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fenómenos extremos

  • ¿Qué es un derecho?

    El jueves 18 de agosto fuertes tormentas azotaron el sur de Europa, desde Córcega hasta Austria, causando al menos 14 muertos y grandes destrozos materiales. Fue la consecuencia de un fenómeno meteorológico denominado “derecho”.

    Según el National Weather Service, un derecho es una tormenta de viento espacialmente extensa y de larga duración que está asociada con una banda de lluvias o tormentas eléctricas que se mueven rápidamente. Aunque un derecho puede producir una destrucción similar a la fuerza de los tornados, el daño generalmente se dirige en una dirección a lo largo de una franja relativamente recta. Como resultado, el término "daño por viento en línea recta" a veces se usa para describir el daño por derecho (línea recta). Por definición, un evento se clasifica como un derecho si los daños por viento se extienden a lo largo de más de 400 kilómetros y las ráfagas de viento alcanza o supera los 93 km/h en gran parte de la zona afectada.

    Los derechos a menudo se denominan incorrectamente huracanes interiores ya que sus vientos dañinos pueden alcanzar la fuerza de un huracán, pero son de naturaleza rectilínea, en lugar de circular alrededor de un centro común.

    El Glosario de Meteorología de la American Meteorological Society (AMS) establece que: “El término derecho deriva de una palabra en español que puede interpretarse como “directo” y fue elegido para discriminar entre el daño causado por los tornados, que tienen un flujo rotatorio, de los vientos en línea recta.” Específicamente el término se define como una familia de grupos de reventones (downbursts) particularmente dañinos producidos por un sistema convectivo de mesoscala.

    La nube "arcus" en el borde de un sistema de tormentas producido por un derecho. La foto fue tomada la noche del 10 de julio de 2008 en Hampshire, Illinois. Crédito: Brittney Misialek

    El desarrollo del derecho está necesariamente ligado a la formación de ecos en el radar en forma de arco. Estos ecos ocurren con mayor frecuencia cuando los vientos son relativamente fuertes y unidireccionales (es decir, la dirección varía poco con la altura, pero aumentan de velocidad). Cuando la corriente descendente de una tormenta eléctrica enfriada por la lluvia llega a la superficie de la tierra, se propaga horizontalmente, más rápidamente en la dirección del flujo atmosférico medio. A medida que el aire frío y denso se esparce hacia el exterior, fuerza al aire más liviano, cálido y húmedo que rodea la tormenta hacia arriba a lo largo del borde del frente, o frente de racha. Los frentes de racha a menudo están marcados por una banda de nubes bajas conocidas como "arcus".

    Fuente: National Weather Service

    La lluvia producida por las nuevas tormentas enfría aún más el aire, intensificando el flujo desde la parte posterior del sistema de tormentas en desarrollo y fomentando las corrientes descendentes. Estos procesos pueden permitir que el sistema alcance una condición cuasi estacionaria, lo que aumenta la longevidad e intensidad de todo el sistema y es lo que permite que la tormenta viaje por un área tan grande en un corto período de tiempo. En este momento, el sistema convectivo generalmente se muestra en el radar con una pronunciada forma de arco.

    Fuente: National Weather Service

    A medida que las tormentas aumentan su cobertura, se incrementa la masa de aire enfriada por la lluvia. La línea de tormentas continúa acelerándose ya sea como un gran eco de arco o múltiples ecos de arco más pequeños dentro de una línea general. En este momento, los daños por viento son persistentes y generalizados.

    Fuente: National Weather Service

    Para que se forme un derecho se necesita un ambiente muy inestable (caliente y húmedo) con vientos relativamente fuertes en altura, y se desarrollan rápidamente, por lo que son muy difíciles de predecir.

    Los derechos son más frecuentes en Estados Unidos y raramente se producen en Europa, aunque en las XXIX Jornadas Científicas de la AME celebradas en Pamplona se documentó la situación de tormentas fuertes que afectaron a la provincia de Castellón el 17 de agosto de 2003 calificándola como derecho.

    Referencias:

    National Weather Service (NOAA). https://www.weather.gov/lmk/derecho.

    Defining Derechos Is Complicated–Even for Meteorologists.

    https://www.tiempo.com/ram/11036/un-derecho-en-espana-17-de-agosto-de-2003/

  • Aula Morán: "Coloquio sobre comunicación del cambio climático y fenómenos extremos"

     

     

    PARTICIPANTES

    Rubén del Campo Hernández

     

    Rubén del Campo Hernández nació en Pamplona en 1977. Licenciado en biología, especialidad ambiental y agrícola, ingresó en el Cuerpo de Observadores de Meteorología en 2010. Fue destinado al Observatorio Atmosférico de Izaña, en Tenerife, donde participó en el programa de medidas de gases de efecto invernadero y puso en marcha el programa de observaciones fenológicas. Tras aprobar las oposiciones al Cuerpo de Diplomados en Meteorología, en febrero de 2017 se incorporó al Área de Información Meteorológica y Climatológica. Forma parte del equipo que gestiona las redes sociales de AEMET, aunque su dedicación principal es la atención a medios de comunicación, actuando en numerosas ocasiones como portavoz de la Agencia. Forma parte también del equipo de profesores de los cursos selectivos que se imparten a los observadores de meteorología de nuevo ingreso.

    Durante un año y medio fue el «hombre del tiempo» del programa radiofónico «Agropopular» e imparte conferencias divulgativas en distintos ámbitos. Ha escrito artículos para el Calendario Meteorológico y el Blog de AEMET. Experto en identificación y clasificación de nubes, recibió en 2017 un reconocimiento por parte de la Agencia Estatal de Meteorología por su contribución al conocimiento de las nubes a través de las redes sociales. Es miembro de la Asociación de Comunicadores de Meteorología (ACOMET) y de la Asociación Meteorológica Española (AME), pero, ante todo, es un gran amante de la meteorología y un afortunado en poder hacer de su pasión su profesión.

    Francisco Jorge Heras Hernández

    Es biólogo ambiental por la Universidad Autónoma de Madrid (1985) y doctor por la misma universidad con la tesis "Representaciones sociales del cambio climático en España: aportes para la comunicación".

    En la actualidad desarrolla su actividad profesional en la Oficina Española de Cambio Climático, centrado en temas relativos a los impactos y la adaptación al cambio climático.

    Entre 2001 y 2016 fue coordinador de Educación en el Centro Nacional de Educación Ambiental. Desde 2004 coordina el seminario permanente “Respuestas desde la comunicación y la educación frente al cambio climático”.

    Es autor de numerosos libros y artículos sobre comunicación, educación y participación ambiental, así como sobre la percepción social y la comunicación del cambio climático.

     

    Ernesto Rodríguez Camino

     

    Físico y Meteorólogo Superior del Estado. Ha trabajado en AEMET principalmente en el desarrollo e implementación operativa de modelos para la predicción numérica del tiempo y para la evolución del clima. Ha participado en representación de AEMET en los principales foros, iniciativas y proyectos nacionales e internacionales relacionados con la modelización del tiempo y del clima. En el ámbito de la cooperación internacional ha desarrollado su actividad principalmente en Iberoamérica y en la región mediterránea. Tras su reciente jubilación oficial de AEMET dedica su actividad a tareas de divulgación y cooperación dentro de la Asociación Meteorológica Española.

     

    José Miguel Viñas Rubio

    "José Miguel Viñas es físico, trabaja como meteorólogo en Meteored y también es consultor de la Organización Meteorológica Mundial. Tiene un amplio bagaje como divulgador de las ciencias atmosféricas, tanto en medios de comunicación, como a través de sus numerosas publicaciones, conferencias y su página web (www.divulgameteo.es). Tras sus comienzos en Antena 3 Televisión, lleva 19 años trabajando en RNE, junto a Pepa Fernández. Es colaborador de “La aventura del saber” y Órbita Laika” (La 2) y el actual hombre del tiempo de “Agropopular” (COPE), junto a César Lumbreras. Es socio fundador de ACOMET y autor de 10 libros sobre el tiempo y el clima. Su perfil en redes sociales es @Divulgameteo."

     

    Enlace a la grabación del evento

     

    Enlace al vídeo promocional

     

     

  • Estado del clima en 2021: los fenómenos extremos y sus principales repercusiones

    Los últimos siete años van camino de ser los más cálidos jamás registrados y el aumento del nivel del mar alcanza un nuevo nivel máximo

    Estado del clima en 2021: los fenómenos extremos y sus principales repercusiones

     

    Diferencia de la temperatura media anual mundial respecto de las condiciones preindustriales (1850 1900) en seis conjuntos de datos de temperaturas mundiales (véanse las notas para los editores).

    De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), las concentraciones sin precedentes de gases de efecto invernadero en la atmósfera y el calor acumulado conexo han empujado al planeta a un territorio desconocido, lo que trae aparejadas repercusiones de gran alcance para las generaciones actuales y futuras.

    Los últimos siete años están en camino de ser los siete más cálidos de los que se tiene registro, según se desprende del informe provisional de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2021, en función de los datos correspondientes a los primeros nueve meses de 2021. Debido al efecto de enfriamiento temporal del episodio de La Niña que se produjo a principios del año, se prevé que el 2021 “solo” será entre el quinto y el séptimo año más cálido del que se tenga constancia. Sin embargo, esto no anula ni revierte la tendencia a largo plazo de aumento de las temperaturas.

    El aumento del nivel del mar a escala mundial se aceleró desde 2013 y ha alcanzado un nuevo nivel máximo en 2021, a lo que se suma el calentamiento y la acidificación constantes de los océanos.

    El informe se basa en datos de diversos organismos de las Naciones Unidas, Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y expertos científicos. En el informe se ponen de relieve las repercusiones en la seguridad alimentaria y el desplazamiento de población, que se traducen en daños a los ecosistemas esenciales y socavan el avance hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

    “El informe provisional de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2021 se basa en los últimos datos científicos que demuestran que el planeta está cambiando ante nuestros ojos. Desde las profundidades oceánicas hasta las cimas de las montañas, desde el derretimiento de los glaciares hasta los implacables fenómenos meteorológicos extremos, se están destruyendo los ecosistemas y las comunidades de todo el mundo. El 26º período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CP 26) debe ser un punto de inflexión para las personas y el planeta”, sostuvo António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.

    “Los científicos no dejan dudas sobre los datos. Ahora los dirigentes deben ser igualmente contundentes en la adopción de medidas. La puerta está abierta; las soluciones existen. La CP 26 debe ser un punto de inflexión. Debemos actuar ahora, con ambición y solidaridad, para proteger nuestro futuro y salvar a la humanidad”, afirmó el señor Guterres en una declaración en video.

    “Por primera vez desde que se dispone de registros, llovió, en lugar de nevar, en la cima del manto de hielo de Groenlandia. Los glaciares de Canadá experimentaron una rápida fusión. En el marco de la ola de calor que se produjo en Canadá y partes adyacentes de los Estados Unidos, se registraron temperaturas cercanas a 50 °C en un pueblo de la Columbia Británica. El Valle de la Muerte, en California, alcanzó 54,4 °C durante una de las numerosas olas de calor que afectaron al suroeste de los Estados Unidos, y en muchas partes del Mediterráneo se registraron temperaturas sin precedentes. El calor excepcional a menudo estuvo acompañado de devastadores incendios”, explicó el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.

    “En unas horas cayó el equivalente a meses de lluvia en China, y partes de Europa se vieron asoladas por graves inundaciones que ocasionaron decenas de víctimas y pérdidas económicas valuadas en miles de millones. Las sequías que se produjeron por segundo año consecutivo en la región subtropical de América del Sur redujeron el caudal de las imponentes cuencas fluviales y perjudicaron la agricultura, el transporte y la producción de energía”, añadió el profesor Taalas.

    “Los fenómenos extremos son la nueva normalidad”, afirmó el profesor Taalas. “Existen cada vez más pruebas científicas que indican que algunos de estos fenómenos llevan el sello del cambio climático causado por las actividades humanas”.

    “Si se mantiene el ritmo actual de aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de la temperatura a finales de este siglo superará con creces las metas establecidas en el Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 o 2 °C por encima de los niveles preindustriales”, expresó el profesor Taalas. “La CP 26 es una oportunidad decisiva para volver a encaminarnos”.

    El informe provisional sobre el estado del clima en 2021 se presentará al inicio de las negociaciones de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, en la CP 26, que se celebrará en Glasgow. En el informe se brinda una síntesis de algunos indicadores climáticos, por ejemplo, las concentraciones de gases de efecto invernadero, las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos, el nivel del mar, la acidificación de los océanos y su contenido calorífico, el retroceso de los glaciares y el derretimiento de las masas de hielo, así como las repercusiones socioeconómicas conexas.

    Esta publicación es uno de los informes científicos insignia que orientarán las negociaciones y se dará a conocer en el Pabellón de la Ciencia organizado por la OMM, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y la Oficina Meteorológica del Reino Unido. Durante la CP 26, la OMM presentará la Coalición para el Agua y el Clima, que coordinará la acción en los ámbitos del agua y el clima, y el Servicio de Financiamiento de Observaciones Sistemáticas, el cual se centrará en la mejora de las observaciones y predicciones meteorológicas y climáticas que son esenciales para la adaptación al cambio climático.

     Medias mundiales de las fracciones molares (unidad que mide la concentración), de 1984 a 2020, del CO2 en ppm (izquierda), del CH4 en ppmm (centro) y del N2O en ppmm (derecha). La línea roja corresponde a la media mensual de las fracciones molares.

    Temperatura

    La temperatura media mundial en 2021 (de acuerdo con los datos recogidos de enero a septiembre) superó en alrededor de 1,09 °C la media del período 1850 1900. Actualmente, los seis conjuntos de datos utilizados por la OMM en el análisis indican que el 2021 es el sexto o séptimo año más cálido jamás registrado a escala mundial. No obstante, la clasificación puede cambiar al final del año.

    No obstante, es probable que el 2021 sea entre el quinto y el séptimo año más cálido de los que se tienen datos, y que los siete años comprendidos entre 2015 y 2021 sean los más cálidos desde que se iniciaron los registros.

    El 2021 es menos cálido que los últimos años debido a la influencia de un episodio moderado de La Niña que se produjo a comienzos de año. La Niña tiene un efecto de enfriamiento temporal de la temperatura media mundial e incide en las condiciones meteorológicas y climáticas regionales. En 2021, se observó claramente el sello de La Niña en el Pacífico tropical. El último episodio importante de La Niña se registró en 2011. El 2021 es entre 0,18 y 0,26 °C, aproximadamente, más cálido que el 2011.

    A medida que se ha debilitado el episodio de La Niña de 2020/2021, las temperaturas mensuales mundiales han aumentado. El 2016, que comenzó con un intenso episodio de El Niño, sigue siendo el año más cálido jamás registrado en la mayoría de los conjuntos de datos estudiados.

     

    Diferencias de la temperatura del aire cerca de la superficie entre el promedio de 1981 2010 y el período comprendido entre enero y septiembre de 2021. Los datos proceden del producto de reanálisis de ERA5. Fuente: Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) y Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF).

    Océanos

    Alrededor del 90 % del calor acumulado en el sistema Tierra se encuentra almacenado en el océano y se mide a través del contenido calorífico de los océanos.

    El calentamiento de los océanos hasta una profundidad de 2 000 metros se mantuvo en 2019 y alcanzó un nuevo nivel máximo sin precedentes. De acuerdo con un análisis preliminar basado en siete conjuntos de datos mundiales, el 2020 superó ese récord. Todos los conjuntos de datos coinciden en que las tasas de calentamiento de los océanos muestran un incremento especialmente pronunciado en las dos últimas décadas, y se prevé que la temperatura del océano continuará en aumento en el futuro.

    En algún momento de 2021, una gran parte de los océanos se vio afectada por, al menos, una ola de calor marina “fuerte”, a excepción de la parte oriental del océano Pacífico ecuatorial (debido a La Niña) y la mayor parte del océano Austral. En el mar de Laptev y el mar de Beaufort, en el Ártico, se registraron olas de calor marinas “graves” y “extremas” entre enero y abril de 2021.

    Los océanos absorben alrededor del 23 % de las emisiones antropógenas anuales de CO2 en la atmósfera, por lo que se está incrementando la acidez de los océanos. El pH de la superficie de mar abierto ha disminuido a escala mundial durante los últimos 40 años y, en la actualidad, es el más bajo que ha habido desde hace 26 000 años, como mínimo. El ritmo actual de cambio del pH no tiene precedentes desde, al menos, esa época. A medida que el pH de los océanos disminuye, también se reduce su capacidad para absorber CO2 de la atmósfera.

    Serie temporal de la media de los conjuntos de 1960-2020 y desviación típica de los conjuntos de las anomalías del contenido calorífico de los océanos a nivel mundial con respecto a los datos climatológicos del período 2005 2017. Von Schuckmann y otros, 2020.

    Nivel del mar

    Los cambios del nivel medio del mar a escala mundial obedecen principalmente al calentamiento de los océanos causado por la expansión térmica del agua de mar y la fusión de los hielos continentales.

    El aumento promedio del nivel medio del mar a escala mundial, medido desde principios de la década de 1990 por altímetros satelitales de alta precisión, fue de 2,1 mm por año entre 1993 y 2002 y de 4,4 mm por año entre 2013 y 2021, es decir que se duplicó entre ambos períodos. Esto se debió, sobre todo, a la aceleración de la pérdida de masa de hielo de los glaciares y mantos de hielo.

     Evolución del nivel medio del mar a escala mundial de enero de 1993 a septiembre de 2021. Fuente de los datos: AVISO Altimetry (https://www.aviso.altimetry.fr)

     Hielo marino

    El hielo marino en el Ártico en marzo, cuando alcanzó su nivel máximo, fue inferior a la media del período 1981 2010. La extensión de los hielos marinos luego disminuyó rápidamente en junio y a comienzos de julio en las regiones del mar de Laptev y la parte oriental del mar de Groenlandia. Como resultado, en la primera mitad de julio, la extensión de los hielos marinos del Ártico fue la más baja jamás registrada.

    Posteriormente, en agosto, se produjo una desaceleración de la fusión, y la extensión mínima registrada en septiembre (después del verano) superó la de los últimos años y alcanzó los 4,72 millones de km2. Esta fue la duodécima extensión mínima de la cobertura de hielo más baja del registro satelital de 43 años, muy por debajo de la media del período 1981 2010. La extensión de los hielos marinos en la parte oriental del mar de Groenlandia fue, por un amplio margen, la más baja de la que se tiene constancia.

    La extensión de los hielos marinos de la Antártida, en general, se acercó a la media del período 1981 2010, aunque, a fines de agosto, se registró una extensión máxima antes de lo habitual.

    Glaciares y mantos de hielo

    Durante las dos últimas décadas, la pérdida de masa de los glaciares de América del Norte se aceleró y casi se duplicó en el período 2015 2019 con respecto a 2000 2004. En 2021, el verano excepcionalmente cálido y seco en el oeste de América del Norte tuvo consecuencias brutales en los glaciares de montaña de la región.

    La extensión de la fusión del manto de hielo de Groenlandia se acercó a la media a largo plazo a principios del verano. No obstante, en agosto de 2021, las temperaturas y la escorrentía de deshielo fueron muy superiores a los valores normales debido a una importante entrada de aire cálido y húmedo a mediados de ese mes.

    El 14 de agosto, se observaron lluvias durante varias horas en la estación de montaña, el punto más elevado del manto de hielo de Groenlandia (3 216 m), y las temperaturas del aire se mantuvieron por encima del nivel de congelación durante unas nueve horas. No existen registros anteriores de precipitaciones en la estación de montaña. Esta es la tercera vez en los últimos nueve años que se han observado condiciones de fusión en la estación de montaña. Los registros de los núcleos de hielo indican que, en el siglo XX, solo se produjo un fenómeno de fusión de esta índole.

     

    Balance de masa de los glaciares a escala mundial, período 1950 2020, de un subconjunto de 40 glaciares de referencia de todo el mundo. Las unidades se expresan mediante el equivalente en agua, que es la profundidad del agua que se obtendría al derretir el hielo perdido y distribuirlo de manera uniforme en los glaciares. Los datos y la imagen se conservan en el Servicio Mundial de Vigilancia de los Glaciares: http://www.wgms.ch.

    Fenómenos meteorológicos extremos

    Durante junio y julio se produjeron olas de calor excepcionales en el oeste de América del Norte; en muchos lugares se superaron los valores máximos registrados en las estaciones por un margen de 4 a 6 °C y hubo cientos de muertes a causa del calor. El 29 de junio, en Lytton, en el sur de la región central de la Columbia Británica, se registró una temperatura de 49,6 °C, que superó el récord nacional anterior de Canadá por 4,6 °C, y al día siguiente esta zona se vio azotada por devastadores incendios.

    También hubo varias olas de calor en el suroeste de los Estados Unidos. El 9 de julio, el Valle de la Muerte, en California, alcanzó 54,4 °C, una temperatura similar a una de 2020 que fue la más alta registrada en el mundo desde, al menos, la década de 1930. Fue el verano más cálido del que se tiene constancia, en promedio, en el territorio continental de los Estados Unidos.

    Se produjeron varios incendios forestales de gran magnitud. El incendio Dixie en el norte de California, que comenzó el 13 de julio, había calcinado alrededor de 390 000 hectáreas hasta el 7 de octubre, y constituye el mayor incendio del que se tienen datos en ese estado.

    El calor extremo afectó a la región mediterránea en general. El 11 de agosto, una estación agrometeorológica de Sicilia registró 48,8 °C, un récord provisional en Europa, mientras que Kairouan (Túnez) alcanzó 50,3 °C, un valor sin precedentes. El 14 de agosto, en Montoro (47,4 °C), se estableció un récord nacional para España, y el mismo día en Madrid se vivió el día más cálido del que se tienen datos, con una temperatura de 42,7 °C.

    El 20 de julio, en Cizre (49,1 °C), se estableció un récord nacional para Turquía, y fue el día más cálido jamás registrado (40,6 °C) en Tbilisi (Georgia). En muchas partes de la región se desataron incendios forestales importantes; en particular, Argelia, el sur de Turquía y Grecia se vieron gravemente afectadas.

    A mediados de febrero, en muchas partes de la zona central de los Estados Unidos y el norte de México reinaron condiciones anormalmente frías. Las repercusiones más graves tuvieron lugar en Texas, donde se registraron, en general, las temperaturas más bajas desde, al menos, 1989. A principios de abril, se produjo una irrupción de frío anormal durante la primavera que afectó a muchas partes de Europa.

    Precipitaciones

    Entre el 17 y el 21 de julio, se registraron lluvias extremas en la provincia china de Henan. El 20 de julio, en la ciudad de Zhengzhou, cayeron 201,9 mm de lluvia en 1 hora (récord nacional de China), 382 mm en 6 horas y 720 mm en total, una cantidad superior a la media anual. Las crecidas repentinas causaron más de 302 muertes y se estima que las pérdidas económicas ascendieron a 17 700 millones de dólares de los Estados Unidos.

    A mediados de julio, en el oeste de Europa se observaron algunas de las inundaciones más graves de las que se tienen datos. Entre el 14 y el 15 de julio, en el oeste de Alemania y el este de Bélgica, cayeron entre 100 y 150 mm sobre una amplia zona, en suelos ya saturados, lo que provocó inundaciones y deslizamientos de tierra y más de 200 muertes. La precipitación diaria más alta fue de 162,4 mm y se registró en Wipperfürth-Gardenau (Alemania).

    Las persistentes precipitaciones superiores a la media que se registraron durante el primer semestre del año en algunas partes del norte de América del Sur, especialmente en el norte de la cuenca del Amazonas, ocasionaron inundaciones graves y de larga duración en la región. En Manaos (Brasil), el río Negro alcanzó el nivel más elevado del que se tenga constancia. Las crecidas también castigaron algunas partes de África Oriental, donde Sudán del Sur, en particular, se vio gravemente afectado.

    Por segundo año consecutivo, hubo importantes sequías que asolaron una gran parte de la región subtropical de América del Sur. Las precipitaciones fueron muy inferiores a la media en la mayor parte del sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y el norte de Argentina. Las sequías provocaron cuantiosas pérdidas agrícolas, exacerbadas por una irrupción de frío a finales de julio, lo que causó daños en muchas de las regiones cafeteras de Brasil. El bajo nivel de los ríos también redujo la producción de hidroelectricidad e interrumpió el transporte fluvial.

    Los 20 meses comprendidos entre enero de 2020 y agosto de 2021 fueron los más secos de los que se tiene registro en el suroeste de los Estados Unidos (más del 10 % menos que el nivel récord anterior). La predicción sobre la producción de trigo y canola en Canadá en 2021 es entre un 30 % y un 40 % más baja que los niveles de 2020. Algunas partes de la isla de Madagascar en el océano Índico se vieron sumergidas en una crisis de malnutrición relacionada con las sequías

    Anomalía de precipitación total en el período de enero de septiembre de 2021 con respecto al período de referencia de 1951 2000. El color azul indica precipitaciones superiores a la media a largo plazo, y el color marrón indica totales de precipitación inferiores a los habituales. Las partes más oscuras de los colores representan la magnitud de la desviación. (Fuente: Centro Mundial de Climatología de las Precipitaciones, Deutscher Wetterdienst, Alemania).

    Atribución

    Se han realizado estudios preliminares de “atribución rápida” de la ola de calor que se registró en junio y julio en el noroeste de América del Norte y de las crecidas que se produjeron en julio en el oeste de Europa. En el estudio de la ola de calor del noroeste del Pacífico, se determinó que la ola de calor aún es poco frecuente o muy poco frecuente en el clima actual, pero habría sido prácticamente imposible sin el cambio climático.

    En el caso de las inundaciones en el oeste de Europa, se determinó que el cambio climático había aumentado las probabilidades de que se produjeran las lluvias intensas.

    En términos generales, esta clase de fenómenos se enmarca en una pauta de cambio más amplia. En el Sexto Informe de Evaluación del IPCC, se llegó a la conclusión de que se ha incrementado la frecuencia de las olas de calor en América del Norte y la región del Mediterráneo. La contribución humana a estos aumentos se determinó con un nivel de confianza medio en América del Norte y con un nivel de confianza alto en la región del Mediterráneo.

    El IPCC señaló que se ha registrado un aumento de las precipitaciones fuertes en Asia Oriental, pero existe un nivel de confianza bajo con respecto a la influencia humana. La influencia humana en las precipitaciones fuertes en el norte de Europa se determinó con un nivel de confianza alto, aunque con un nivel de confianza bajo en el oeste y el centro de Europa.

    Repercusiones socioeconómicas y medioambientales

    En los últimos 10 años, se han incrementado la frecuencia y la intensidad de los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos y las crisis económicas. Los efectos combinados de estos peligros, exacerbados por la pandemia de la COVID 19, han provocado un aumento del hambre y, en consecuencia, han socavado los avances logrados durante décadas hacia la mejora de la seguridad alimentaria.

    Luego del nivel máximo de subalimentación que se registró en 2020 (768 millones de personas), las proyecciones indicaron una disminución del hambre en el mundo a alrededor de 710 millones de personas en 2021 (9 %). No obstante, a octubre de 2021, las cifras de muchos países ya eran más elevadas que las de 2020.

    Este pronunciado aumento (19 %) se observó principalmente entre los grupos que ya padecían crisis alimentarias o situaciones peores (fase 3 o superior de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF)), con un incremento de 135 millones de personas en 2020 a 161 millones en septiembre de 2021.

    Otra terrible consecuencia de estas crisis fue el creciente número de personas que sufrieron hambrunas y el colapso total de los medios de vida (fase 5 de la CIF), principalmente en Etiopía, Sudán del Sur, Yemen y Madagascar (584 000 personas).

    Los fenómenos meteorológicos extremos que se produjeron durante el episodio de La Niña en 2020/2021 alteraron las estaciones de lluvias, lo que contribuyó a las perturbaciones en los medios de vida y las campañas agrícolas en todo el mundo. Asimismo, los fenómenos meteorológicos extremos registrados durante la estación de lluvias de 2021 han agravado las crisis actuales.

    Las sequías consecutivas en grandes zonas de África, Asia y América Latina han coincidido con tormentas fuertes, ciclones y huracanes, lo que ha afectado considerablemente los medios de vida y la capacidad de recuperarse de las crisis meteorológicas recurrentes.

    Durante todo el año, los fenómenos y condiciones meteorológicos extremos, a menudo exacerbados por el cambio climático, han tenido repercusiones importantes y diversas en el desplazamiento de población y en la vulnerabilidad de las personas que ya estaban desplazadas. Desde el Afganistán hasta América Central, las sequías, las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos castigan a quienes están menos preparados para recuperarse y adaptarse.

    El cambio climático afecta a los ecosistemas terrestres, costeros, marinos y de agua dulce, así como a los servicios que prestan. Además, la degradación de los ecosistemas avanza a un ritmo sin precedentes que, según se prevé, se acelerará en las próximas décadas. La degradación de los ecosistemas limita su capacidad para promover el bienestar humano y perjudica su capacidad de adaptación para crear resiliencia.

    La Organización Meteorológica Mundial es el portavoz autorizado de las Naciones Unidas sobre el tiempo, el clima y el agua Para más información, diríjase a: Clare Nullis, agregada de prensa. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Teléfono: +4122 730 8478. Teléfono móvil: +41 79 709 1397

    Notas para los editores

    La información que figura en este informe procede de diversos Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales e instituciones asociadas, así como de Centros Regionales sobre el Clima, el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC), la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG), la Vigilancia de la Criosfera Global y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea. Entre los asociados de las Naciones Unidas se incluyen la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

    La OMM agradece todo el arduo trabajo realizado por la red de expertos de la OMM para la elaboración del informe, a fin de que pueda considerarse una fuente autorizada de información sobre el estado del clima y los impactos climáticos. Se agradece especialmente a la Oficina Meteorológica del Reino Unido, que fue el autor principal del presente informe.

    Cuando es posible, se utiliza la normal climatológica estándar de la OMM, 1981 2010, como período de referencia a efectos de la presentación de información coherente. Sin embargo, en el caso de algunos indicadores, no es posible utilizar este valor de referencia debido a la falta de mediciones durante el período completo, o bien, porque se necesita un período más prolongado para calcular estadísticas representativas.

    Para la temperatura media mundial, se utiliza el período 1850-1900 como valor de referencia. Este es el período de referencia que se emplea en los últimos informes del IPCC para representar la temperatura preindustrial y es importante para comprender el avance en la consecución de los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.

    La OMM utiliza seis conjuntos de datos internacionales de temperaturas: HadCRUT.5.0.1.0 (Oficina Meteorológica del Reino Unido), NOAAGlobalTemp v5 (Estados Unidos), GISTEMP v4 de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Estados Unidos), Berkeley Earth (Estados Unidos), ERA5 (ECMWF) y JRA-55 (Japón).

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