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Estratosfera

  • Enfriamiento estratosférico sobre el hemisferio sur: ¿Influirá en el invierno del hemisferio norte?

    Se están detectando fuertes anomalías de frío en la estratosfera sobre el hemisferio sur como consecuencia del vapor de agua proveniente de la erupción del volcán Hunga Tonga ocurrida en enero. Un enfriamiento de esta escala no se ha observado en los registros satelitales modernos, por lo que este es un evento significativo.

    Ahora bien, ¿cómo este enfriamiento puede afectar a este lado del planeta en el próximo invierno de 2022/2023?

     

     

    Agua en la atmósfera

    El volcán submarino Hunga Tonga en el Pacífico Sur entró en erupción violentamente el 15 de enero de 2022. Tonga produjo una columna volcánica masiva que llegó a alcanzar los 58 km, tocando la mesosfera. En las siguientes imágenes satelitales infrarrojas de la erupción se puede ver la nube más cálida (verde-amarilla) en la estratosfera y la nube más fría (negra-blanca) en la troposfera.

     

     

    La erupción inyectó gases volcánicos (azufre) en la estratosfera y una gran cantidad de agua en forma de vapor. El volumen de agua del penacho era muy elevado porque el volcán es "submarino" haciendo erupción fuera del océano. La erupción fue lo suficientemente fuerte como para enviar ondas de choque alrededor de todo el planeta varias veces.

    El azufre tiene un efecto de enfriamiento global si se expulsa a la estratosfera en grandes cantidades. Un ejemplo bien conocido es la erupción del Pinatubo en 1991, que expulsó una gran cantidad de azufre a la estratosfera, enfriando las temperaturas de la Tierra durante los años siguientes. Al igual que el azufre, el vapor de agua enfría la estratosfera al reflejar la radiación solar entrante. 

    ¿Cuánta agua se inyectó en la estratosfera? En base a observaciones y mediciones se estima que la cantidad normal de agua en la estratosfera es de alrededor de 1.560 teragramos, pero después de la erupción de Hunga Tonga, la cantidad total de agua aumentó a más de 1.700 teragramos, lo que representa un aumento del 10% en el contenido total de vapor de agua estratosférico. Esta es una gran cantidad para provenir de un único evento. El vapor de agua se inyectó en la estratosfera superior, pero la mayor concentración se encuentra entre los 20 y 30 km.

     


    Asimismo, en el análisis de la NASA de la anomalía del vapor de agua a un nivel de presión de alrededor de 26 hPa (25 km) se puede ver el aumento significativo después de la erupción, extendiéndose por el hemisferio sur y por el hemisferio norte.

     


    Este hecho se comprueba en el gráfico de medias zonales elaborado a partir de los datos del sondeador MLS-AURA proporcionados por la NASA, en el que se muestra el contenido de vapor de agua en la estratosfera inferior a media, el 23 de agosto, observándose la nube de vapor de agua que se adentra profundamente en el hemisferio sur y también en el hemisferio norte.

     

     

    Por tanto, como consecuencia de la erupción, una gran "nube" de vapor de agua rodea el globo en la estratosfera.

    Enfriamiento estratosférico

    El vapor de agua es muy potente para enfriar la estratosfera ya que desvía la radiación solar entrante, manteniendo las temperaturas más bajas. En los mapas de anomalía de temperatura de la estratosfera media del reanálisis del Laboratorio de Ciencias Físicas de la NOAA, se observa que en mayo de 2022 (izquierda) el cinturón más fuerte de anomalías frías estaba alrededor de los 30º de latitud sur, mientras que en julio (derecha) el enfriamiento es más fuerte, con las anomalías frías desplazadas hacia el polo sur. Estas anomalías de julio fueron sustanciales, alcanzando más de 10 grados por debajo de lo normal, extendiéndose como un cinturón alrededor de todo el hemisferio sur.

     

     

    El gráfico de temperatura de la estratosfera media de la NOAA también muestra este enfriamiento inusual, alcanzándose temperaturas inferiores a las mínimas en los registros de los últimos 40 años.

     

     

    Último análisis y pronóstico

    El último análisis muestra las anomalías de enfriamiento que se conectan hasta las regiones polares. Es decir, que la mayor parte de la estratosfera sur está más fría de lo normal. Este es un resultado esperado después de una inyección tan fuerte de vapor de agua directamente en la estratosfera.

     

     

    También se observa en el último análisis vertical. La mayor parte de la estratosfera sur está más fría de lo normal, desde las partes más bajas hasta la estratosfera media y alta. Entrando en septiembre, las anomalías frías continuarán sobre la estratosfera sur. A medida que el vórtice polar comience a debilitarse y regrese el calentamiento estacional, será interesante monitorear el progreso y los efectos del vapor de agua restante.

    En el pronóstico de anomalías verticales para septiembre se pueden ver anomalías frías estables. Es probable que esto continúe durante varias semanas, ya que el efecto de enfriamiento persistirá mientras la concentración de vapor de agua sea lo suficientemente alta.

    Influencia en el clima estacional

    La cuestión es saber cómo afectará esto al clima global, especialmente (si es que lo hace) en el próximo invierno de 2022/2023.

    Para este propósito, se ha elaborado un índice de anomalía de temperatura de julio a septiembre que cubre la estratosfera sobre las latitudes medias del hemisferio sur.

     

     

    Se ha comparado este índice cambiante de un año a otro con los patrones cambiantes de temperatura y presión durante la temporada de invierno en el hemisferio norte realizando una correlación lineal, que simplemente compara los dos parámetros, revelando cualquier conexión potencial.

    Hay que destacar que una correlación no significa causa y efecto directos, ya que puede haber otra señal de fondo que puede causar el mismo patrón de anomalía de presión. Se necesita más investigación para confirmar la respuesta del clima de enfriamiento estratosférico.

    No obstante, se puede buscar un vínculo lineal simple entre el enfriamiento estratosférico y el clima invernal.

    En la siguiente imagen se muestra que una respuesta al enfriamiento de la estratosfera sur sería un patrón de presión negativa de la NAO. NAO significa Oscilación del Atlántico Norte y describe el patrón de presión que afecta a América del Norte y Europa.

     

     

    Un patrón NAO negativo significa una mayor presión sobre el Atlántico norte y Groenlandia y una menor presión hacia el sur. La siguiente imagen muestra el patrón de temperatura de una temporada de invierno NAO negativa, en la que se pueden ver temperaturas más frías en la mitad norte y este de los Estados Unidos y Europa.

     

     

    Así, analizando las temporadas de invierno que siguen a años anormalmente fríos en la estratosfera del hemisferio sur, podemos ver un gran ejemplo de un patrón NAO negativo. Presión alta sobre Groenlandia y presión más baja sobre la mitad del Atlántico norte.

     

     

    Por supuesto, debemos destacar que esto no significa que el enfriamiento estratosférico sea responsable de estos patrones. Cada año tiene otras influencias mucho más directas. Pero hay una pista o un patrón estadístico entre la estratosfera sur y la temporada de invierno del norte.

    Estratosfera en la temporada de invierno

    Un área de vinculación podría ser la misma estratosfera. Volviendo a mirar los mismos años, podemos ver que el patrón de presión correspondiente en la estratosfera norte muestra un vórtice polar más débil. Las anomalías de presión positivas (izquierda) en la estratosfera pueden indicar una circulación polar más débil.

     


    Además, al observar las temperaturas invernales de la estratosfera norte (derecha), vemos anomalías de temperatura cálida en la estratosfera en estas estaciones invernales. Esto indica una circulación estratosférica más débil, lo que también puede significar un patrón de corriente en chorro más interrumpido a continuación.

    Un vórtice polar fuerte generalmente significa una circulación polar fuerte. Esto generalmente bloquea el aire más frío en las regiones polares, creando condiciones más suaves para la mayor parte de los Estados Unidos y Europa.

    Por el contrario, un vórtice polar débil puede crear un patrón de corriente en chorro débil. Como resultado, le resulta más difícil contener el aire frío, que puede escapar de las regiones polares hacia los Estados Unidos y/o Europa. Imagen de NOAA.

     

     

    Los eventos de vórtice polar débil generalmente resultan de eventos de calentamiento estratosférico. Estos eventos pueden colapsar la circulación polar estratosférica, modificando en gran medida los patrones climáticos debajo y creando un patrón NAO negativo.

    Obtenemos una imagen interesante si combinamos todos los eventos de calentamiento estratosférico y observamos el clima de 0 a 30 días después de los eventos de calentamiento estratosférico.

    A continuación, se muestra la anomalía de presión (izquierda) promedio después de un evento de calentamiento estratosférico (SSW). Corresponde a un patrón NAO negativo. Este es un patrón de circulación muy interrumpido que ayuda a crear un camino libre para que el aire polar más frío salga de las regiones polares.

     

     

    La temperatura promedio (derecha) correspondiente de 0 a 30 días después de un evento SSW muestra que la mayor parte de los Estados Unidos tienen una tendencia más fría de lo normal, al igual que Europa. (Nota: esta es una imagen promedio de muchos eventos SSW. Cada evento de calentamiento estratosférico individual es diferente y no significa automáticamente un patrón de invierno fuerte).

    En cuanto a las nevadas, podemos ver nevadas por encima del promedio en gran parte del este de los Estados Unidos y también en Europa. Esta es una respuesta esperada, ya que normalmente, después de un gran calentamiento estratosférico, el aire más frío tiene un camino más fácil hacia el sur y hacia estas regiones.

     

     

    Resumen

    La erupción de enero de Hunga Tonga en el Pacífico Sur ha inyectado una gran cantidad de vapor de agua en la estratosfera. Ese vapor de agua ahora está causando un enfriamiento significativo de la estratosfera sur.

    Observando los datos históricos descubrimos que hay una débil indicación de que el enfriamiento de la estratosfera sur coincide con eventos de calentamiento estratosférico posteriores en el hemisferio norte. Sin embargo, se necesita mucha más investigación, ya que pueden estar en juego otras señales de fondo.

    El calentamiento estratosférico durante el invierno del hemisferio norte puede significar una fuerte interrupción de la circulación zonal. Esto provoca cambios de presión y puede liberar aire frío del Ártico hacia los Estados Unidos y Europa.

    Tiene sentido que los cambios en la estratosfera en el lado sur del planeta también afecten al hemisferio norte. Como el enfriamiento en el hemisferio sur es sustancial, el próximo invierno será una gran "prueba de laboratorio" de la vida real de los posibles cambios climáticos globales.

     

    Autor: Andrej Flis

    Publicadoen Severe Weather Europeel 29 de agosto de 2022

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

  • Las emisiones de gases de efecto invernadero también están afectando a las estratosfera. El adelgazamiento inducido en esta capa de la atmósfera podrá afectar a los satélites y comunicaciones

    Las emisiones de gases de efecto invernadero adelgazan la estratosfera, según revelan los científicos


    El adelgazamiento indica un impacto profundo de los humanos y podría afectar a los satélites y al GPS

     

    The thickness of the stratosphere has contracted by 400 metres since the 1980s, the researchers found.

    Los investigadores han hallado que el espesor de la estratosfera se ha contraído 400 metros desde la década de 1980. Fotografía: Alamy

     

    Las enormes emisiones de gases de efecto invernadero de la humanidad están reduciendo la estratosfera, según reveló un nuevo estudio.

    El grosor de la capa atmosférica se ha contraído 400 metros desde la década de 1980, según han encontrado los investigadores, y se reducirá en aproximadamente otro kilómetro para 2080 sin grandes recortes en las emisiones. Los cambios tienen el potencial de afectar las operaciones de los satélites, el sistema de navegación GPS y las comunicaciones por radio.

    El descubrimiento es el último en mostrar el profundo impacto de los humanos en el planeta. En abril, los científicos demostraron que la crisis climática había desplazado el eje de rotación de la Tierra a medida que el deshielo masivo de los glaciares redistribuye el peso en todo el mundo.

    La estratosfera se extiende desde unos 20 a 60 km por encima de la superficie de la Tierra. Debajo está la troposfera, en la que viven los humanos, y aquí el dióxido de carbono calienta y expande el aire. Esto empuja hacia arriba el límite inferior de la estratosfera. Pero, además, cuando el CO2 entra en la estratosfera, en realidad enfría el aire y hace que se contraiga.

     

    Las emisiones de gases de efecto invernadero están cambiando la estructura de la atmósfera inferior de la Tierra

     

     La atmósfera de la tierra consta de varias capas, con la troposfera en la parte inferior. Las medidas aquí indicadas son aproximadas y pueden variar enormemente según la época del año, o posición en relación a la tierra.

     

    La estratosfera cada vez más reducida es una clara señal de la emergencia climática y la influencia a escala planetaria que ahora ejerce la humanidad, según Juan Añel, de la Universidad de Vigo, Ourense en España y parte del equipo de investigación. "Es impactante", dijo. "Esto demuestra que estamos jugando con la atmósfera hasta 60 kilómetros".

    Los científicos ya sabían que la troposfera estaba creciendo en altura a medida que aumentaban las emisiones de carbono y habían planteado la hipótesis de que la estratosfera se estaba reduciendo. Pero el nuevo estudio es el primero en demostrar esto y muestra que se ha contraído en todo el mundo desde al menos la década de 1980, cuando se recopilaron por primera vez los datos satelitales.

    La capa de ozono que absorbe los rayos ultravioleta del sol se encuentra en la estratosfera y los investigadores habían pensado que las pérdidas de ozono en las últimas décadas podrían ser las culpables de la reducción. Menos ozono significa menos calentamiento en la estratosfera. Pero la nueva investigación muestra que es el aumento de CO2 lo que está detrás de la contracción constante de la estratosfera, no los niveles de ozono, que comenzaron a repuntar después de que el tratado de Montreal de 1989 prohibió los CFC.

    El estudio, publicado en la revista Environmental Research Letters, llegó a sus conclusiones utilizando el pequeño conjunto de observaciones satelitales tomadas desde la década de 1980 en combinación con múltiples modelos climáticos, que incluían las complejas interacciones químicas que ocurren en la atmósfera.

     

    Sunset over the Indian Ocean. Above the darkened surface of Earth, a brilliant sequence of colors roughly denotes several layers of the atmosphere. Deep oranges and yellows are visible in the troposphere that extends from Earth’s surface to 6-20 kilometers high. The pink to white region above the clouds appears to be the stratosphere; this atmospheric layer generally has little or no clouds and extends up to approximately 50 kilometers above Earth’s surface. Above the stratosphere blue layers mark the upper atmosphere as it gradually fades into the blackness of outer space.

    Puesta de sol sobre el Océano Índico. Sobre la superficie oscurecida de la Tierra, una secuencia brillante de colores denota varias capas de la atmósfera. Los naranjas y amarillos profundos son visibles en la troposfera que se extiende desde la superficie de la Tierra hasta los 6-20 km de altura. La región de rosa a blanca sobre las nubes parece ser la estratosfera; esta capa atmosférica generalmente tiene pocas o ninguna nube y se extiende hasta aproximadamente 50 km sobre la superficie de la Tierra. Por encima de la estratosfera, las capas azules marcan la atmósfera superior a medida que se desvanece gradualmente en la oscuridad del espacio exterior. Fotografía: NASA

     

    “Puede afectar las trayectorias de los satélites, el tiempo de vida orbital y las recuperaciones […] la propagación de ondas de radio y, finalmente, el rendimiento general del Sistema de Posicionamiento Global y otros sistemas de navegación basados ​​en el espacio”, según los investigadores.

    El profesor Paul Williams, de la Universidad de Reading en el Reino Unido, que no participó en la nueva investigación, dijo: “Este estudio encuentra la primera evidencia observacional de la contracción de la estratosfera y muestra que la causa es, de hecho, nuestras emisiones de gases de efecto invernadero en lugar del ozono. "

    “Algunos científicos han comenzado a llamar a la atmósfera superior la 'ignorósfera' porque está muy poco estudiada”, dijo. "Este nuevo documento fortalecerá la necesidad de mejores observaciones de esta parte distante pero críticamente importante de la atmósfera".

    “Es notable que todavía estemos descubriendo nuevos aspectos del cambio climático después de décadas de investigación”, dijo Williams, cuya propia investigación ha demostrado que la crisis climática podría triplicar la cantidad de turbulencias severas experimentadas por los viajeros aéreos. "Me hace preguntarme qué otros cambios están infligiendo nuestras emisiones en la atmósfera que aún no hemos descubierto".

    El predominio de las actividades de la humanidad en el planeta ha llevado a los científicos a recomendar la declaración de una nueva época geológica: el Antropoceno.

    Entre los marcadores sugeridos del Antropoceno se encuentran los elementos radiactivos esparcidos por las pruebas de armas nucleares en la década de 1950 y los huesos de pollo domésticos, gracias al aumento en la producción avícola después de la Segunda Guerra Mundial. Otros científicos han sugerido que la contaminación plástica generalizada es un indicador de la edad del plástico, que seguirá a las edades del bronce y del hierro.

     

    (Esta es una traducción libre de artículo publicado en The Guardian el pasado 12 de mayo de 2021 por Damian Carrington. Enlace al artículo original: https://bit.ly/2STI4fH)