrollo, según un informe publicado el jueves.

    Mami Mizutori, representante especial del secretario general de la ONU para la reducción del riesgo de desastres, dijo: “La sequía está a punto de convertirse en la próxima pandemia y no hay vacuna para curarla. La mayor parte del mundo vivirá con estrés hídrico en los próximos años. La demanda superará a la oferta durante ciertos períodos. La sequía es un factor importante en la degradación de la tierra y la disminución de los rendimientos de los principales cultivos ".

    Dijo que mucha gente tenía la imagen de que la sequía afectaba a las regiones desérticas de África, pero que no era así. La sequía ahora es generalizada y, para fines de siglo, todos los países, salvo un puñado, la experimentarán de alguna forma, según el informe.

    "La gente ha estado viviendo con la sequía durante 5.000 años, pero lo que estamos viendo ahora es muy diferente", dijo Mizutori. “Las actividades humanas están exacerbando la sequía y aumentando el impacto”, amenazando con descarrilar el progreso para sacar a las personas de la pobreza.

    Los países desarrollados no han sido inmunes. Estados Unidos, Australia y el sur de Europa han experimentado sequías en los últimos años. La sequía cuesta más de 6 mil millones  de dólares al año en impactos directos en los EE. UU. Y alrededor de 9 mil millones  de euros ( 7.700 millones de libras esterlinas) en la UE, pero es probable que estas cifras estén fuertemente subestimadas.

    El crecimiento de la población también está exponiendo a más personas en muchas regiones a los impactos de la sequía, según el informe.

    La sequía también va más allá de la agricultura, afirma Roger Pulwarty, científico principal de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA) y coautor del informe.

    Señaló el Danubio en Europa, donde la sequía recurrente en los últimos años ha afectado el transporte, el turismo, la industria y la generación de energía. “Necesitamos tener una visión modernizada de la sequía”, dijo. “Necesitamos ver cómo administrar recursos como ríos y grandes cuencas hidrográficas”.

    Los cambios en los patrones de lluvia como resultado del colapso climático son un factor clave de la sequía, pero el informe también identifica el uso ineficiente de los recursos hídricos y la degradación de la tierra bajo la agricultura intensiva y las prácticas agrícolas deficientes como factores que influyen. La deforestación, el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, el pastoreo excesivo y la extracción excesiva de agua para la agricultura también son problemas importantes, dice.

    Mizutori pidió a los gobiernos que tomen medidas para ayudar a prevenir la sequía reformando y regulando cómo se extrae, almacena y utiliza el agua, y cómo se gestiona la tierra. Dijo que los sistemas de alerta temprana podrían hacer mucho para ayudar a las personas en peligro y que ahora se dispone de técnicas avanzadas de pronóstico del tiempo.

    Señaló que trabajar con la población local era esencial, porque el conocimiento local e indígena podría ayudar a informar dónde y cómo almacenar agua y cómo predecir los impactos de los períodos secos.

    El informe, titulado Informe de Evaluación Global Sobre la Reducción del Riesgo de Desastres: Informe Especial Sobre la Sequía 2021, se publicó el jueves y se incorporará a las discusiones en la vital conversación sobre el clima de la ONU conocida como Cop26, que está programada para realizarse en Glasgow en noviembre.

     

    Artículo publicado en The Guardian el 17 de junio de 2021 por Fiona Harvey. Enlace al original: https://bit.ly/3zzPoxU

     

  • El informe sobre la sequía requiere un nuevo enfoque de gestión

    La sequía ha afectado directamente a 1.500 millones de personas en lo que va de siglo, más que cualquier otra catástrofe de evolución lenta. Esta cifra aumentará drásticamente debido al cambio climático, la degradación del medio ambiente y los cambios demográficos. Por tanto, es necesario actuar con urgencia para mejorar la gestión y la prevención de la sequía, según un nuevo informe.

    El Informe Especial sobre la Sequía 2021 del Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres (GAR) afirma que la sequía supone una amenaza para la consecución del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Catástrofes, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la salud y el bienestar de los seres humanos y los ecosistemas.

    "El cambio climático está aumentando las temperaturas y alterando los regímenes de precipitaciones, aumentando así la frecuencia, la gravedad y la duración de las sequías en muchas regiones. A medida que el mundo avanza hacia un calentamiento de 2°C, es necesario tomar medidas urgentes para comprender mejor y gestionar más eficazmente el riesgo de sequía con el fin de reducir el devastador número de vidas humanas y medios de subsistencia", dice el informe encargado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Catástrofes y que incorpora aportaciones de la Organización Meteorológica Mundial.

    El informe pide que se adopten enfoques proactivos e innovadores para la gestión del riesgo de sequía, lo que refleja la opinión que desde hace tiempo tiene la OMM, que ha hecho campaña a favor de políticas de gestión más proactivas, coordinadas y sostenibles que sustituyan a la actual respuesta fragmentaria impulsada por las crisis.

    El informe recomienda el establecimiento de nuevos mecanismos de coordinación y colaboración para avanzar rápidamente en la comprensión y gestión del riesgo de sequía. Esta es la filosofía que subyace al Programa de Gestión Integrada de la Sequía de la OMM, que se basa en los tres pilares de la vigilancia y la alerta temprana; la evaluación de la vulnerabilidad y el impacto; y la mitigación del riesgo de sequía, la preparación y la respuesta.

    La sequía es también una consideración clave del Sistema Mundial de Alerta Multipeligro de la OMM, que apoya a los Miembros en el desarrollo y el fortalecimiento de sus Sistemas de Alerta Temprana Multipeligro (MHEWS) para permitir la alerta de emergencia multipeligro y en todos los medios. Los sistemas de alerta temprana de peligros múltiples basados en el impacto ayudan a las sociedades a prepararse y a responder a todo tipo de desastres, incluidos los relacionados con los peligros hidrometeorológicos. Dado que la sequía es un acontecimiento de aparición lenta, la alerta temprana ofrece oportunidades para mejorar la acción colectiva que puede salvar vidas y minimizar los posibles daños económicos y medioambientales.

    "Estamos asistiendo a un número creciente de catástrofes y muchos de esos desastres están relacionados con el agua... Los mayores impactos del cambio climático tienen que ver con el agua", dijo el Secretario General de la OMM, el profesor Petteri Taalas. "Tenemos que adaptarnos al cambio climático y una de las formas más poderosas de adaptarse al cambio climático es invertir en servicios de alerta temprana y en servicios meteorológicos e hidrológicos".

    La OMM está encabezando una nueva Coalición sobre el Agua y el Clima para lograr un programa mundial integrado del agua y el clima que apoye una adaptación más eficaz, la resiliencia y el desarrollo sostenible. Uno de los principales obstáculos para ofrecer soluciones hídricas eficientes y sostenibles es la falta de información sobre los recursos hídricos actualmente disponibles, la disponibilidad futura y la demanda para el suministro de alimentos y energía. Los responsables de la toma de decisiones se enfrentan al mismo dilema cuando se trata de riesgos de inundación y sequía.

    Día de la Desertificación y la Sequía

    El informe se publicó en el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía.

    Las sequías tienen un impacto profundo, generalizado y subestimado en las sociedades, los ecosistemas y las economías. Incurren en costes que son soportados de forma desproporcionada por las personas más vulnerables. Los amplios impactos de la sequía son sistemáticamente subestimados, a pesar de que abarcan grandes áreas, se propagan en cascada a través de sistemas y escalas, y perduran en el tiempo.

    Afectan a millones de personas y a muchos sectores y ámbitos -como la producción agrícola, el suministro público de agua, la producción de energía, el transporte por agua, el turismo, la salud humana y la biodiversidad-, contribuyendo a la inseguridad alimentaria, la pobreza y la desigualdad

    "La mayor parte del planeta vivirá con estrés hídrico en los próximos años. La demanda superará a la oferta durante ciertos periodos", dijo Mami Mizutori, Representante Especial del Secretario General de la ONU para la Reducción del Riesgo de Catástrofes. "La sequía es un factor importante en la degradación de la tierra y en la disminución del rendimiento de los principales cultivos. El cambio climático significa que los cambios en los regímenes de lluvias y la mayor variabilidad de las precipitaciones suponen un riesgo para el 70% de la agricultura mundial que es de secano."

    Las estimaciones de los costes derivados de los impactos de la sequía entre 1998 y 2017 muestran que las sequías han afectado al menos a 1.500 millones de personas y han provocado pérdidas económicas de al menos 124.000 millones de dólares en todo el mundo. Las estimaciones de algunos de los costes directos incluyen pérdidas anuales en los Estados Unidos de América de aproximadamente 6.400 millones de dólares al año, y unos 9.000 millones de euros en la Unión Europea, según el informe.

    El efecto de las sequías severas en el producto interior bruto de la India se estima en un 2-5%. Como consecuencia de la sequía del milenio australiana, la productividad total de los factores agrícolas en Australia cayó un 18% en el periodo 2002-2010.

    Mecanismo mundial

    El Informe Especial sobre la Sequía 2021 pide un nuevo mecanismo mundial que apoye a los países a abordar la naturaleza transfronteriza del riesgo de sequía mediante el fortalecimiento de la gestión del riesgo, las asociaciones y la innovación a nivel regional y la acción informada sobre el riesgo a nivel comunitario.

    El informe también promueve el establecimiento de asociaciones nacionales de resiliencia a la sequía que movilicen a los socios públicos, privados y de la sociedad civil y trabajen para garantizar un vínculo sin fisuras entre los niveles nacional y local.

    Recomendaciones clave

    • La prevención tiene un coste humano, financiero y medioambiental mucho menor que la reacción y la respuesta.
    • Una mayor comprensión de los riesgos sistémicos complejos y una mejor gobernanza del riesgo pueden conducir a una acción eficaz sobre el riesgo de sequía.
    • Las asociaciones de resiliencia a la sequía a nivel nacional y local serán fundamentales para gestionar la sequía en un mundo que se está calentando y en el que las precipitaciones serán cada vez más impredecibles y requerirán soluciones prácticas para hacer frente a problemas como la deforestación, el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, el sobrepastoreo, la salinización, el anegamiento y la erosión del suelo.
    • Un mecanismo de gestión de la sequía a nivel internacional y nacional podría ayudar a abordar la naturaleza compleja y en cascada del riesgo de sequía.
    • Los sistemas y servicios financieros deben evolucionar para fomentar los enfoques cooperativos, promover los mecanismos de protección social y fomentar la transferencia de riesgos y la financiación contingente, a fin de proporcionar un apoyo adaptativo diversificado a la gestión del riesgo de sequía.

    Fuente:

     

  • El suroeste de Estados Unidos tiene probablemente un futuro con mayor sequías

    El futuro más seco es probablemente inevitable para el suroeste de Estados Unidos, pero la reducción de los gases de efecto invernadero podrían ayudar.

    Durante las dos últimas décadas, el suroeste de Estados Unidos se ha visto afectado por una de las sequías de larga duración -o "megasequías"- de los últimos 1.200 años. Y ahora, los científicos afirman que el riesgo de que se produzcan megasequías extremas similares y gravísimas sequías en un año aumentará en el futuro a medida que la temperatura de la Tierra siga aumentando, según un nuevo estudio publicado en Earth's Future y patrocinado por el programa de modelización, análisis, predicciones y proyecciones (MAPP) de la CPO y dirigido por el Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) de la NASA. El estudio también contó con el apoyo del Sistema Nacional Integrado de Información sobre la Sequía (NIDIS), dirigido por la CPO. 

    Más concretamente, el estudio demostró que, independientemente de los niveles futuros de emisiones de gases de efecto invernadero, el calentamiento ha provocado un elevado riesgo de megasequías intensas en la región. Sin embargo, las medidas de control -esfuerzos para reducir la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera- pueden reducir, y de hecho lo hacen, el riesgo de sequías intensas. La gravedad de las megasequías también disminuye con la reducción de gases, lo que hace que sus impactos sean menos dañinos. 

    "La actual sequía del suroeste pone de manifiesto los graves efectos que las condiciones de sequía tienen sobre la población y la economía", afirmó Ko Barrett, asesor principal de investigación sobre el clima de la NOAA y vicepresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). "El estudio destaca claramente el impacto positivo que la reducción de los gases de efecto invernadero podría tener sobre la aparición y la gravedad de la sequía en el suroeste. No es demasiado tarde para actuar y suavizar los impactos". 

    Los gráficos muestran el riesgo de sequías severas para un año (izquierda) y de megasequías de 21 años (derecha) para el año 2100 bajo escenarios de emisiones bajas, intermedias y altas, en comparación con las observaciones y la historia modelada. El riesgo de sequías anuales y de sequías de 21 años aumenta con niveles más altos de emisiones de gases de efecto invernadero. Incluso en un escenario de bajas emisiones, el equipo de investigación encontró al menos un 50% de probabilidades de que se produzcan megasequías graves a finales de siglo. 

    Las megasequías son episodios de sequía intensa que duran al menos 20 años. El equipo de investigación seleccionó la megasequía severa que se produjo en el período 2000-2020 durante 21 años y, de éstos años, la sequía que se produjo en 2002 como sequía extrema, de las que podrían ser más frecuentes a medida que el clima cambie con futuras emisiones. Las sequías severas pueden agotar los recursos hídricos, marchitar los cultivos y provocar incendios, causando grandes pérdidas económicas. Cuanto más duren las sequías, más se agravan sus múltiples impactos y más tarda la recuperación, lo que significa que incluso uno o dos años realmente húmedos pueden no ser suficientes para volver a las condiciones anteriores a la sequía.

    Para ver cómo el aumento de las temperaturas podría contribuir a sequías graves como las analizadas en el futuro, los autores examinaron reconstrucciones históricas, modelos y mediciones instrumentales de los datos de humedad del suelo, así como proyecciones hasta el año 2100 utilizando la última generación de modelos climáticos. También investigaron cómo afectaría a los resultados la reducción de emisiones en tres escenarios diferentes.

    Los resultados indican que, tanto en el pasado como en el futuro, a medida que aumentan las temperaturas, los factores que favorecen la sequía se intensifican, incrementando el riesgo de sequías graves a corto y largo plazo, a la par que las sequías de 2002 y 2000-2020. En particular, el equipo de investigación descubrió que hay al menos un 50% de posibilidades de que se produzcan megasequías graves a finales de siglo, incluso en un escenario de bajas emisiones. Sin embargo, las medidas de mitigación reducen la intensidad de la sequía a largo plazo al disminuir el riesgo de sequías extremas anuales durante las megasequías, según los resultados.

    Con las temperaturas en aumento la atmósfera estará más seca

    Los autores señalan que los cambios en las precipitaciones, así como una atmósfera más " seca" son los principales responsables del aumento del riesgo de sequías extremas en el suroeste.

    En condiciones ideales, la nieve invernal de las montañas se derrite y llena los arroyos y lagos en primavera, y su lenta liberación y las lluvias primaverales que la acompañan proporcionan una fuente constante de agua para el consumo y la agricultura. Pero el aumento de las temperaturas interfiere en este proceso. Las precipitaciones se producen en forma de lluvia en lugar de nieve, y el manto de nieve, más pequeño, se derrite antes.Si el suelo ya está seco del año anterior, puede simplemente absorber la nieve que se derrite, dijo el autor principal, Ben Cook, investigador asociado del GISS de la NASA, investigador científico adjunto de la Universidad de Columbia y miembro del Grupo de Trabajo sobre la Sequía organizado por el programa MAPP de la CPO.  Esta es una variable que ha contribuido a las sequías históricas de California y otras partes del oeste en 2021.

    A medida que la atmósfera se calienta, también se vuelve temporalmente más seca, o "más sedienta". El aire seco actúa como una esponja, absorbiendo el agua de las plantas y del suelo. Como el aire caliente puede retener más humedad que el aire frío, el aumento de las temperaturas significa que se evaporará más humedad del suelo.

    Los resultados muestran que ambos factores contribuyen a una sequía pronunciada y generalizada en los tres escenarios de calentamiento.

    Los mapas muestran el cambio previsto en la humedad del suelo en verano para finales del siglo XXI en escenarios de emisiones bajas, intermedias y altas. Los tonos marrones más oscuros significan suelos más secos y los tonos verdes más oscuros significan suelos más húmedos. Tanto los cambios en las precipitaciones como una atmósfera más "sedienta" contribuyen a una sequedad pronunciada y generalizada en los tres escenarios.

    El suroeste de Estados Unidos ha sido propenso a la sequía durante milenios, y a medida que el aumento de las temperaturas hace que el suelo sea más seco, esa sequedad natural se convierte en el telón de fondo de un mayor riesgo de sequías graves, dijo Marvel.

    ¿Mitigar o adaptarse? Sí 

    A pesar de un futuro seco, la prevención puede reducir la gravedad de la sequía y la adaptación puede ayudar a las comunidades a planificar lo peor. La mitigación puede incluir la prevención de nuevas emisiones, como el cambio a la energía limpia, o la eliminación de los gases de efecto invernadero que ya están en la atmósfera, como la plantación de árboles o a través de la tecnología. En cambio, la adaptación se refiere a las acciones que ayudan a los seres humanos y al medio ambiente a prepararse para los cambios que ya están ocurriendo o que no pueden evitarse.

    "La reducción de emisiones tiene claros beneficios para disminuir la frecuencia y gravedad de las sequías de un solo año", dijo Cook. "Puede que tengamos más de estos períodos de sequía de 20 años, pero si podemos evitar los picos extremos realmente bruscos y a corto plazo, entonces puede ser algo a lo que sea más fácil adaptarse".

     

    El gráfico muestra el riesgo de sequías extremas anuales durante eventos de megasequía de 21 años bajo un escenario de emisiones bajo, intermedio y alto. Los resultados muestran que las medidas de reducción de emisiones reducen la intensidad de la sequía a largo plazo al disminuir el riesgo de sequías extremas anuales durante los episodios de megasequía.

    Esto significa que incluso si el calentamiento global no se detiene inmediatamente, tomar medidas puede ayudar, dijo Marvel.

    "Va a haber una nueva normalidad a pesar de todo", dijo Marvel. "Habrá que adaptarse a un clima general más seco. Pero el grado de esa adaptación -la frecuencia con que se produzcan estas sequías, lo que ocurra con el riesgo de sequía- está básicamente bajo nuestro control."

    Los datos de la NOAA y la NASA, disponibles de forma gratuita, son una parte vital de los esfuerzos de reducción de emisiones y adaptación. Mediante el estudio y la comprensión de nuestro planeta, los científicos, los gestores de recursos, los agricultores, los responsables políticos y otros pueden tomar decisiones que no sólo ayuden a mitigar el cambio climático, sino también a adaptarse a un futuro más cálido.

    Este artículo ha sido realizado a partir de un reportaje del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

    Fuente:     8 septiembre de 2021 

  • Impulsar la acción contra la sequía

    3 minutos

    La humanidad se encuentra "en una encrucijada" en lo que respecta a la gestión de la sequía y es apremiante acelerar la prevención utilizando todas las herramientas posibles, según un nuevo informe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).

    Los datos sobre la sequía se publicaron el  pasado 11 de mayo para conmemorar el Día de la Sequía en la 15ª Conferencia de las Partes de la CLD (COP15, del 9 al 20 de mayo en Abiyán, Costa de Marfil). En él se hace un llamamiento para que el compromiso mundial con la prevención de la sequía y la resiliencia en todas las regiones del mundo sea una prioridad absoluta.

    El informe es un compendio autorizado de información y datos relacionados con la sequía, contribuye a las recomendaciones contenidas en una de las resoluciones de los 196 Estados miembros de la CNULD, que se publicará el 20 de mayo al término de la COP15.

     

    "Los hechos y las cifras de esta publicación apuntan todos en la misma dirección: una tendencia al alza en la duración de las sequías y la gravedad de los impactos, que no sólo afectan a las sociedades humanas sino también a los sistemas ecológicos de los que depende la supervivencia de toda la vida, incluida la de nuestra propia especie", afirma Ibrahim Thiaw, Secretario Ejecutivo de la CNULD.

    En un mensaje de vídeo preparado para la conferencia, el Secretario General de la OMM, Prof. Petteri Taalas, destacó las iniciativas de la OMM que tratan de abordar el problema de la sequía. Por ejemplo, la OMM está trabajando para ampliar la cobertura de los servicios de alerta temprana -incluyendo las inundaciones repentinas y la sequía y las tormentas de arena y polvo- y para reforzar el sistema de observación hidrológica como parte de una Coalición más amplia sobre el Agua y el Clima.

    Los retos son cada vez mayores.

    "Se ha producido una disminución de la humedad del suelo en muchas partes del mundo y eso es muy preocupante porque influye en la producción agrícola. También un aumento del deshielo de los glaciares, lo que significa que tenemos menos agua dulce en los ríos y, por último, cambios en el régimen de lluvias. En algunas partes del mundo se están volviendo más secas y otras tienen más problemas de inundaciones", dijo el profesor Taalas.

    La OMM y la Asociación Mundial para el Agua (GWP) copatrocinan el Programa de Gestión Integrada de la Sequía (IDMP) y colaboran con unas 40 organizaciones asociadas, entre ellas la CLD, la FAO, la UNESCO y muchas otras.  El IDMP ha desarrollado los tres pilares de la gestión integrada de la sequía: 1) la alerta temprana y la vigilancia de la sequía, 2) la evaluación de la vulnerabilidad y el riesgo de sequía y 3) la mitigación del riesgo, la preparación y la respuesta.

    En la última sesión del Día de la Sequía, la OMM fue moderadora de una sesión con los socios del IDMP sobre la organización de un seguimiento de la Reunión de Alto Nivel sobre Políticas Nacionales contra la Sequía de 2013 que tendrá lugar en 2023, para abogar para que los países pongan en marcha sus políticas contra la sequía.

    El informe La sequía en cifras crea un convincente llamamiento a la acción. Por ejemplo:

        Desde el año 2000, el número y la duración de las sequías han aumentado un 29%.

        Entre 1970 y 2019, los riesgos meteorológicos, climáticos e hídricos han sido la causa del 50% de los desastres y del 45% de las muertes relacionadas con las catástrofes, sobre todo en los países en desarrollo.

        Las sequías representan el 15% de las catástrofes naturales, pero se cobraron el mayor número de víctimas humanas, aproximadamente 650.000 muertes entre 1970 y 2019.

        De 1998 a 2017, las sequías causaron pérdidas económicas mundiales de aproximadamente 124.000 millones de dólares.

        En 2022, más de 2.300 millones de personas se enfrentan al estrés hídrico; casi 160 millones de niños están expuestos a sequías graves y prolongadas.

    Una de las mejores y más completas soluciones es la regeneración de la tierra, que aborda muchos de los factores fundamentales de la degradación de los ciclos del agua y la pérdida de fertilidad del suelo. Debemos construir y reconstruir mejor nuestros paisajes, imitando la naturaleza siempre que sea posible y creando sistemas ecológicos funcionales, dice el informe.

    Más allá de la regeneración, es necesario un cambio de paradigma, pasando de enfoques "reactivos" y "basados en la crisis" a enfoques "proactivos" y "basados en el riesgo" de la gestión de la sequía que impliquen coordinación, comunicación y cooperación, impulsados por una financiación y una voluntad política suficientes.

    Fuente:

  • La sequía agrícola en Europa es cada vez más frecuente, intensa y duradera

    Jasper Suijten / Shutterstock

     

    La sequía es un fenómeno silencioso, que llega sin avisar y del que, normalmente, nos damos cuenta cuando lleva entre nosotros semanas o meses.

    La comunidad científica se ha ocupado preferentemente de estudiar la sequía en regiones o países (Sahel, Cuerno de África, Sudáfrica, Australia…) donde el problema es acuciante y las consecuencias dramáticas en la mayoría de los casos. Esto es comprensible, pero provoca que el foco no esté tan pendiente de otras áreas geográficas.

    En un trabajo publicado recientemente en la revista Global and Planetary Change, hemos analizado la evolución de la humedad del suelo en Europa en los últimos treinta años. Y hemos llegado a una conclusión clara: el suelo cada vez tiene menos agua.

    La sequía agrícola

    La sequía se puede definir como un periodo prolongado de escasez de recursos hídricos capaz de provocar efectos adversos sobre la sociedad, los sistemas productivos y los ecosistemas.

    Existen diferentes tipologías de sequía según el proceso hidrológico de referencia y el ámbito natural o socioeconómico al que afecte de manera más directa. Los tipos que se consideran habitualmente son los siguientes:

    • Sequía meteorológica: hace referencia a un periodo prolongado en el que se registra una precipitación inferior a lo normal.

    • Sequía hidrológica: viene identificada por un periodo en el que los recursos hídricos, ya sean superficiales o subterráneos, se sitúan por debajo de lo habitual.

    • Sequía agrícola: ocurre cuando la disponibilidad de agua en el suelo para las plantas se reduce a un nivel tal que afecta negativamente el rendimiento de los cultivos y, por tanto, a la producción agrícola.

    También se analizan en algunos contextos la sequía ecológica o la socioeconómica.

    La sequía agrícola suele ser la que tiene un mayor impacto social, pues afecta a un sector tan sensible y expuesto como relevante desde el punto de vista socioeconómico. La sequía agrícola no solo afecta a la renta de los agricultores, los primeros damnificados, sino que pone en jaque la seguridad alimentaria de las regiones con las que se ceba. Como consecuencia de ello, exacerba las desigualdades sociales y económicas, actúa como catalizador de conflictos sociales, activa los flujos migratorios e intensifica las crisis sanitarias.

    Evolución de la sequía agrícola en Europa

    Nuestro estudio ha puesto de manifiesto que, en aquellos territorios europeos en los que ha habido una variación significativa del contenido de agua del suelo en las últimas tres décadas, en más del 80 % de los casos la tendencia ha sido negativa. Es decir, el suelo cada vez tiene menos agua.

    Como consecuencia, la sequía agrícola muestra una clara tendencia positiva, es decir, va aumentando con el paso de los años. Además, hemos observado que su intensidad está siendo cada vez mayor y que la duración de los episodios se ha ido incrementando. En definitiva, está aumentando la frecuencia de la sequía agrícola, es más intensa y dura más.

    En un estudio anterior, referido exclusivamente a la península ibérica, llegamos a conclusiones similares. En ese caso, detectamos que los resultados eran especialmente significativos y permitían observar un claro aumento de la sequía agrícola para el periodo que va de mayo a octubre. Ese intervalo coincide con el ciclo completo o, en algunos casos, crítico, de los principales cultivos de un país mediterráneo como España.

    Un escenario preocupante

    Los resultados de estos estudios dibujan un escenario preocupante para la agricultura del continente europeo. No solo la agricultura de secano, que depende exclusivamente del agua de lluvia que finalmente se almacena en el suelo, se va a ver afectada negativamente. También la de regadío, porque la evolución de las condiciones ambientales está haciendo que aumenten las necesidades hídricas de los cultivos.

    Además, y como consecuencia de la tendencia que hemos analizado en nuestro estudio, regiones o países donde hasta hace poco el regadío era inexistente, testimonial o puntual, están aumentando el riego, en unos casos o, en otros, están comenzando a implementarlo. Sus condiciones bioclimáticas habituales lo hacían innecesario o circunstancial, pero ahora la situación es diferente.

    La Unión Europea reconoce que “aunque las necesidades de riego son mayores en la región mediterránea, los países del norte y el este de Europa han tenido que tomar medidas de emergencia debido a los largos períodos de sequía en los últimos años, y los fondos agrícolas de la UE han proporcionado una red de seguridad en varios Estados miembros de la UE durante las sequías recientes. Incluso en regiones con un clima húmedo, el riego suplementario sirve como una herramienta para abordar los riesgos y limitaciones en la disponibilidad de recursos hídricos”.

    La eventualidad de regar más o regar donde antes no se regaba supone la necesidad de detraer recursos hídricos adicionales del medio natural, ya sean superficiales o subterráneos. Eso puede suponer un incremento de la tensión hídrica por el previsible impacto que pueda suponer, en un escenario de cambio climático ya de por si tensionado. La situación de los sistemas fluviales y acuíferos es inquietante debido a los efectos del calentamiento global, y esto añade un factor de presión añadido.

    Sequía agrícola y seguridad alimentaria

    La tendencia que hemos observado en la sequía agrícola en Europa supone un elemento adicional de incertidumbre en el contexto agroalimentario actual. La crisis derivada de la invasión de Ucrania (“el granero de Europa”) ha puesto de manifiesto la fragilidad de los sistemas de producción y abastecimiento europeos y mundiales, y la precariedad de la seguridad alimentaria en regiones, como el continente europeo, donde habitualmente ha sido observada como un problema ajeno. El incremento paulatino del riesgo de sequía agrícola hace que aumente aún más dicha fragilidad.

    Con este panorama, cobra más fuerza, si cabe, la necesidad de adoptar medidas efectivas de adaptación al cambio climático en el ámbito de la agricultura. En este contexto, destacan dos ejes especialmente. Por un lado, la profundización en la gestión eficiente del agua en la agricultura sobre la base de la utilización de las nuevas tecnologías, especialmente en riego y monitorización de suelos y cultivos. Por otro, la biotecnología agrícola, investigando e innovando para que las plantas cultivadas se adapten eficientemente a unas condiciones cada vez más estresantes, manteniendo o, si es posible, incrementando su productividad.

     

    Publicado en The Conversation el 10 de julio de 2022. Enlace al original.

    Cláusula de Divulgación

    José Martínez Fernández recibe fondos de la Junta de Castilla y León (proyectos SA112P20 and CLU-2018-04), y del Ministerio de Ciencia e Innovación (proyecto PID2020-114623RBC33), así como del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). .

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  • La sequía histórica amenaza con paralizar el comercio europeo


    Desde el Rin hasta el Danubio, las vías fluviales están fallando en el peor momento posible a medida que empeora la crisis climática.

    (Artículo publicado por William Wilkes, Jack Wittels e Irina Vilcu, en Bloomberg, el 10 de agosto de 2022). Enlace al artículo original.

     

    The Rhine is the lynchpin of Europe’s network of inland waterways. 

     El Rin es el eje de la red europea de vías navegables interiores. Fotógrafo: Alex Kraus/Bloomberg


    En medio de un verano árido que batió récords de calor en toda Europa, los ríos del continente se están evaporando.

    El Rin, un pilar de las economías alemana, holandesa y suiza durante siglos, se volverá virtualmente intransitable en un punto clave a finales de esta semana, bloqueando grandes flujos de diésel y carbón. El Danubio, que serpentea 1.800 millas a través de Europa central hasta el Mar Negro, también está obstruido, lo que dificulta el comercio de granos y otras mercancías.

    En toda Europa, el transporte es solo uno de los elementos del comercio fluvial que se ha visto alterado por el cambio climático. La crisis energética de Francia ha empeorado porque el Ródano y el Garona son demasiado cálidos para enfriar los reactores nucleares de manera efectiva, y el Po de Italia es demasiado bajo para regar los campos de arroz y sostener almejas para la "pasta alle vongole".

    Si bien las interrupciones en las vías fluviales serían un desafío en el mejor de los casos, la región ya está al borde de la recesión, ya que la invasión rusa de Ucrania alimenta la inflación al reducir los suministros de alimentos y energía. La situación, solo cuatro años después de una interrupción histórica del transporte marítimo del Rin, agrega urgencia a los esfuerzos de la Unión Europea para hacer que el transporte marítimo interior sea más resistente.

    El seco verano del Rin
    El río es un enlace de transporte crucial para Alemania y la caída de los niveles de agua está generando alarmas de que se volverá intransitable.

    Fuentes: Administración Federal Alemana de Vías Navegables y Navegación; Instituto Federal Alemán de Hidrología; Europa más allá del carbón.

    Nota: Los niveles de agua recientes son el promedio de los datos diarios del 1 de junio al 8 de agosto de 2022. Los promedios históricos cubren el período del 1 de junio al 8 de agosto de 2010 a 2021.

     

    Los ríos y canales del continente transportan más de 1 tonelada de carga al año por cada residente de la UE y aportan alrededor de 80.000 millones de dólares a la economía de la región solo como medio de transporte, según cálculos basados ​​en cifras de Eurostat. Pero las consecuencias de las vías fluviales secas son más profundas.

    “No se trata solo de navegación comercial. Se trata de refrescarse cuando hace calor, se trata de regar y muchas otras cosas”, dijo Cecile Azevard, directora del operador de agua francés VNF. “Los ríos son parte de nuestro patrimonio”.

    Se espera que las malas condiciones arrastren las economías de la región mucho más que el golpe de 5.000 millones de euros (5.100 millones de dólares) causado por los problemas de tránsito del Rin en 2018, según Albert Jan Swart, economista de transporte de ABN Amro Bank NV.

    “La capacidad para el envío terrestre se verá severamente limitada siempre que no llueva mucho en el área”, dijo. “También obtienes el daño causado en Alemania por los altos precios de la electricidad. Estamos hablando de miles de millones”.

    Para ampliar información: Alemania tiene tres meses para salvarse de una crisis de gas invernal

     

  • La sequía repentina: definiciones, indicadores y hacia dónde vamos a partir de ahora

    6 -  8  minutos

    El tema de la "sequía repentina" está ganando rápidamente la atención de las comunidades de investigación y de lucha contra la sequía. Esta revisión bibliográfica pretende sintetizar la investigación realizada hasta la fecha y proporcionar una base para futuras investigaciones sobre el tema. En concreto, nuestra revisión se centra en documentar la gama de definiciones de "sequía repentina" que se proponen en la comunidad investigadora. Encontramos que el término apareció por primera vez en la literatura revisada por pares en 2002, y en 2020 se ha convertido en un área de investigación activa. En ese lapso de 18 años, la "sequía repentina" ha recibido 29 descripciones generales, y 20 artículos han proporcionado criterios medibles y definitorios utilizados para distinguir una sequía repentina de otras sequías. De estos documentos, 11 distinguen la sequía repentina como un evento de sequía de inicio rápido, mientras que ocho distinguen la sequía repentina como un evento de sequía a corto plazo o de corta duración, y un documento considera la sequía repentina como un evento de corta duración y de inicio rápido. En la actualidad, no existe una definición o un criterio universalmente aceptado para la "sequía repentina", a pesar de las recientes investigaciones que han pedido a la comunidad investigadora que adopte el principio de la intensificación rápida de las condiciones de sequía.

    Índices

    Figura 1: Número de publicaciones de cada año que proporcionan una definición o descripción de la sequía repentina (azul) o que simplemente mencionan el término "sequía repentina" sin proporcionar una descripción o definición (rojo).

     

     Figura 2: Frecuencia con la que se utilizó un indicador climático en una definición de sequía repentina. Los elementos base de los índices compuestos se contaron por separado. Por ejemplo, el Índice de Evaporación de Precipitaciones Estandarizado (SPEI) se utilizó en una definición, pero aquí la evaporación y la precipitación se contaron como indicadores separados que se combinaron para esa definición. El US Drought Monitor está resaltado (en rojo) porque representa una síntesis de indicadores (a diferencia de un solo indicador) y, por lo tanto, es diferente de los demás en este gráfico.

     

    Figura 3: Número de indicadores utilizados en cada definición de sequía repentina. Las barras rojas indican si esa definición utilizó el US Drought Monitor, que representa una síntesis de indicadores.

    Resumen y conclusiones

    Dado lo dinámico que se ha vuelto el campo de la investigación sobre la sequía repentina nos motivó a realizar esta revisión de la literatura como una forma de sintetizar la investigación actual, destacar algunas de las preguntas e incongruencias que existen dentro de la literatura, y proporcionar una base para futuras investigaciones sobre la sequía repentina.

    Desde que la sequía repentina apareció por primera vez en la literatura científica en 2002, ha habido 29 descripciones generales y 20 artículos que proporcionan criterios de definición a través de 86 artículos y 325 autores/coautores (hasta julio de 2020). Hemos revisado estas definiciones y las hemos agrupado por artículos que sólo proporcionan una descripción general (29 artículos), artículos que definen la sequía repentina por la tasa de aparición o intensidad (11 artículos), artículos que consideran que las sequías repentinas son eventos de sequía a corto plazo (8 artículos), y un artículo que considera tanto la tasa de aparición como la duración a corto plazo. Hemos puesto a disposición estas definiciones para que puedan ser utilizadas en futuras investigaciones.

    Aunque no hemos evaluado los méritos o deméritos de ningún criterio o método individual, hemos observado la variedad de formas en que se ha medido la sequía repentina. Por ejemplo, las definiciones que consideran la sequía repentina como un evento de inicio rápido incluyen un rango de tasas de inicio que van desde cinco días hasta ocho semanas.

    Cuatro documentos utilizaron los cambios en el US Drought Monitor para definir la sequía repentina. Los indicadores más comunes de la sequía repentina han sido la evaporación/evapotranspiración (12 veces), la humedad del suelo (utilizada 11 veces), la precipitación (8 veces) y la temperatura (7 veces).

    De la revisión de estos documentos se desprende que la sequía repentina puede identificarse utilizando una variedad de índices. A pesar de que en 2018 se pidió que las definiciones de sequía repentina se basaran en el principio de intensidad repentina (Otkin et al. 2018a), se siguen publicando nuevas definiciones que denominan "sequía repentina" a eventos de corta duración. Por lo tanto, dentro de la comprensión actual, el término "sequía repentina" podría usarse para significar tanto una sequía que se formó o intensificó rápidamente, como una sequía que fue intensa (generalmente asociada a una ola de calor) pero de duración relativamente corta.

    Al completar esta revisión queda claro que hay muchas diferencias entre la forma en que el término "sequía repentina" ha Figura 3: Número de indicadores utilizados en cada definición de sequía repentina. Las barras rojas indican si esa definición utilizó el US Drought Monitor, que representa una síntesis de indicadores.9 JoASC, Volumen 2021, Número 001

    La definición de sequía repentina se ha utilizado en la literatura, pero también hay algunos temas comunes. El primer elemento común es que una sequía repentina representa un cambio rápido en el agua disponible en el terreno, independientemente de que esos cambios persistan o no, o de que se produzcan al principio de la sequía (inicio rápido) o en algún momento a lo largo de la misma.

    La investigación señala comúnmente que la sequía repentina puede tener impactos nefastos con poca o ninguna señal de advertencia.

    Dado que la sequía repentina tiene una relevancia e implicaciones reales para una amplia gama de responsables de la gestión de recursos, hacemos un llamamiento a los investigadores de la sequía repentina para que sean conscientes de que, mientras trabajan en la definición de este fenómeno, deben pensar más allá de sus intereses de investigación particulares para tener una importancia social más amplia.

    Dado el impacto de la sequía repentina en varios sectores de la sociedad, no se trata sólo de una cuestión técnica de ciencia física.

    No estamos seguros de que sea necesario (o posible) limitar la sequía repentina a una única definición rígida con un conjunto de criterios invariables, ya que la metodología utilizada debería ser la adecuada para la pregunta formulada. Sin embargo, debería acordarse un conjunto claro de directrices para distinguir los episodios de sequía repentina de otras sequías.

    En opinión de los autores, cuando se utilice el término "sequía repentina", debería indicarse explícitamente su significado. Además, alentamos a los investigadores a participar explícitamente en el debate sobre cómo caracterizar y definir la sequía repentina, tanto en la bibliografía como en los talleres y conferencias, como el celebrado por el Sistema Nacional Integrado de Información sobre la Sequía (NIDIS) de la NOAA a finales de 2020. Esperamos que este enfoque, cuando se utilice el término "sequía repentina", debería indicarse explícitamente su significado. Además, alentamos a los investigadores a participar explícitamente en el debate sobre cómo caracterizar y definir la sequía repentina, tanto en la bibliografía como en los talleres y conferencias, como el celebrado por el Sistema Nacional Integrado de Información sobre la Sequía (NIDIS) de la NOAA a finales de 2020.

    Esperamos que este debate continúe en futuras publicaciones y hacemos un llamamiento a la creciente comunidad de investigación sobre la sequía repentina para que considere las metodologías y los métodos para definir la sequía repentina.

    Fuente: Autores: Joel Lisonbee, Molly Woloszyn, Marina Skumanich

  • La siembra de agua, una técnica milenaria eficaz para enfrentarse a la sequía

    Recreación de un sistema de siembra de agua. Rocío Espín y Sergio Martos, Author provided

    Dicen en Perú que el que cosecha agua sin haberla sembrado es un ladrón. La frase está llena de significado. En España tenemos un par de millones de pozos que cosechan agua subterránea sin que sus propietarios sepan que el agua también se siembra. Los pueblos quechuas y aymaras lo hacen en los Andes desde hace más de mil años mediante la construcción y manejo de amunas, cochas y bofedales, entre otros sistemas. También se siembra agua en Sierra Nevada, España, desde la época de Al-Ándalus, mediante las acequias de careo.

  • Met Office colabora con Anglian Water para impulsar el plan de resistencia a la sequía

    3 - 5 minutos

    Anglia Oriental es la región más seca del Reino Unido, con 630 mm de precipitaciones anuales, pero también es conocida por su diversidad de humedales y paisajes, como los Fens, los Broads y los arroyos de tiza - mérito: Anglian Water

    La Oficina Meteorológica del Reino Unido ha colaborado con el proveedor de servicios públicos Anglian Water en el desarrollo de los elementos clave de su Plan de Gestión de los Recursos Hídricos (WRMP), con lo que se ha mejorado la información de la empresa respecto al riesgo de sequía.

    Según el equipo de consultoría industrial de la Met Office, la cuantificación de los riesgos de sequía, tanto en la actualidad como en el futuro, permitirá a Anglian Water mejorar su capacidad de recuperación. También sirve de apoyo a los aspectos fundamentales del Plan de Sequía de la empresa.

    Las predicciones sobre el cambio climático indican que los patrones de precipitación en el Reino Unido cambiarán, lo que supondrá un reto adicional para las compañías de agua regionales que buscan la seguridad del suministro para sus clientes. Una de las regiones que podría verse más afectada es Anglia Oriental, donde gran parte del suministro de agua de la región lo proporciona Anglian Water.

    Geoff Darch, director de estrategia de recursos hídricos de Anglian Water, declaró: "Nuestra región se encuentra en una situación única, ya que la mayoría de los suministros de agua proceden de importantes acuíferos y embalses que se recargan lentamente. Por ello, la región es especialmente vulnerable a las sequías derivadas de déficits de lluvias de meses y, a veces, de años.

    "Unos pocos meses de precipitaciones por debajo de la media son asumibles, pero las precipitaciones por debajo de la media que se producen durante uno o dos años pueden provocar una reducción significativa del agua almacenada.

    "Para garantizar que el riesgo de los recursos hídricos se cuantifica adecuadamente, es necesario incorporar estas características de la sequía a los datos utilizados para nuestra planificación. En este sentido, Anglian Water y la Met Office han colaborado en la investigación de nuevos enfoques", afirmó.

    El Dr. Joe Osborne, consultor principal del clima en la Met Office, añadió: "Como parte de este trabajo, el equipo de Consultoría de la Industria ha desarrollado un modelo estadístico para mejorar la visión de Anglian Water sobre los eventos extremos. El modelo se utiliza para generar 1.000 versiones alternativas de un periodo histórico de 105 años (1914-2018), con resultados en una malla de 5 km sobre la región. Los resultados validan bien el comportamiento de las precipitaciones y las sequías.

    "Estas simulaciones pueden ser consideradas como resultados históricos alternativos para permitir a Anglian Water probar eventos de sequía diferentes y al mismo tiempo más extremos. El trabajo también se ha ampliado para incorporar el efecto del cambio climático, utilizando los datos del modelo climático del conjunto de datos de proyección climática UKCP18 para permitir la simulación de las precipitaciones futuras en una serie de niveles clave de calentamiento medio global."

    La Met Office ha analizado otras cuestiones de carácter científico en nombre de Anglian Water, por ejemplo, estudiando la sequía plurianual en la región.

    Darch añadió: "Esta actividad nos ayuda a alcanzar nuestro propósito fijado: aportar prosperidad medioambiental y social a la región a través de nuestro compromiso de "Amar cada gota". Es primordial comprender las decisiones de inversión necesarias para proteger a nuestros clientes contra los futuros fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.

    "Tenemos que tomar decisiones basadas en una evidencia científica sólida y defendible, y esto nos obliga a garantizar la solidez de nuestros activos actuales y de los sistemas futuros ante una serie de posibles sequías y situaciones climáticas. Llevar a cabo este desafiante trabajo con la Met Office significa que las inversiones basadas en datos se realizan cuando son apropiadas, asegurando que protegemos mejor a nuestros clientes y al medio ambiente al que servimos frente a un clima siempre cambiante."

    Fuente:

  • Señales de sequía desde el espacio

     4 - 5 minutos

    "La NASA está en condiciones de evaluar las sequías porque tenemos satélites de observación de la Tierra que proporcionan observaciones frecuentes", dijo John Bolten, director asociado del programa de recursos hídricos del Programa de Ciencias Aplicadas de la NASA. No sólo nos interesa nuestro patio trasero; nos interesa lo que ocurre a nivel regional y mundial".

     La sequía es un problema complicado que requiere una investigación innovadora y muchos datos. Desde el espacio, los satélites de observación de la Tierra de la NASA y sus socios recopilan datos sobre diversos signos de sequía, como la falta de precipitaciones (GPM) y de nieve (Landsat, Terra y Aqua), los bajos niveles de agua en embalses y arroyos (Jason-3) o suelos secos (SMAP) y aguas subterráneas agotadas (GRACE-FO). A continuación, los científicos de la NASA y de otras instituciones utilizan estos datos para ver las tendencias históricas, comprender el estado actual de la sequía y hacer proyecciones para el futuro. 

    La Gestión Global de la Precipitación es una misión satelital conjunta de la NASA y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) que proporciona datos globales de precipitación cada tres horas. Utilizados junto con otros datos meteorológicos y de predicción, los datos del GPM ayudan a cuantificar cuándo, dónde y cuánto llueve o nieva en todo el mundo. El observatorio global de la NASA Soil Moisture Active Passive (SMAP) mide la cantidad de agua líquida en los 5 cm más superficiales del suelo mediante un radar basado en microondas. Los efectos de la baja humedad del suelo en la vegetación son evidentes en las imágenes de satélite del instrumento espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) de los satélites Terra y Aqua de la NASA, y de los satélites Landsat conjuntos de la NASA y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Cuando se utilizan conjuntamente, estas observaciones ofrecen una visión completa de la disponibilidad y el uso del agua, así como de las condiciones reales de humedad del suelo, donde los agricultores cultivan los alimentos. El satélite Jason-3 -una asociación internacional de cuatro agencias, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la NASA, la Agencia Espacial Francesa CNES (Centro Nacional de Estudios Espaciales) y EUMETSAT (Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos)- proporciona información sobre la nivel de los ríos y embalses, lo que permite a los científicos estimar la cantidad de agua que contienen. La misión Gravity Recovery and Climate Experiment Follow-On (GRACE-FO), una asociación entre la NASA y el Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GFZ), estima las aguas subterráneas utilizando un par de satélites. Los satélites vuelan en tándem a unas 137 millas de distancia y utilizan microondas para medir la distancia entre ellos. Cuando uno de los satélites pasa por encima de una zona con mayor gravedad -como un lugar con muchas aguas subterráneas y, por tanto, con más masa-, el satélite que va en cabeza es adelantado. Analizando la distancia entre los satélites, los científicos pueden rastrear dónde se encuentra el agua en nuestro planeta. Créditos: NASA / Jesse Kirsch

    El próximo Observatorio del Sistema Terrestre de la NASA, junto con otras misiones de la NASA previstas que forman parte del "programa de registro" de la NASA, continuarán con muchas de estas observaciones en el futuro para proporcionar información clave que guiará a los responsables de la toma de decisiones que se enfrentan a los desafíos que plantea el cambio climático, como la sequía. 

    Gran parte de estos datos se incorporan a los mapas de sequía y a los mapas globales de aguas subterráneas elaborados y distribuidos por el Centro Nacional de Mitigación de la Sequía de la Universidad de Nebraska-Lincoln. 

    "Lo que podemos hacer es incorporar todos estos datos y utilizar las mejores herramientas", afirma Brian Fuchs, climatólogo del Centro Nacional de Mitigación de la Sequía. Las frecuentes observaciones por satélite permiten a Fuchs y a sus colegas seguir los rápidos cambios en las condiciones de sequía. La visión de los satélites desde el espacio también proporciona instantáneas rutinarias de la sequía en todo el país y el mundo a las que pueden acceder los gestores locales del agua. 

     La huella del hombre en el futuro de la sequía

    La ciencia del clima nos dice que el mundo será más cálido y que es probable que las sequías sean más frecuentes en el futuro. Además, los modelos proporcionan una mejor idea de lo que puede deparar el futuro, lo que ayuda a los agricultores, ganaderos y gestores del agua a tomar las mejores decisiones para prepararse. Sin embargo, es imposible determinar con exactitud cuándo y dónde se producirán las sequías en el futuro o predecir la gravedad de sus efectos. Pero sí sabemos que en ciertas regiones ya es visible la huella de la influencia humana en la sequía.

      

    Por primera vez, los científicos del GISS de la NASA han relacionado las actividades humanas con los patrones de sequía en todo el mundo. A partir de los atlas de anillos de árboles, las mediciones históricas de la lluvia y la temperatura, y las modernas mediciones de la humedad del suelo por satélite, los investigadores encontraron la "huella" de datos que muestra que los gases de efecto invernadero influían en el riesgo de sequía desde principios del siglo XX. Créditos: NASA Goddard/ LK Ward

    Este vídeo se puede descargar gratuitamente en el Estudio de Visualización Científica de la NASA.

    Las actividades humanas emiten dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Un planeta más cálido es un planeta más sediento, porque el aire más cálido impulsa una mayor evaporación del vapor de agua de la superficie", explica Kate Marvel, investigadora científica del GISS de la NASA. A medida que el clima cambia en la Tierra, algunos lugares se volverán más secos -y, por tanto, más propensos a la sequía-, mientras que otros se volverán más húmedos y, por tanto, más susceptibles de sufrir inundaciones. 

    Si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero, es muy probable que esta tendencia continúe. Los modelos climáticos de la NASA y otros muestran que, en escenarios de altas emisiones, las sequías podrían empeorar mucho en Estados Unidos y en todo el mundo. Las zonas propensas a la sequía podrían entrar en persistentes sequías, los patrones de precipitación y el derretimiento de la nieve podrían cambiar drásticamente, el riesgo de suelos secos podría aumentar en muchas áreas y algunos lugares podrían ver incendios forestales más frecuentes y severos. 

    "Los peores escenarios no tienen por qué hacerse realidad. No es una predicción", dijo Marvel. Para evitar que se produzcan esos peores escenarios, habrá que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, dijo. "Ese es el principal determinante del riesgo de sequía en el futuro". 

    Los signos de la sequía son visibles desde el espacio, desde las imágenes por satélite de los embalses agotados hasta los mapas de sequía que utilizan la humedad del suelo y otros datos por satélite. Estos indicadores son importantes para los ganaderos que tratan de cuidar su ganado y la tierra. Créditos: NASA/Jesse Kirsch/Mapa de sequía del U.S. Drought Monitor/Imagen cortesía de Tracy Schohr

    Fuente:  By Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Last Updated: Aug 23, 2021 Editor: Sofie Bates