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  • Aula Francisco Morán, "EVOLUCIÓN DE LOS CLIMAS DE KÖPPEN EN ESPAÑA (1951-2020)"

     

    Enlace a la conferencia en el canal de YouTube de la AME 

     

    Fuente:

  • Aula Francisco Morán. "Estado del clima de España en 2021: Informe de AEMET"

     Enlace al video en nuestro canal de 

    https://youtu.be/AErkzNn4gVc

     

     

    Los ponentes:

     

    José María Sánchez-Laulhe Ollero:

    Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Sevilla en 1977. Profesor Ayudante de Clases prácticas en el Departamento de Termología de la Universidad de Sevilla desde el 1 de octubre de 1977 hasta el 30 de septiembre de 1984. Aprueba la oposición de acceso al cuerpo de Ayudantes de Meteorología en 1984 y en 1985 la de Facultativo de Meteorología.

    Encomendado por orden de 31 de diciembre de 1986 como Jefe de Turno de la Sudirección General de Predicción del Instituto Nacional de Meteorología (INM) para desempeñar su trabajo en Málaga primero y posteriormente a partir del 1 de julio de 1987 como Predictor A H-12, realizando funciones de predictor en Meteorología sinóptica, aeronáutica y marítima desde febrero a diciembre de 1987.

    Destinado el 8 de enero de 1988 como Analista de Sistemas del Servicio de Técnicas de Análisis y Predicción del INM en Madrid donde permanece hasta el 15 de mayo de 1989. A continuación regresa a Málaga el 15 de mayo de 1989 para desempeñar un puesto como Predictor A H-12 luego reconvertido a Meteorólogo Predictor G-3 y finalmente acomodado a Técnico Superior de Estudios y Desarrollos.

    En Enero de 1995 es nombrado Jefe de la Sección-Unidad de Estudios y Desarrollos del Centro Meteorológico Territorial de Andalucía Oriental. Desde el 12 de agosto de 2009 hasta su jubilación el 2 de febrero de 2022 desempeña el puesto de Director del Centro Meteorológico de Málaga.

    Es el Director de la revista Tiempo y Clima de la Asociación Meteorológica Española (AME) desde junio de 2014 hasta la actualidad.

    Ha sido miembro de los sucesivos grupos de trabajo de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para la realización de los Informes sobre el Clima en España desde su inicio en 2019 hasta la actualidad.

     

    Rubén del Campo Hernández

    Rubén del Campo Hernández nació en Pamplona en 1977. Licenciado en biología, especialidad ambiental y agrícola, ingresó en el Cuerpo de Observadores de Meteorología en 2010. Fue destinado al Observatorio Atmosférico de Izaña, en Tenerife, donde participó en el programa de medidas de gases de efecto invernadero y puso en marcha el programa de observaciones fenológicas. Tras aprobar las oposiciones al Cuerpo de Diplomados en Meteorología, en febrero de 2017 se incorporó al Área de Información Meteorológica y Climatológica. Forma parte del equipo que gestiona las redes sociales de AEMET, aunque su dedicación principal es la atención a medios de comunicación, actuando en numerosas ocasiones como portavoz de la Agencia. Forma parte también del equipo de profesores de los cursos selectivos que se imparten a los observadores de meteorología de nuevo ingreso.

    Durante un año y medio fue el «hombre del tiempo» del programa radiofónico «Agropopular» e imparte conferencias divulgativas en distintos ámbitos. Ha escrito artículos para el Calendario Meteorológico y el Blog de AEMET. Experto en identificación y clasificación de nubes, recibió en 2017 un reconocimiento por parte de la Agencia Estatal de Meteorología por su contribución al conocimiento de las nubes a través de las redes sociales. Es miembro de la Asociación de Comunicadores de Meteorología y de la Asociación Meteorológica Española, pero, ante todo, es un gran amante de la meteorología y un afortunado en poder hacer de su pasión su profesión.

     

    Presenta Ernesto Rodríguez Camino

    Enlace al video en nuestro canal de 

     

     

     

     

  • Dune: simulamos el clima del planeta Arrakis para comprobar si los humanos podríamos sobrevivir en él

    7 -  9 minutos

    Chiabella James / Warner Bros

    Dune, la saga de libros de ciencia-ficción creada por Frank Herbert, y que recientemente ha sido adaptada al cine con una película del mismo nombre, está ambientada en un futuro muy lejano en el planeta desértico de Arrakis. Herbert describe con enorme grado de detalle un mundo que, a primera vista, parece tan real que nos podríamos imaginar viviendo en él.

    Sin embargo, si ese mundo existiera, ¿cómo sería realmente?

    Para descubrirlo, y dado que somos científicos especializados en la construcción de modelos de simulación climática, reprodujimos el clima de Arrakis. Queríamos saber si las leyes físicas y el medio natural de ese mundo podía representarse en un modelo climático real.

    Puede explorar determinadas características o hacer hincapié en elementos como la temperatura o la velocidad del viento en nuestro sitio web Climate Archive.

    Cuando lo acabamos, estábamos muy contentos por el hecho de que Herbert había diseñado un medio que en buena medida se correspondía con nuestra simulación. Es cierto que en ocasiones tuvimos que ignorar nuestra incredulidad, pero lo cierto es que Arrakis resultaría en gran medida un lugar habitable, aunque también inhóspito.

    ¿Cómo se reproduce un mundo fantástico como Arrakis?

    Comenzamos aplicando un modelo climático que se usa habitualmente en la Tierra para predecir el tiempo atmosférico y el clima. La utilización de estos modelos empieza por establecer las leyes físicas (algo bien conocido en el caso de la Tierra) y posteriormente hay que introducir todo tipos de datos, desde la forma de las montañas a la intensidad de la radiación solar, pasando por la composición de la atmósfera. Una vez hecho esto, el modelo puede simular el clima y decir a grandes rasgos cómo sería el tiempo.

    En primer lugar, decidimos mantener las mismas leyes físicas fundamentales que rigen el tiempo atmosférico y el clima en la Tierra. Si posteriormente nuestro modelo arrojara unos resultados absolutamente extraños y excéntricos, esto nos indicaría que dichas leyes son diferentes en Arrakis o que la visión fantástica de Frank Herbert sobre Arrakis es exactamente eso, fantástica.

    Mapa de altitud (en metros) de Arrakis. Author provided

    Posteriormente nos vimos en la necesidad de tener que introducir en el modelo climático ciertos datos sobre Arrakis, para lo cual recurrimos a la información detallada existente tanto en las principales novelas de la saga como en la Enciclopedia Dune. Allí encontramos información sobre la topografía del planeta o sobre su órbita, que es esencialmente circular, como lo es hoy la de la Tierra. La forma de una órbita puede llegar a tener un gran impacto en el clima, como demuestran los inviernos largos e irregulares de Juego de Tronos.

    Por último, le dijimos al modelo cuál era la composición de la atmósfera. En gran medida era similar a la que tiene hoy la Tierra, pero con menos dióxido de carbono (350 partes por millón, frente a nuestras 417). La gran diferencia era la concentración de ozono. En la Tierra hay muy poco ozono en las capas bajas de la atmósfera, en torno al 0,000001 %, pero en Arrakis este porcentaje es del 0,5 %. El ozono supone un elemento muy importante en la medida en que presenta una eficacia 65 veces mayor que el CO₂ a la hora de calentar la atmósfera, medido en periodos de 20 años.

    La mayor parte de Arrakis es un desierto inhóspito. Chiabella James / Warner Bros

    Tras haber introducido todos los datos necesarios, nos sentamos y esperamos; los modelos complejos como este tardan tiempo en dar resultados, en este caso más de tres semanas. Necesitábamos un enorme superordenador que fuera capaz de procesar los cientos de miles de cálculos necesarios para hacer una simulación del clima de Arrakis. Sin embargo, lo que obtuvimos hizo que la espera valiera la pena.

    El clima de Arrakis es básicamente verosímil

    Tanto los libros como la película describen un planeta con un sol implacable y páramos desolados de arena y roca. Sin embargo, si nos acercamos a las regiones polares, en dirección a las ciudades de Arrakeen y Carthag, en los libros se describe que el clima empieza a cambiar hasta componer una situación que se intuye más benigna.

    Sin embargo, nuestro modelo nos contaba algo diferente. En nuestra simulación climática de Arrakis, durante los meses más cálidos en los trópicos se alcanzaban temperaturas cercanas a los 45 grados, mientras que en los más fríos la temperatura bajaba por debajo de los 15. Se trata de valores similares a los que se dan en la Tierra. Las temperaturas más extremas, sin embargo, se daban en las latitudes medias y en las regiones polares. Allí, durante el verano, las temperaturas podían alcanzar los 70 grados en la arena (algo que también se sugiere en los libros). Y los inviernos serían igualmente extremos, con temperaturas de -40 grados en las latitudes medias y de -75 en los polos.

    Todo esto resulta contrario a la intuición, pues las regiones ecuatoriales reciben mayor radiación solar. Sin embargo, en nuestro modelo las regiones polares de Arrakis presentaban unos niveles de humedad en la atmósfera significativamente más altos, y una mayor presencia de nubes altas que no dejaban pasar la luz. Esto contribuye a aumentar las temperaturas, pues el vapor de agua es un gas de efecto invernadero.

    Temperaturas mensuales en Arrakis, según el modelo. En ambos polos los inviernos eran muy fríos y los veranos muy cálidos. Author provided

    En los libros se afirma que en Arrakis no llueve. Sin embargo, nuestro modelo sugería que se podían registrar pequeñas precipitaciones en latitudes altas y exclusivamente en mesetas y zonas montañosas, aunque solo en verano y otoño. Por otro lado, dependiendo de la estación, habría algunas nubes tanto en los trópicos como en las latitudes polares.

    En los libros también se afirma que existen casquetes polares, al menos en el hemisferio norte, y que llevan allí mucho tiempo. Quizás sea en este punto donde los libros más difieren con nuestro modelo, que apunta a que las altas temperaturas durante el verano derretirían todo el hielo polar, y que en invierno no se producirían nevadas que pudieran hacer que los casquetes se recuperasen.

    Cálido pero habitable

    ¿El ser humano podría sobrevivir en semejante planeta desértico? En primer lugar, tendríamos que partir de la premisa de que los humanoides de la película y de los libros poseen la misma tolerancia al calor que nosotros. Y si ese fuera el caso, y al contrario de lo que ocurre en las ficciones, cabría pensar que los trópicos serían las zonas más habitables. Dado que allí hay muy poca humedad, las temperaturas de bulbo húmedo (una medida de habitabilidad que combina temperatura y humedad) que marcan los límites de la supervivencia nunca se superarían.

    Las zonas de latitud media, que son en las que viven la mayoría de los habitantes de Arrakis, realmente son las más peligrosas debido al calor que hace en ellas. En las tierras bajas la temperatura media oscilaría por lo general entre los 50 y los 60 grados centígrados, con máximas diarias aún mayores. Se trata de temperaturas con las que los seres humanos no pueden sobrevivir.

    Modelos de trajes de supervivencia, colección de otoño del año 10.191. Chiabella James / Warner Bros

    Sabemos que todas las formas de vida humanoides que viven en Arrakis fuera de los lugares habitables deben vestir trajes de supervivencia diseñados para que su usuario se mantenga fresco y que sea capaz de transformar en agua potable toda la humedad que genera el cuerpo en forma de sudor, orina y aliento. Se trata de algo importante, ya que en el libro se afirma que no llueve en Arrakis, que no hay masas de agua estáticas y que apenas hay humedad en la atmósfera de la que se pueda sacar provecho.

    El planeta se vuelve muy frío más allá de los trópicos, hasta tal punto que las temperaturas invernales serían letales sin el auxilio de la tecnología. Las ciudades de Arrakeen y Carthag sufrirían los efectos tanto del frío como del calor. Sería como una versión extrema de ciertos lugares reales de Siberia, que pueden sufrir veranos extremadamente cálidos e inviernos brutalmente fríos.

    Es importante recordar que Herbert escribió la primera novela de Dune en 1965. Eso fue dos años antes de que el premio Nobel de 2021, Syukuro Manabe, desarrollara el primer modelo climático. Herbert no contaba con la ventaja de los actuales superordenadores (de hecho, no contaba con ningún tipo de ordenador). Teniendo esto en cuenta, seis décadas después el mundo que creó se antoja notablemente sólido.

    Los autores modificaron un modelo climático bien conocido y diseñado para la investigación de exoplanetas y lo aplicaron al planeta de Dune. Este trabajo lo realizaron en su tiempo libre, y pretende ser una investigación solvente al tiempo que asequible para mostrar cómo los científicos climáticos se valen de ciertos modelos matemáticos para comprender mejor nuestro mundo y los exoplanetas. Este trabajo servirá de apoyo a futuras investigaciones académicas sobre mundos desérticos y exoplanetas.

     Fuente: Alex FarnsworthSenior Research Associate in Meteorology, University of Bristol Michael Farnsworth Research Lead Future Electrical Machines Manufacturing Hub, University of Sheffield  Sebastian SteinigResearch Associate in Paleoclimate Modelling, University of Bristol

  • El cambio climático provoca un aumento de la inseguridad alimentaria, la pobreza y los desplazamientos en África

    9 - 11 minutos

    El deshielo de los emblemáticos glaciares africanos simboliza los cambios en el sistema Tierra

    Ginebra, 19 de octubre de 2021 (OMM) - Los cambios en la configuración de las precipitaciones, el aumento de las temperaturas y el incremento de las condiciones meteorológicas extremas contribuyeron a aumentar la inseguridad alimentaria, la pobreza y los desplazamientos en África en 2020, agravando la crisis socioeconómica y sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, según un nuevo informe multiinstitucional coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). 

    Area average land air temperature anomalies in °C

    Anomalías en los valores de temperatura del aire en la superficie terrestre promediados por zona en °C respecto de la media a largo plazo del período 1981-2010 para África (Asociación Regional I de la OMM) basadas en seis conjuntos de datos de temperatura. Fuente: Oficina Meteorológica del Reino Unido

     

    El informe sobre el estado del clima en África en 2020 ofrece un panorama de las tendencias e impactos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y el deshielo de los emblemáticos glaciares del continente. También destaca la vulnerabilidad desproporcionada de África y muestra cómo los beneficios potenciales de las inversiones en adaptación al clima, servicios meteorológicos y climáticos y sistemas de alerta temprana superan con creces los costes.

    "Durante 2020, los indicadores climáticos en África se caracterizaron por el continuo aumento de las temperaturas, la aceleración de la subida del nivel del mar, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, como las inundaciones, los deslizamientos de tierras y las sequías, y los efectos devastadores conexos. La rápida reducción de los últimos glaciares de África Oriental, que se prevé que se derritan por completo en un futuro próximo, advierte de la amenaza de un cambio inminente e irreversible en el sistema Tierra", afirma el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas, en un prólogo.

    "Junto con la recuperación tras la COVID-19, la mejora de la resiliencia climática es una necesidad urgente y continua. Las inversiones son especialmente necesarias en el desarrollo de capacidad y la transferencia de tecnología, así como en la mejora de los sistemas de alerta temprana de los países, incluidos los sistemas de observación del tiempo, el agua y el clima", afirma el profesor Taalas.

    El informe es fruto de la colaboración de la OMM, la Comisión de la Unión Africana, la Comisión Económica para África (CEPA) a través del Centro Africano de Política Climática, organizaciones científicas internacionales y regionales y organismos de las Naciones Unidas.

    El informe se presenta el 19 de octubre durante la reunión extraordinaria del Congreso Meteorológico Mundial y antes de las negociaciones de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que tendrán lugar en el 26º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (CP 26). El informe se suma a las pruebas científicas sobre la necesidad urgente de reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, aumentar el nivel de ambición climática e incrementar la financiación para la adaptación.

    "África está presenciando un aumento de la variabilidad meteorológica y climática, que provoca desastres y trastornos en los sistemas económicos, ecológicos y sociales. Para 2030, se estima que hasta 118 millones de personas extremadamente pobres (es decir, que viven con menos de 1,90 dólares de los Estados Unidos al día) estarán expuestas a la sequía, las inundaciones y el calor extremo en África, si no se establecen medidas de respuesta adecuadas. Esto supondrá una carga adicional para las iniciativas de mitigación de la pobreza y obstaculizará de forma considerable el aumento de la prosperidad", declara la excelentísima señora Josefa Leonel Correia Sacko, Comisionada de Economía Rural y Agricultura de la Comisión de la Unión Africana.

    "En África Subsahariana, el cambio climático podría reducir el producto interno bruto (PIB) hasta un 3 % para 2050. Esto supone un importante desafío para las medidas de adaptación y resiliencia al clima porque no solo están empeorando las condiciones físicas, sino que también está aumentando el número de personas afectadas", afirma en el prólogo.​

    Absolute precipitation anomalies for 2020
    Anomalías en los valores de precipitación absolutos para 2020 con respecto al periodo de referencia 1981-2010. Las zonas azules indican una precipitación superior a la media, mientras que las zonas marrones indican una precipitación inferior a la media. Fuente: Centro Mundial de Climatología de las Precipitaciones del Servicio Meteorológico de Alemania

    Mensajes principales

    Temperaturas: la tendencia de calentamiento de 30 años correspondiente a 1991-2020 fue superior a la del período 1961-1990 en todas las subregiones africanas y considerablemente superior a la tendencia de 1931-1960. África se ha calentado a un ritmo superior a la temperatura media mundial en el conjunto de la superficie terrestre y oceánica. El año 2020 se situó entre el tercer y el octavo año más cálido del que se tienen datos en África, dependiendo del conjunto de datos utilizado.

    Aumento del nivel del mar: las tasas de aumento del nivel del mar en la costa atlántica tropical y meridional y en la costa del océano Índico son superiores a la tasa media mundial, situándose aproximadamente en 3,6 mm/año y 4,1 mm/año, respectivamente. El nivel del mar a lo largo de las costas mediterráneas está aumentando a un ritmo de aproximadamente 2,9 mm/año, un valor inferior a la media mundial.

    Glaciares: en la actualidad, solo tres montañas de África están cubiertas por glaciares, a saber, el macizo del monte Kenya (Kenya), los montes Rwenzori (Uganda) y el monte Kilimanjaro (República Unida de Tanzanía). Aunque estos glaciares son demasiado pequeños para desempeñar una función importante como depósitos de agua, tienen una gran importancia turística y científica. Sus índices de retroceso actuales son superiores a la media mundial. De continuar así, ello dará lugar a una desglaciación total en la década de 2040. Se prevé que el monte Kenya pierda su masa glaciar una década antes, lo que lo convertirá en una de las primeras cordilleras enteras en perder glaciares como consecuencia del cambio climático debido a la actividad humana.

    Precipitaciones: las precipitaciones superiores a lo normal, acompañadas de inundaciones, predominaron en el Sahel, el valle del Rift, la cuenca central del Nilo y el noreste de África, la cuenca del Kalahari y el curso inferior del río Congo.

    Las condiciones de sequedad prevalecieron en la costa norte del golfo de Guinea y en el noroeste de África y a lo largo del sureste del continente. La sequía en Madagascar provocó una crisis humanitaria.

    Fenómenos de efectos devastadores: se produjeron inundaciones extensas en muchas partes de África Oriental. Entre los países que informaron de la pérdida de vidas o del desplazamiento considerable de población se encontraban el Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Somalia, Kenya, Uganda, el Chad, Nigeria (que también experimentó una sequía en la parte meridional), el Níger, Benin, el Togo, el Senegal, Côte d’Ivoire, el Camerún y Burkina Faso. Muchos lagos y ríos alcanzaron niveles máximos sin precedentes, como el lago Victoria (en mayo) y el río Níger en Niamey y el Nilo Azul en Jartum (en septiembre).

    Inseguridad alimentaria: los efectos combinados de los conflictos prolongados, la inestabilidad política, la variabilidad climática, los brotes de plagas y las crisis económicas, agravados por los efectos de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19), fueron los principales impulsores de un aumento considerable de la inseguridad alimentaria. Una invasión de langostas del desierto de proporciones históricas, que comenzó en 2019, siguió teniendo graves repercusiones en África Oriental y el Cuerno de África en 2020.

    La inseguridad alimentaria aumenta entre 5 y 20 puntos porcentuales con cada inundación o sequía en África Subsahariana. El deterioro conexo en la salud y en la asistencia escolar de los niños puede agravar las desigualdades de ingresos y de género a más largo plazo. En 2020, la población afectada por la inseguridad alimentaria aumentó casi un 40 % con respecto al año anterior.

    Desplazamientos: se estima que el 12 % de todos los nuevos desplazamientos de población en el mundo se produjeron en la región de África Oriental y el Cuerno de África, con más de 1,2 millones de nuevos desplazamientos relacionados con desastres y casi 500 000 nuevos desplazamientos relacionados con conflictos. Las inundaciones y las tormentas fueron los fenómenos que más contribuyeron al desplazamiento interno relacionado con los desastres, seguidas de las sequías.

    Inversiones: en África Subsahariana, los costes de adaptación se estiman entre 30 000 y 50 000 millones de dólares de los Estados Unidos (entre el 2 % y el 3 % del producto interno bruto (PIB) regional) cada año durante la próxima década, para evitar costes aún más elevados de socorro adicional en casos de desastre. El desarrollo resiliente al clima en África requiere inversiones en infraestructura hidrometeorológica y sistemas de alerta temprana con el fin de prepararse para un número creciente de fenómenos peligrosos de efectos devastadores.

    Alertas tempranas: las encuestas de hogares realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Etiopía, Malawi, Malí, el Níger y la República Unida de Tanzanía constataron que, entre otros factores, ampliar el acceso a los sistemas de alerta temprana y a la información sobre los precios de los alimentos y el tiempo (incluso con simples mensajes de texto o de voz para informar a los agricultores sobre cuándo plantar, regar o fertilizar, lo que permite una agricultura climáticamente inteligente) puede reducir la probabilidad de sufrir inseguridad alimentaria en 30 puntos porcentuales.

    Adaptación: la rápida aplicación de estrategias de adaptación africanas estimulará el desarrollo económico y generará más puestos de trabajo en apoyo de la recuperación económica tras la pandemia de COVID-19. La aplicación de las prioridades comunes señaladas por el Plan de Acción de la Unión Africana para la Recuperación Ecológica contribuiría a lograr la recuperación sostenible y ecológica del continente tras la pandemia, al tiempo que permitiría una acción climática eficaz.

    Hazards of greatest concern for the African Region
    Peligros que suscitan mayor preocupación para la región africana. Fuente: análisis de la OMM de las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de 53 países de África

    Presentación de alto nivel

    El informe sobre el estado del clima en África se presentará en un acto de alto nivel en el que se pondrá de manifiesto la necesidad de adoptar medidas urgentes relacionadas con el clima en África y de coordinar y aplicar marcos estratégicos relacionados con el tiempo, el agua y el clima para apoyar el desarrollo socioeconómico del continente.

    El profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, la excelentísima señora  Josefa Sacko, Comisionada de Economía Rural y Agricultura de la Comisión de la Unión Africana, y la doctora Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (CEPA), pronunciarán declaraciones introductorias, seguidas de una mesa redonda de alto nivel.

    La OMM desea agradecer la contribución de todos los asociados internacionales y expertos. En el informe se proporciona una lista completa.

    La Organización Meteorológica Mundial es el portavoz autorizado del sistema de las Naciones Unidas sobre el tiempo, el clima y el agua

     

    Para más información, diríjanse a: Clare Nullis, agregada de prensa. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Teléfono móvil: 41797091397

    Fuente:

  • El octubre más cálido registrado en Europa

    Octubre de 2020

    Europa vio su octubre más cálido registrado, con temperaturas muy por encima del promedio en el este, pero por debajo del promedio en el suroeste. A nivel mundial, fue el tercer octubre más cálido, pero solo ligeramente diferente de los siguientes tres octubres más cálidos. Los seis octubres más cálidos ocurrieron en los últimos seis años. Las temperaturas estuvieron muy por encima del promedio de 1981-2010 en la mayor parte del Ártico y sobre la meseta tibetana, en contraste, fue más frío que el promedio en el Pacífico sureste, gran parte del interior de América del Norte y alrededor de la meseta tibetana al norte.

     

     

    Mapa de anomalías de la temperatura superficial Octubre 2020
    Anomalía de la temperatura del aire en la superficie para octubre de 2020 en relación con el promedio de octubre para el período 1981-2010. Fuente de datos: ERA5. Crédito: Servicio de Cambio Climático de Copernicus / ECMWF.
  • El Secretario General de la ONU presentará el informe sobre el estado del clima mundial en 2020

    1 - 2 minutos

    El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, y el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, Prof. Petteri Taalas, presentarán conjuntamente el informe final sobre el Estado del Clima Mundial en 2020 el lunes 19 de abril.

    Se trata de un informe multiinstitucional liderado por la OMM y que combina las aportaciones de las agencias de la ONU, los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales y las instituciones asociadas, los centros climáticos regionales y decenas de expertos. Proporciona detalles exhaustivos de los indicadores climáticos, como los fenómenos meteorológicos extremos, las temperaturas terrestres y oceánicas, el retroceso de los hielos y el aumento del nivel del mar. También incluye información sobre las repercusiones del clima y el tiempo en los seres humanos y los ecosistemas terrestres y marinos en un año en el que el desarrollo socioeconómico se vio afectado por el COVID-19.

    El informe final actualiza la versión provisional publicada en diciembre de 2020. Se publica justo antes de la cumbre de Líderes del Clima convocada por el Presidente de los Estados Unidos el 22 de abril, Día de la Tierra. En él se subraya la necesidad de adoptar medidas climáticas más ambiciosas para reducir los niveles récord de gases de efecto invernadero.

    La conferencia de prensa se transmitirá en directo en http://webtv.un.org/

    Fuente: 

  • Estado del clima: 2021 comienza más frío debido al desvanecimiento de La Niña

    6 - 7minutos

    Después de un año cálido récord en 2020, el mundo se encamina a un año más frío en 2021, impulsado por las condiciones moderadamente fuertes de La Niña a finales de 2020 y principios de 2021.

    Sin embargo, 2021 será, casi con toda seguridad, uno de los 10 años más cálidos desde que se iniciaron los registros a mediados del siglo XIX. A pesar de que las temperaturas serán más suaves que en los últimos años, 2021 seguirá estando en línea con la tendencia de calentamiento a largo plazo que el mundo ha experimentado desde 1970.

    Los primeros cuatro meses de 2021 fueron el séptimo comienzo de año más cálido registrado hasta ahora, más frío que todos los años desde 2015. Sin embargo, las temperaturas pueden ser un poco más cálidas durante los meses restantes del año, ya que las condiciones de La Niña ya se están disipando.

    Las temperaturas mundiales se sitúan actualmente en torno al nivel previsto por la generación de modelos climáticos que figuran en el quinto informe de evaluación (AR5) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de 2013.

    El hielo marino del Ártico se encuentra actualmente en el límite inferior de su rango histórico después de ver la segunda extensión mínima de hielo marino del Ártico registrada en 2020, mientras que el hielo marino de la Antártida está más cerca de los niveles "normales" para esta época del año basados en el período 1979-2010.

    Séptimo comienzo de año más cálido

    Las temperaturas globales de la superficie son recogidas y registradas por varios grupos internacionales, como la NASA, la NOAA, el Met Office Hadley Centre/UEA y Berkeley Earth. Copernicus/ECMWF también elabora una estimación de la temperatura de la superficie basada en una combinación de mediciones y un modelo meteorológico, un método conocido como "reanálisis".

    El gráfico siguiente compara las temperaturas globales anuales en superficie de estos diferentes grupos desde 1970 - o 1979 en el caso de Copernicus/ECMWF. Las líneas de color muestran la temperatura de cada año, mientras que los puntos de la derecha muestran la estimación del año hasta la fecha de enero a abril de 2021 (o de enero a marzo para Berkeley Earth). Los valores se muestran en relación con un período de referencia común: la temperatura media de 1981-2010 para cada serie. Los registros de la temperatura de la superficie han mostrado un calentamiento de alrededor de 0,9ºC desde el año 1970, una tasa de calentamiento de alrededor de 0,18ºC por década.

    Los valores del año hasta la fecha todavía no están disponibles en Hadley/UEA debido a los retrasos en el procesamiento asociados a la introducción de su nuevo conjunto de datos HadCRUT5. Los valores del año hasta la fecha de este gráfico se actualizarán cuando los datos estén disponibles.

    Temperaturas medias anuales en superficie de la NASA GISTEMP, NOAA GlobalTemp, Hadley/UEA HadCRUT5, Berkeley Earth y Copernicus/ECMWF (líneas), junto con las temperaturas de 2021 hasta la fecha (enero-marzo, puntos de color). Anomalías representadas con respecto a la línea de base de 1981-2010. Gráfico elaborado por Carbon Brief con Highcharts.

    Las temperaturas del primer cuatrimestre de 2021 fueron las séptimas más cálidas del año, por detrás de las de los últimos seis años, pero más cálidas que las de todos los años registrados antes de 2015. La siguiente figura muestra cómo se comparan las temperaturas hasta la fecha con las de años anteriores en el conjunto de datos de la NASA. Muestra la temperatura del año hasta la fecha para cada mes del año, desde enero hasta la media anual completa.

    Anomalías de temperatura del año hasta la fecha para cada mes desde 2013 hasta 2021 de GISTEMP de la NASA. Anomalías trazadas con respecto a una línea de base de 1981-2010. Gráfico elaborado por Carbon Brief con Highcharts.

    Los fenómenos de El Niño y La Niña -denominados colectivamente El Niño Oscilación del Sur, o ENSO- son el principal impulsor de las variaciones interanuales que se suman a la tendencia al calentamiento de la superficie a largo plazo. Los fenómenos del ENSO se caracterizan por las fluctuaciones de temperatura entre el océano y la atmósfera en el Pacífico tropical, que contribuyen a que algunos años sean más cálidos y otros más fríos.

    Las condiciones de La Niña que caracterizaron la última parte de 2020 y principios de 2021 han remitido, y la mayoría de las previsiones de El Niño/La Niña sugieren que las condiciones neutras persistirán durante el resto de 2021.

    Esto puede verse en la figura siguiente, que muestra una serie de modelos de previsión del ENSO elaborados por diferentes grupos científicos, con la media de cada tipo de modelo mostrada por líneas gruesas rojas, azules y verdes. Los valores positivos por encima de 0,5ºC reflejan las condiciones de El Niño, los valores negativos por debajo de -0,5ºC reflejan las condiciones de La Niña y los valores entre ambos representan las condiciones neutrales de ENSO.

    Modelos de previsión de El Niño/Oscilación del Sur (ENSO) para periodos de tres meses en la región Niño3.4 (febrero, marzo, abril - FMA - y así sucesivamente), tomados de la previsión ENSO del IRI/CPC.

    Las temperaturas globales tienden a ir unos meses por detrás de las condiciones del ENSO, por lo que las actuales condiciones globales más frías pueden persistir incluso después de que el evento de La Niña haya terminado. Dicho esto, es probable que la mayor parte del resto del año sea ligeramente más cálida y, en general, las temperaturas anuales de 2021 serán más cálidas que las experimentadas durante los cuatro primeros meses.

    Modelos climáticos y observaciones

    Los modelos climáticos proporcionan estimaciones basadas en la física sobre el calentamiento futuro en función de diferentes hipótesis sobre las emisiones futuras, las concentraciones de gases de efecto invernadero y otros factores que influyen en el clima.

    La figura siguiente muestra la gama de previsiones de los modelos individuales que figuran en el AR5 del IPCC -conocidos colectivamente como los modelos CMIP5- entre 1970 y 2030. La línea negra y el sombreado gris indican la proyección media y la dispersión, respectivamente, de todos los modelos. Los registros individuales de temperatura observados se representan con líneas de color.

    Promedio de 12 meses de las temperaturas superficiales globales de los modelos CMIP5 y de las observaciones entre 1970 y 2030. Los modelos utilizan forzamientos RCP4.5 después de 2005. Incluyen las temperaturas de la superficie del mar en los océanos y las temperaturas del aire en la superficie de la tierra para que coincidan con lo que miden las observaciones. Anomalías representadas con respecto a la línea de la media de 1981-2010. Gráfico elaborado por Carbon Brief con Highcharts.

    Las estimaciones de los modelos sobre las temperaturas anteriores a 2005 son un "hindcast" que utiliza las influencias climáticas conocidas del pasado, mientras que las temperaturas proyectadas después de 2005 son una "previsión" basada en una estimación de cómo podrían cambiar las cosas.

    Mientras que las temperaturas globales estuvieron un poco por debajo del ritmo de calentamiento proyectado por los modelos climáticos entre 2005 y 2014, los últimos años han estado bastante cerca -si no ligeramente por encima- de la media del modelo. Esto es especialmente cierto en el caso de los registros de temperatura globalmente completos que incluyen estimaciones de temperatura para toda la región del Ártico, que ahora incluye cuatro de los cinco registros (sólo la NOAA carece de cobertura sobre la región).

    Enlace Parte 2

    Fuente: ZEKE HAUSFATHER 21.05.2021

  • Estado del clima: 2021 comienza más frío debido al desvanecimiento de La Niña (2)

    3 - 4 minutos 

    Enlace Parte 1

     Pronóstico de las temperaturas para 2021

    Los primeros cuatro meses de 2021 pueden permitirnos hacernos una idea de lo que podemos esperar para todo el año. Observando la relación entre los cuatro primeros meses y las temperaturas anuales de todos los años desde 1970 -así como las condiciones del ENSO para los cuatro primeros meses del año y las condiciones previstas para los ocho meses restantes- Carbon Brief ha creado una proyección de lo que probablemente será la temperatura media global final para 2021.

    El análisis incluye la incertidumbre estimada en los resultados de 2021, dado que hasta ahora sólo se dispone de las temperaturas del primer tercio del año.

    Anomalías anuales de la temperatura media mundial en superficie, según la NASA, con respecto a la media de 1981-2010. Los valores de 2021 hasta la fecha incluyen enero-abril. Valor anual estimado para 2021 basado en la relación entre las temperaturas de enero-abril y las temperaturas anuales entre 1970 y 2020. Gráfico elaborado por Carbon Brief mediante Highcharts.

    La proyección sugiere que 2021 tiene la probabilidad más alta de terminar como el séptimo año más cálido registrado - y es muy probable que esté entre el cuarto y el noveno más cálido.

    Es probable que las temperaturas anuales se sitúen justo por debajo de lo que cabría esperar según la evolución del calentamiento a largo plazo desde 1970, que se muestra en la línea discontinua de la figura.

    Hielo marino del Ártico moderadamente bajo

    La extensión del hielo marino del Ártico estuvo gran parte de principios de 2021 en el límite inferior del rango histórico de 1979-2010, pero por encima de los mínimos históricos observados en partes de 2019. El hielo marino del Ártico sólo estableció un récord mínimo diario durante un día a finales de marzo, mientras que la extensión máxima anual de invierno fue la séptima más baja registrada.

    El hielo marino de la Antártida se mantuvo cerca de la media a lo largo de los primeros cuatro meses de 2021. Sólo se dispone de datos fiables sobre la cobertura del hielo marino desde que se lanzaron los satélites de observación polar a finales de la década de 1970.

     La siguiente figura muestra la extensión del hielo marino del Ártico y del Antártico en 2021 (líneas rojas y azules sólidas), el intervalo histórico en el registro entre 1979 y 2010 (áreas sombreadas) y los mínimos históricos (línea negra punteada). A diferencia de los registros de temperatura global (que sólo informan de las medias mensuales), los datos sobre el hielo marino se recogen y actualizan diariamente, lo que permite ver la extensión del hielo marino hasta el presente.

     Extensión diaria del hielo marino en el Ártico y el Antártico, según el Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo de Estados Unidos. Las líneas en negrita muestran los valores diarios de 2021, el área sombreada indica el rango de dos desviaciones estándar en los valores históricos entre 1979 y 2010. Las líneas negras punteadas muestran los mínimos históricos de cada polo. Gráfico elaborado por Carbon Brief mediante Highcharts.

    Por último, cabe señalar que la extensión del hielo marino sólo cuenta una parte de la historia. Además de la disminución de la extensión del hielo, el hielo marino que queda tiende a ser más joven y más delgado que el que solía cubrir la región. La figura siguiente, que utiliza datos del Sistema de Modelización y Asimilación de Hielo Oceánico Panártico (PIOMAS), muestra el espesor del hielo marino del Ártico para cada año entre 1979 y 2021.

    Aunque el volumen de hielo marino está actualmente por encima de sus valores de 2020, sigue estando en línea con la tendencia a la baja a largo plazo.

     Anomalías del volumen de hielo marino en el Ártico desde 1979 hasta abril de 2021 de PIOMAS.

    Fuente: ZEKE HAUSFATHER 21.05.2021 | 5:36pm

  • Evaluación del clima global en junio de 2020

    Fuente:NOAA algunos de los eventos climáticos y climáticos más importantes que ocurrieron durante junio de 2020.

    Junio ​​de 2020 empató como el tercer junio más cálido registrado en el mundo; casi cálido primer semestre del año

    El promedio mundial de junio de 2020 de la temperatura de la superficie terrestre y oceánica se desvió del promedio empatado con 2015 como el tercero más alto del mes en el registro de conjunto de datos de temperatura global NOAA de 141 años, que data de 1880.

    Este resumen mensual , desarrollado por científicos de los Centros Nacionales de Información Ambiental de NOAA , es parte del conjunto de servicios climáticos que NOAA brinda al gobierno, las empresas, la academia y el público para apoyar la toma de decisiones informada.

  • La campaña de nieve de la NASA concluye para el 2021

    8 - 10 minutos

    Isis Brangers, estudiante de doctorado de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), examina los cristales de nieve cerca de Stanley, Idaho.Créditos: Cortesía de HP Marshall, Boise State University

    A medida que se derriten las últimas nieves, los equipos de SnowEx de la NASA recogen las raquetas, los esquís y los instrumentos científicos que han utilizado durante todo el invierno para estudiar la nieve en las montañas y las praderas. Ahora, están dirigiendo su atención a un tipo diferente de montaña,  la de todos los datos que recogieron.

    Este año, los equipos de SnowEx realizaron mediciones de la nieve en seis lugares del oeste de Estados Unidos, sobre el terreno y con drones y aviones que sobrevolaban la zona. Esta información ayudará a los científicos a determinar la cantidad de agua que contiene el manto de nieve invernal, lo cual es crucial para la gestión de los recursos hídricos para el consumo, la agricultura, la energía hidroeléctrica, la previsión de inundaciones, la gestión de sequías e incendios forestales y mucho más.

    Además de estudiar la nieve, los investigadores de SnowEx también están evaluando la precisión con la que diversas técnicas pueden medir la nieve en diferentes entornos. En el futuro, la NASA espera lanzar un satélite dedicado a estudiar la nieve -y el agua que almacena- desde el espacio, con el fin de comprender cómo los cambios en el manto de nieve afectan a las sequías, los incendios forestales, etc. Uno de los principales objetivos de la campaña SnowEx, que durará varios años, es averiguar qué instrumentos pueden ser los más adecuados para esta tarea.

     

    Ella Bump, estudiante de posgrado de la Universidad Estatal de Colorado, examina los cristales de nieve dentro de un pozo de nieve cerca de Cameron Pass, Colorado. Créditos: Cortesía de Dan McGrath, Universidad Estatal de Colorado

    " No vamos a resolver el problema de la vigilancia de la nieve desde el espacio con una sola tecnología", afirma HP Marshall, profesor asociado de la Universidad Estatal de Boise y co-científico del proyecto SnowEx 2021. "Una gran parte de SnowEx es averiguar la mejor manera de combinar el trabajo de campo, la teledetección y la modelización en un solo marco".

    En 2020, la campaña SnowEx se interrumpió debido a la pandemia COVID-19 y el equipo no pudo terminar sus experimentos aéreos. Para 2021, el equipo científico tenía tres objetivos principales: llevar a cabo una serie temporal de observaciones de Radar de Apertura Sintética Interferométrica (InSAR) de banda L en diversas condiciones de nieve, medir la reflectividad de la superficie de la nieve y estudiar la distribución de la nieve en un paisaje de pradera.

    Un avión Gulf Stream 3, que transportaba el instrumento UAVSAR (Uninhabited Aerial Vehicle Synthetic Aperture Radar) del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, sobrevoló siete lugares de Colorado, Utah, Idaho y Montana desde mediados de enero hasta finales de marzo. El UAVSAR es un InSAR de banda L, un tipo especial de radar, que SnowEx utiliza para medir los cambios en la masa del manto de nieve.

    Randall Bonnell y Lucas Zeller, estudiantes de posgrado de la Universidad Estatal de Colorado, recogen una muestra de núcleo de agua nevada en el sitio de Cameron Pass, Colorado.Créditos: Cortesía de Dan McGrath, Universidad Estatal de Colorado

    La masa del manto de nieve puede cambiar de forma drástica de un vuelo UAVSAR a otro. Por ejemplo, una gran tormenta de nieve puede arrojar grandes cantidades de nieve en una zona durante un corto período de tiempo. Parte de la nieve puede derretirse o sublimarse, saltando la fase líquida y pasando directamente de sólido a gas. También puede ser redistribuida por los vientos fuertes.

    El equipo de SnowEx está probando la capacidad del sensor UAVSAR para detectar estos diferentes cambios en la masa de nieve. La suma de los cambios en la masa de nieve a lo largo de la temporada invernal ayudará al equipo a calcular la cantidad de agua almacenada en el manto de nieve estacional, o equivalente de agua de nieve (SWE). "Con el UAVSAR, lo que buscamos es el cambio en el SWE de un vuelo a otro", dijo Carrie Vuyovich, científica principal de la nieve para el Programa de Hidrología Terrestre de la NASA, en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.

    Programado para 2022, la NASA y la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) planean lanzar el satélite NISAR para estudiar los cambios en la superficie de la Tierra desde el espacio. El NISAR llevará un instrumento de radar de banda L similar al UAVSAR, y el equipo de SnowEx está probando cómo pueden utilizar las observaciones del NISAR para estudiar la nieve.

    Ella Bump, estudiante de posgrado de la Universidad Estatal de Colorado, examina los cristales de nieve dentro de un pozo de nieve cerca de Cameron Pass, Colorado. Créditos: Cortesía de Dan McGrath, Universidad Estatal de Colorado

    Mientras los aviones sobrevolaban la zona, los científicos recogían datos sobre el terreno. Midieron las características de la nieve, como su profundidad y densidad, el tamaño de los granos de nieve, la temperatura, el grado de reflexión de la superficie de la nieve y la cantidad de hielo, nieve o agua líquida que hay en el manto de nieve. El equipo tomó estas mediciones en pozos de nieve, agujeros del tamaño de un coche excavados en la nieve. Desde el interior de los pozos, los científicos tomaron muestras a diferentes profundidades para ver cómo variaban las características del manto de nieve de una capa a otra.

    Los observadores de SnowEx también midieron el manto de nieve con herramientas de teledetección terrestre similares a las utilizadas desde el aire y el espacio. Los datos recogidos durante la SnowEx están a disposición del público en el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo; cada mes se publican más conjuntos de datos a medida que los científicos de todo el país terminan de procesar cada uno de los conjuntos de datos en bruto y los comprueban detenidamente en busca de errores.

    Lucas Zeller, estudiante de posgrado de la Universidad Estatal de Colorado, mide la nieve acumulada en un intervalo de tablero en Cameron Pass, Colorado. Créditos: Cortesía de Dan McGrath, Universidad Estatal de Colorado

    Los científicos con raquetas de nieve o esquís también utilizaron espectrómetros de mano para medir el albedo, es decir, el grado de luminosidad y reflexión de la superficie de la nieve. El albedo desempeña un papel muy importante en la rapidez con la que se derrite la nieve. Depende de una serie de factores, como el tamaño y la forma de cada uno de los cristales de nieve, la cantidad de nieve que ya se ha derretido y las impurezas, como el polvo, que hay sobre la nieve.

    Desde el aire, los investigadores midieron el albedo con el instrumento Airborne Visible / Infrared Imaging Spectrometer (AVIRIS) Next Generation del Jet Propulsion Laboratory de la NASA. La comparación de las mediciones efectuadas desde el aire y desde el suelo ayudará a los científicos a determinar cómo contribuyen los distintos factores al albedo de la nieve.

    Este año, el equipo de SnowEx ha añadido un emplazamiento en una pradera de Montana para comprender las nevadas en estos paisajes expuestos. Créditos: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA/Estudio de Visualización Científica.

    Este vídeo puede compartirse y descargarse aquí.

    Este año, SnowEx añadió un emplazamiento en una pradera, que es un paisaje importante pero poco estudiado cuando se trata de la ciencia de la nieve. Aunque la cantidad de nieve en las praderas es mucho menor que la que cae en las montañas, "un gran porcentaje de la Tierra cubierta de nieve se considera una pradera. La nieve en esas zonas es importante para la agricultura y contribuye a las inundaciones", explica Vuyovich.

    Estos paisajes expuestos suelen tener vientos fuertes que mueven la nieve de una zona a otra, formando profundos ventisqueros en algunas zonas y dejando sólo una ligera capa de nieve en otras. Debido a estas variaciones, el equipo de SnowEx quería comprobar la eficacia de la teledetección para detectar estos grandes cambios en la capa de nieve en distancias cortas.

    Las praderascubiertas de nieve pueden parecer planas desde arriba, pero la nieve en el suelo, a menudo, es arrastrada por el viento de tal manera que forma ventisqueros en algunas zonas y deja otros lugares con sólo una fina capa de polvo. Créditos: Cortesía de Eric Sproles, Universidad Estatal de Montana

    Todos los experimentos se desarrollaron sin problemas a pesar de la pandemia, dijo Marshall. "Siempre hay desafíos", dijo, citando los riesgos de hipotermia, avalanchas y condiciones peligrosas de la carretera. "Pero el COVID supuso un gran reto adicional al que no estábamos acostumbrados a enfrentarnos". Para garantizar la seguridad de todos, el equipo puso en práctica pruebas rutinarias de COVID-19, máscaras, protocolos de distanciamiento social y limitación de pasajeros en los vehículos.

    Los equipos de SnowEx también contrataron a científicos locales especialistas en nieve para que ayudaran a recopilar datos sobre el terreno. "Estos equipos fueron totalmente decisivos para que esta campaña fuera un éxito", dijo Vuyovich. "Sólo así pudimos continuar con SnowEx este invierno".

    Tras un exitoso invierno en el campo, el equipo de SnowEx está cambiando su actividad, pasando de las raquetas de nieve y los espectrómetros a los equipos portátiles y a los ordenadores de gran potencia. A mediados de julio, 90 miembros de la comunidad participarán en un maratón de una semana de duración, en el que se impartirán tutoriales para trabajar con los datos de SnowEx y se llevarán a cabo proyectos de grupo para crear software de análisis de los grandes conjuntos de datos.  El próximo invierno, el equipo de SnowEx tiene previsto realizar experimentos en la tundra de Alaska y en el bosque boreal. El análisis de datos completo, con la participación de una comunidad más amplia, continuará en el futuro.

    Randall Bonnell (izquierda), estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Colorado, y Lucas Zeller (derecha), estudiante de máster en la Universidad Estatal de Colorado, tiran del trineo GPR en Cameron Pass, Colorado. Crédito de la imagen del encabezado: Cortesía de Alex Olsen Mikitowicz.

     Fuente:  Por Sofie Bates. Equipo de Noticias de Ciencias de la Tierra de la NASA Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. Editor: Sofie Bates

     

     

     

     

     

     

  • La OMM concede el premio de la OMI al profesor In-Sik Kang

     

     

    La Organización Meteorológica Mundial ha distinguido al profesor In-Sik Kang, catedrático emérito de la Universidad Nacional de Seúl (SNU), República de Corea, con su máximo galardón por sus destacadas contribuciones a la ciencia del clima.

    El Consejo Ejecutivo de la OMM seleccionó al Prof. Kang como ganador del 66º Premio de la OMI. Este premio, creado en 1955 y que lleva el nombre de la predecesora de la OMM, la Organización Meteorológica Internacional (OMI), se concede cada año a personas en reconocimiento de su labor a lo largo de toda su vida en el campo de la meteorología, la hidrología, la climatología o campos afines.

    El premio menciona los logros científicos del Prof. Kang, especialmente en el campo de la modelización y predicción del clima, y sus contribuciones pioneras a los centros climáticos operativos y de investigación, así como por formar a la nueva generación de científicos, incluso de países en desarrollo. Ha publicado más de 170 artículos en revistas científicas.

    De 2000 a 2009, fue director del Centro de Excelencia para la Investigación del Sistema Climático y Medioambiental de la SNU. Tiene un largo historial de trabajo con la comunidad climática internacional y fue miembro del Comité Científico Conjunto del Programa Mundial de Investigación Climática para 2013-2018.

     

    El profesor Kang estableció un Centro de Excelencia para la Investigación del Sistema Climático y Medioambiental en la Universidad Nacional de Seúl en el año 2000. Fue pionero en la creación de un sistema de predicción estacional por conjuntos multimodelos combinado con correcciones dinámico-estadísticas. El trabajo demostró el valor de la predicción por conjuntos multimodelos en la previsión estacional operativa, lo que condujo a la creación del Centro Climático de la APEC (APCC). Inició y desempeñó un papel importante en la creación del APCC y ha sido copresidente del Comité Asesor Científico del APCC desde su creación en 2006.

    El APCC desempeña ahora un papel importante en la elaboración de los productos de predicción estacional multimodelo de la OMM mediante la recopilación de las predicciones estacionales de los 11 centros operativos designados por la OMM.

    Después de su retiro de la SNU, el Prof. Kang fue elegido como Experto Extranjero por el gobierno chino en 2018 y ha estado trabajando en China como director Científico del Centro del Océano Índico, Segundo Instituto de Oceanografía.

    Actualmente, el Prof. Kang promoviendo las observaciones de campo del océano con boyas y cruceros oceánicos con su recién formado equipo de investigación chino, que mejorará la contribución china a los programas internacionales de observación del Océano Índico.

    Aparte de sus logros científicos, se ha comprometido durante toda su vida a educar a las generaciones más jóvenes de la comunidad científica meteorológica y climática. Como profesor de la Universidad Nacional de Seúl, ha generado muchas generaciones excelentes de científicos. La mayoría de sus antiguos estudiantes de doctorado son ahora profesores en EE.UU. y Corea y son científicos muy conocidos en varios institutos de investigación. Muchos de ellos trabajan activamente en programas climáticos internacionales.

    El profesor Kang recogerá el premio y pronunciará una conferencia científica en la sesión del Consejo Ejecutivo de 2022.

    El ex presidente de la OMM, David Grimes, de Canadá, recibió el premio de la 65ª edición de la OMI en 2020 y pronunciará su conferencia científica en el Congreso Extraordinario de octubre de 2021.

     

     

     

    Fuente:   Publicado el 28 de junio de 2021

     

  • La OMM publica el primer Boletín sobre la calidad del aire y el clima

    Noticia de la OMM

    El bloqueo de COVID-19 y las restricciones de viaje provocaron una caída dramática de corta duración en las emisiones de contaminantes atmosféricos clave en 2020, especialmente en áreas urbanas. Muchos habitantes de la ciudad vieron cielos azules en lugar de la nube de contaminación. Pero la reducción no se distribuyó uniformemente en todas las regiones ni en todos los tipos de contaminantes. Y muchas partes del mundo aún no cumplen con las pautas de calidad del aire, según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

    El Boletín de calidad del aire y clima , el primero de este tipo publicado por la OMM, destaca los principales factores que influyen en los patrones de calidad del aire en 2020, en comparación con otros años. Muestra cómo hubo episodios tanto de mejora como de deterioro de la calidad del aire en diferentes partes del mundo.

    Demuestra una íntima conexión entre la calidad del aire y el cambio climático. Si bien las emisiones de contaminantes del aire causadas por el hombre disminuyeron durante la crisis económica de COVID-19, los extremos meteorológicos alimentados por el cambio climático y ambiental provocaron tormentas de arena y polvo e incendios forestales sin precedentes que afectaron la calidad del aire.

    Esta tendencia continuará en 2021. Los devastadores incendios forestales en América del Norte, Europa y Siberia han afectado la calidad del aire para millones, y las tormentas de arena y polvo han cubierto muchas regiones y han atravesado continentes.

    “COVID-19 demostró ser un experimento de calidad del aire no planificado y dio lugar a mejoras localizadas temporales. Pero una pandemia no es un sustituto de una acción sostenida y sistemática para hacer frente a los principales impulsores de la contaminación y el cambio climático y así salvaguardar la salud tanto de las personas como del planeta ”, dijo el Secretario General de la OMM, Prof. Petteri Taalas.

    “Los impactos de los contaminantes del aire ocurren cerca de la superficie, en escalas de tiempo de días a semanas, y generalmente están localizados. Por el contrario, el cambio climático en curso, causado por la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, ocurre en una escala de tiempo de décadas a siglos y está impulsando cambios ambientales en todo el mundo. A pesar de las diferencias, necesitamos una política climática y de calidad del aire coherente e integrada basada en observaciones y ciencia ”, dijo.

    La contaminación del aire tiene un impacto significativo en la salud humana. Las estimaciones de la última evaluación de la Carga Mundial de Enfermedades muestran que la mortalidad mundial aumentó de 2,3 millones en 1990 (91% debido a material particulado, 9% debido al ozono) a 4,5 millones en 2019 (92% debido al material particulado, 8% debido a ozono), dice el Boletín.

    El Boletín y una animación adjunta se publicaron antes del Día Internacional de Aire Limpio para Cielos Azules el 7 de septiembre. Esto fue establecido por la Asamblea General de la ONU para crear conciencia y facilitar acciones para mejorar la calidad del aire, que es fundamental para la salud humana y la mitigación del cambio climático.

    El tema de este año es Aire Saludable, Planeta Saludable.

  • Los cielos de los planetas y satélites del sistema solar: Marte

     Extracto del artículo publicado en el Calendario meteorológico 2014 de AEMET

    LOS CIELOS DE LOS PLANETAS Y SATÉLITES DEL SISTEMA SOLAR

     por Julio Solís García ,Agencia Estatal de Meteorología

    RESUMEN: El presente trabajo muestra un recorrido por los planetas del Sistema Solar y algunos de los mayores satélites, analizando de una manera descriptiva el aspecto que podrían mostrar sus cielos y los paisajes desde su superficie, prescindiendo deliberadamente de tecnicismos y desarrollos científicos profundos, para enfatizar la estética, la apariencia, y el entorno medioambiental de cada uno de los astros objeto de estudio. Todo ello acompañado con recreaciones artísticas libres, pero basadas en los datos que se conocen, que nos mostrarían el entorno paisajístico observable en cada cuerpo

    MARTE

    Seguimos camino hacia los planetas exteriores, el primero de los cuales, Marte, es bastante más amigable que Venus. Ya no tendremos que soportar presiones aplastantes, temperaturas abrasadoras o una atmósfera corrosiva. Su tamaño es la mitad que el de la Tierra, cuenta con una masa 10 veces menor y la fuerza de la gravedad en su superficie es el 38 % de la nuestra. Gira alrededor del Sol en 687 días y le separan del mismo 225 millones de kilómetros.

  • Los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima piden la adopción de medidas urgentes para proteger a las personas y a las generaciones futuras

    5 - 6 minutos

    Se necesitan mejores datos para tomar mejores decisiones

     

     

    Ginebra, 8 de marzo de 2022 (OMM) — Los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima han hecho un llamamiento para que se adopten medidas más urgentes y coordinadas "a fin de proteger a las personas y a las generaciones futuras" a la luz de los nuevos y alarmantes indicios científicos publicados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), según los cuales la disponibilidad de agua está cada vez más amenazada en todo el mundo y los peligros relacionados con ese recurso se multiplican en el conjunto del planeta.

    En la actualidad, aproximadamente la mitad de la población mundial debe hacer frente a condiciones de escasez grave de agua durante al menos una parte del año y se prevé que esa situación empeore a medida que el cambio climático altere las pautas de precipitación y ello repercuta en el conjunto del ciclo del agua. Las consecuencias de los cambios hidrológicos derivados del retroceso de los glaciares y del deshielo del permafrost se acercan al punto de no retorno.

    Solo el 0,5 % del agua de la Tierra está disponible en forma de agua dulce y puede utilizarse como tal. Sin embargo, en los últimos 20 años, los depósitos de agua continental —toda el agua que se encuentra sobre la superficie terrestre y debajo de esta, incluida la humedad del suelo, la nieve y el hielo— se han reducido a un ritmo que supera el volumen total de agua que las personas consumen durante un año. Esto conlleva implicaciones de gran envergadura para la seguridad hídrica, dado el aumento demográfico y la degradación medioambiental.

    "Abanderamos el cambio de paradigma que redundará en una mejor resistencia de nuestras sociedades y economías al cambio climático. Un mejor uso del agua permite fortalecer la seguridad alimentaria, proteger la salud y los medios de subsistencia, promover una transición justa a la energía limpia, construir ciudades inteligentes en materia de agua y clima, salvaguardar el medioambiente, forjar economías resilientes, ayudar al mundo a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y cumplir los compromisos mundiales relativos al clima", afirmaron los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima en un llamamiento a la acción.

    Al reconocer que "no se puede gestionar lo que no se mide", los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima también se comprometieron a establecer un Sistema Mundial de Información sobre el Agua a fin de suplir las carencias en materia de datos fiables e información práctica.

    "Necesitamos datos para entender el modo en que el cambio climático afecta a nuestros sistemas hídricos, para saber en qué lugares se dispone de agua, en qué cantidades y cuál es su calidad, ahora y en el futuro. Necesitamos información para determinar los lugares y las estrategias que permitirán aplicar de forma óptima las medidas adoptadas para acceder a este preciado recurso y protegernos de los peligros y los desastres relacionados con el agua. Los datos también son decisivos para poder adoptar decisiones inteligentes", se afirmó en el llamamiento a la acción.

    "Sin embargo, las carencias son importantes: los datos son incoherentes e incompletos, y los lugares en que se recopilan están dispersos".

    Entre los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima cabe destacar representantes del más alto nivel de países vulnerables al deshielo de los glaciares, las inundaciones y la sequía, así como también de organismos de las Naciones Unidas y para el desarrollo, empresas, la sociedad civil y la juventud. La misión de este eminente grupo consiste en proporcionar orientación estratégica sobre la integración de los programas relativos al agua y el clima y acelerar la consecución de los ODS.

    Impactos, adaptación y vulnerabilidad en la esfera del agua

    En el nuevo informe del IPCC de 2022 sobre el cambio climático, dedicado a los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad, se evidencia la gran envergadura de la inminente crisis del agua y los inmensos desafíos que entraña la gestión de los recursos hídricos.

    La disponibilidad de agua fruto del deshielo —una de las principales fuentes de las que se nutre el riego en algunas partes del mundo— va a disminuir, mientras que la pérdida de masa de los glaciares prevista a nivel mundial reducirá la cantidad de agua disponible para la agricultura, la generación de energía hidroeléctrica y los asentamientos humanos a medio y largo plazo.

    Se prevé que los cambios en la magnitud y la ocurrencia de los flujos fluviales, así como los fenómenos extremos asociados, perjudicarán a los ecosistemas de agua dulce de muchas cuencas. La dimensión de los daños directos causados por las crecidas aumentará con cada fracción de grado de subida de la temperatura.

    Según se apunta en el informe del IPCC, la mayor parte del conjunto de políticas de adaptación al cambio climático documentadas se dedica a la adaptación a los riesgos e impactos relacionados con el agua. No obstante, en esa publicación se advierte de los efectos contraproducentes que podría entrañar una gestión deficiente de las medidas de adaptación: a modo de ejemplo, se explica que los proyectos de riego mal gestionados podrían reducir el riesgo de sequía, pero al mismo tiempo podrían acelerar el agotamiento de las aguas subterráneas y de otras fuentes de agua e incrementar la salinización del suelo.

    Llamamiento a la acción

    En vista de los crecientes desafíos y de la urgente necesidad de adoptar medidas, los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima piden:

    • la adopción de un enfoque integrado con respecto al agua y el clima, en el que se reconozca que, para poder tomar decisiones bien fundadas en el marco de las iniciativas de mitigación del cambio climático y de adaptación a ese fenómeno, se debe tener en cuenta el agua;
    • apoyo internacional para mejorar los datos y la información sobre el agua en pos de un mundo preparado para el clima, a fin de propiciar la colaboración necesaria para poner en marcha un Sistema Mundial de Información sobre el Agua que proporcione datos sobre el estado, la evaluación y las perspectivas de ese recurso al objeto de tomar decisiones inteligentes en las esferas del clima y del agua;
    • la incorporación de asociados para fines de ejecución, con miras a que respalden aquellas soluciones que permitan la adopción de decisiones fundamentadas, como un inventario del agua y el clima, un mecanismo de información sobre la criosfera, una nueva lógica de financiación, la colaboración con el ámbito local y la cooperación entre cuencas fluviales;
    • el reconocimiento de la necesidad de proteger los glaciares, y que se comprenda la función de esas masas de hielo en cuanto que una de las fuentes más importantes de agua dulce y se aúnen esfuerzos para preservar esos recursos mediante la instauración, en 2025, de un Año Internacional para la Conservación de los Glaciares.

    Notas para los editores:

    Los líderes de la Coalición para el Agua y el Clima son un grupo de eminentes representantes de los Miembros de las Naciones Unidas, la sociedad civil y el sector privado, invitados por el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), señor Petteri Taalas, y el Presidente de ONU-Agua, señor Gilbert Houngbo.

    La Coalición para el Agua y el Clima busca acelerar el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (agua y saneamiento) mediante un mecanismo de acción concreto, ya que el mundo está lejos de conseguir una adaptación resiliente de los recursos hídricos al cambio climático y al desarrollo demográfico y socioeconómico del futuro.

     Fuente: 

  • MESA REDONDA: INFORME OMM-Estado del clima global 2020

    MESA REDONDA: INFORME OMM-Estado del clima global 2020. Presentado por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Jesús Fidel González Rouco y los meteorlógos: Ernesto Rodríguez, José María Sánchez-Laulhé Ollero y José Antonio López Díaz. 

    Enlace a la conferencia en el canal de YouTube de la AME

     

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  • MESA REDONDA: INFORME OMM-Estado del clima global 2020 (CAME)

    MESA REDONDA: INFORME OMM-Estado del clima global 2020. Presentado por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Jesús Fidel González Rouco y los meteorlógos: Ernesto Rodríguez, José María Sánchez-Laulhé Ollero y José Antonio López Díaz.

     

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  • OMM: Estado del clima mundial 2020

    Nota de prensa de la Organización Meteorológica Mundial

    • Los indicadores empeoraron y los impactos del cambio climático se agravaron en 2020
    • El 2020 fue uno de los tres años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar del fenómeno de enfriamiento de La Niña.
    • Los fenómenos meteorológicos extremos, junto con la COVID 19,
      asestan un golpe por partida doble.

    Nueva York/Ginebra, 19 de abril de 2021 (OMM) — La combinación de los fenómenos meteorológicos extremos y la enfermedad por el coronavirus de 2019 (COVID 19) asestó un golpe por partida doble a millones de personas en 2020. Sin embargo, de acuerdo con un nuevo informe compilado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y una amplia red de asociados, la desaceleración de la economía relacionada con la pandemia no logró frenar los motores del cambio climático ni la aceleración de sus impactos.

    En el informe sobre el estado del clima mundial en 2020, se documentan algunos indicadores del sistema climático, entre los que se incluyen las concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de las temperaturas terrestres y oceánicas, el aumento del nivel del mar, el derretimiento del hielo, el retroceso de los glaciares y los fenómenos meteorológicos extremos. Asimismo, se ponen de relieve las repercusiones en el desarrollo socioeconómico, las migraciones y los desplazamientos, la seguridad alimentaria, y los ecosistemas terrestres y marinos.

    El 2020 fue uno de los tres años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar del fenómeno de enfriamiento de La Niña. La temperatura media mundial fue de aproximadamente 1,2 °C superior a los niveles preindustriales (1850 1900). Los seis años transcurridos desde 2015 son los más cálidos de los que se tienen datos. La década de 2011 a 2020 fue la más cálida jamás registrada.

    “Han pasado 28 años desde que la Organización Meteorológica Mundial publicó el primer informe sobre el estado del clima en 1993, debido a las inquietudes que se plantearon en ese momento acerca del cambio climático previsto. Si bien la comprensión del sistema climático y la capacidad informática han mejorado desde entonces, el mensaje básico continúa siendo el mismo. Además, ahora contamos con datos correspondientes a 28 años que demuestran el considerable incremento de la temperatura en la tierra y el mar, así como otros cambios, por ejemplo, el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los hielos marinos y glaciares y las modificaciones en la distribución de las precipitaciones. Todo ello subraya la solidez de la climatología basada en las leyes físicas que rigen el comportamiento del sistema climático”, afirmó el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas.

    “Toda la información sobre los indicadores climáticos fundamentales y los impactos conexos que se brinda en este informe pone de relieve el avance constante e implacable del cambio climático, el aumento de la incidencia y la intensificación de los fenómenos extremos, y los graves daños y pérdidas que afectan a las personas, las sociedades y las economías. La tendencia negativa en lo que respecta al clima continuará durante las próximas décadas, independientemente de los resultados favorables que obtengamos de las medidas de mitigación. Por lo tanto, es importante invertir en la adaptación. Una de las formas más eficaces de adaptarse al cambio climático es invertir en los servicios de alerta temprana y las redes de observación meteorológica. Varios países menos desarrollados presentan grandes deficiencias en sus sistemas de observación y carecen de servicios meteorológicos, climáticos e hidrológicos modernos”, agregó el profesor Taalas.

    El profesor Taalas, junto con el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, presentó el informe emblemático de la OMM en una conferencia de prensa celebrada el 19 de abril, como preludio de la Cumbre de Líderes sobre el Clima, convocada por los Estados Unidos de América y que se celebrará de manera virtual los días 22 y 23 de abril. El presidente Biden procura impulsar los esfuerzos de las grandes economías para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir los objetivos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático tendientes a mantener el aumento de la temperatura en este siglo muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y limitarlo a 1,5 °C, si fuera posible.

    “En este informe se demuestra que no hay tiempo que perder. El clima está cambiando, y los impactos ya son demasiado perjudiciales para las personas y el planeta. Es indispensable adoptar medidas este año. Los países deben comprometerse a lograr emisiones netas de valor cero, a más tardar, en 2050. Deben presentar, con la suficiente antelación al 26º período de sesiones de la Conferencia de las Partes que se celebrará en Glasgow, planes nacionales sobre el clima ambiciosos en virtud de los cuales se reduzcan, de manera colectiva y a más tardar en 2030, las emisiones mundiales en un 45 % respecto de los niveles de 2010. Asimismo, deben adoptar medidas de inmediato para proteger a las personas de las consecuencias desastrosas del cambio climático”, aseveró el Secretario General de las Naciones Unidas.

    Evolución de la anomalía de la temperatura global comparada con la media del periodo 1850-1900

    En 2020, la COVID 19 sumó una nueva y lamentable dimensión a los peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua, con un amplio abanico de impactos combinados en la salud y el bienestar de los seres humanos. Las restricciones de circulación, la contracción de la economía y las perturbaciones en el sector agrícola exacerbaron los efectos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos, lo cual incrementó los niveles de inseguridad alimentaria y retrasó la entrega de asistencia humanitaria. La pandemia también dificultó las observaciones meteorológicas y complicó los esfuerzos de reducción de riesgos de desastre.

    En el informe se explica de qué manera el cambio climático supone un riesgo para la consecución de muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a través de una cadena en cascada de fenómenos interrelacionados, los cuales, a su vez, pueden contribuir a reforzar o agravar las desigualdades actuales. Asimismo, podrían generarse circuitos de retroalimentación que amenacen con perpetuar el círculo vicioso del cambio climático.

    La información que figura en este informe procede de diversos Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales e instituciones asociadas, así como de Centros Regionales sobre el Clima. Entre los asociados de las Naciones Unidas se incluyen la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud.

    El informe constituye una actualización de la versión provisional publicada en diciembre de 2020 y está acompañado de un mapa histórico sobre los indicadores climáticos a escala mundial.

    Gases de efecto invernadero
    Las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2019 y 2020. El promedio mundial de las fracciones molares de dióxido de carbono (CO2) ya ha superado las 410 partes por millón (ppm), y si se mantiene la tendencia de la concentración de CO2 de los años anteriores, podría alcanzar o superar las 414 ppm en 2021, según se desprende del informe. El PNUMA señala que la desaceleración de la economía redujo temporalmente las nuevas emisiones de gases de efecto invernadero, pero no tuvo un impacto tangible en las concentraciones atmosféricas.

    Océanos
    Los océanos absorben hasta un 23 % de las emisiones anuales de CO2 de origen antropógeno en la atmósfera y actúan como un amortiguador del cambio climático. Sin embargo, el CO2 reacciona con el agua de mar y disminuye su pH, lo que da lugar a la acidificación de los océanos. Esto, a su vez, reduce la capacidad de los océanos para absorber CO2 de la atmósfera. De acuerdo con la COI de la UNESCO, la acidificación y la desoxigenación de los océanos han seguido produciéndose, lo que ha incidido en los ecosistemas, la vida marina y la pesca.

    Los océanos también absorben más del 90 % del exceso de calor generado por las actividades humanas. En 2019 el contenido calorífico de los océanos alcanzó el nivel más alto del que se tenga registro, y es probable que esta tendencia se haya mantenido en 2020. De acuerdo con el Servicio de Vigilancia Medioambiental Marina de Copernicus de la Unión Europea, la tasa de calentamiento de los océanos en el último decenio fue superior a la media a largo plazo, lo que indica una absorción continua del calor atrapado por los gases de efecto invernadero.

    En más del 80 % del océano se produjo, al menos, una ola de calor marina en 2020. El porcentaje del océano en el que se registraron olas de calor marinas “fuertes” (45 %) fue superior al correspondiente a las olas de calor marinas “moderadas” (28 %).

    Aumento del nivel medio del mar desde 1993

    Se ha observado un aumento del nivel medio del mar a escala mundial en todo el registro de altímetros de satélite (desde 1993). Sin embargo, recientemente el nivel medio del mar ha aumentado a un ritmo más rápido debido, en parte, al mayor derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida. El leve descenso del nivel medio del mar a escala mundial que se registró en el verano boreal de 2020 probablemente haya obedecido al desarrollo de las condiciones de La Niña. En general, el nivel medio del mar a escala mundial continuó aumentando en 2020.

    Criosfera

    Desde mediados de los años ochenta, las temperaturas del aire en superficie del Ártico se han elevado, al menos, dos veces más rápido que la media mundial. Esta situación podría tener importantes consecuencias no solo para los ecosistemas del Ártico, sino también para el clima mundial debido a diversos circuitos de retroalimentación, por ejemplo, las emisiones de metano a la atmósfera causadas por el deshielo del permafrost.

    En 2020, el valor mínimo de extensión del hielo marino en el Ártico luego del deshielo estival fue de 3,74 millones de km2; desde que se tienen registros, esta fue la segunda vez que se ha reducido a menos de 4 millones de km2. En los meses de julio y octubre se observó una reducción sin precedentes de la extensión del hielo marino. Las temperaturas máximas récords que se registraron al norte del círculo polar ártico en Siberia provocaron una aceleración del derretimiento del hielo marino en el mar de Siberia oriental y el mar de Laptev, en los que se produjo una ola de calor marina prolongada. El retroceso de los hielos marinos durante el verano boreal de 2020 en el mar de Laptev fue el más temprano que se haya observado en la era satelital.

    La capa de hielo de Groenlandia continuó perdiendo masa. Si bien el balance de masa superficial se acercó a la media a largo plazo, la pérdida de hielo debida a desprendimientos de témpanos se situó en el extremo superior del registro satelital de 40 años. En total, se perdieron aproximadamente 152 Gt de hielo de la capa de hielo de Groenlandia entre septiembre de 2019 y agosto de 2020.

    La extensión de hielo marino en la Antártida se mantuvo cerca de la media a largo plazo. No obstante, el manto de hielo antártico ha mostrado una fuerte tendencia a la pérdida de masa desde fines de los años noventa. Esta tendencia se aceleró en torno al año 2005 y, en la actualidad, la Antártida pierde aproximadamente entre 175 Gt y 225 Gt por año, debido a los crecientes caudales de los principales glaciares de la Antártida occidental y la península antártica.

    Una pérdida de 200 Gt de hielo por año corresponde a alrededor del doble del caudal anual del río Rin en Europa.

    Anomalía de la extensión de hielo ártico en setiembre (rojo) y en marzo (azul), comparado con el promedio del periodo 1981-2010

    Crecidas y sequías

    En 2020 se produjeron lluvias intensas e importantes inundaciones en grandes zonas de África y Asia. Las fuertes lluvias e inundaciones afectaron a la mayor parte del Sahel y del Gran Cuerno de África y provocaron una invasión de langostas del desierto. En el subcontinente indio y las zonas vecinas, China, la República de Corea, el Japón y algunas zonas de Asia Suroriental, también se registraron precipitaciones inusualmente elevadas en diferentes momentos del año.

    En 2020, una grave sequía azotó numerosas partes del interior de América del Sur, donde las zonas más afectadas fueron el norte de la Argentina, el Paraguay y las zonas fronterizas occidentales del Brasil. Se estima que en el Brasil las pérdidas agrícolas ascendieron a casi 3 000 millones de dólares de los Estados Unidos, y también se registraron pérdidas en la Argentina, el Uruguay y el Paraguay.

    La sequía prolongada persistió en algunas partes del sur de África, especialmente en las provincias de Cabo Septentrional y Cabo Oriental de Sudáfrica; sin embargo, las lluvias invernales contribuyeron a la constante recuperación de la situación de sequía extrema que alcanzó su nivel máximo en 2018.

    Calor e incendios

    En una amplia región del Ártico siberiano, las temperaturas en 2020 superaron la media en más de 3 °C, y se registró una temperatura récord de 38 °C en la localidad de Verkhoyansk. Asimismo, se produjeron grandes y prolongados incendios forestales.

    En los Estados Unidos, los más grandes incendios jamás registrados se desataron a finales del verano y en otoño. La sequía generalizada contribuyó a los incendios, y el período de julio a septiembre fue el más caluroso y seco observado en el suroeste. El Valle de la Muerte (California) alcanzó 54,4 °C el 16 de agosto, la temperatura más alta de la que se tiene conocimiento en el mundo en, al menos, los últimos 80 años.

    En el Caribe se produjeron importantes olas de calor en abril y septiembre. En Cuba, el 12 de abril se marcó un nuevo récord nacional de temperatura de 39,7 °C. Debido al calor extremo que se prolongó durante septiembre, se registraron récords nacionales o territoriales en Dominica, Granada y Puerto Rico.

    Australia batió récords de calor a principios de 2020, con la temperatura más alta observada en un área metropolitana australiana, en el oeste de Sídney, donde Penrith registró 48,9 °C.

    El verano fue muy caluroso en algunas partes de Asia oriental. El 17 de agosto, Hamamatsu (41,1 °C) igualó el récord nacional del Japón.

    Una serie de sequías y olas de calor azotaron Europa durante el verano de 2020, aunque, en general, no fueron tan intensas como las de 2018 y 2019. En el Mediterráneo oriental, el 4 de septiembre se superaron récords históricos en Jerusalén (42,7 °C) y Eilat (48,9 °C), tras una ola de calor que se produjo a finales de julio en Oriente Medio, cuando se registraron 52,1 °C en el aeropuerto de Kuwait y 51,8 °C en Bagdad.


    Ciclones tropicales

    La temporada de huracanes del Atlántico Norte de 2020, en la que se produjeron 30 tormentas con nombre, alcanzó el número máximo jamás registrado de tormentas con nombre. En los Estados Unidos de América, se registró un récord de 12 llegadas a tierra, con lo que se superó el récord anterior de 9 llegadas a tierra. El huracán Laura alcanzó una intensidad de categoría 4 y llegó a tierra el 27 de agosto en el oeste de Luisiana, donde provocó importantes daños y pérdidas económicas por valor de 19 000 millones de dólares. También se relacionó al huracán Laura, en su etapa de desarrollo, con los graves daños causados por las crecidas en Haití y la República Dominicana.

    La última tormenta de la temporada, Iota, fue también la más intensa y alcanzó la categoría 5 antes de llegar a tierra en América Central.

    El ciclón Amphan, que tocó tierra el 20 de mayo cerca de la frontera entre la India y Bangladesh, fue el ciclón tropical que más costos entrañó en el océano Índico septentrional desde que se iniciaron los registros; en la India, las pérdidas económicas se estimaron en aproximadamente 14 000 millones de dólares.

    El ciclón tropical más intenso de la temporada fue el tifón Goni (Rolly). Atravesó el norte de Filipinas el 1 de noviembre, con una velocidad media del viento (10 minutos) de 220 km/h (o superior) cuando llegó a tierra inicialmente, una de las llegadas a tierra más intensas jamás registradas.

    El 6 de abril, el ciclón tropical Harold causó un impacto considerable en las islas septentrionales de Vanuatu, donde afectó al 65 % de la población; además, provocó daños en Fiji, Tonga y las Islas Salomón.

    A principios de octubre, la tormenta Alex generó vientos extremos en el oeste de Francia, con ráfagas de hasta 186 km/h, acompañados de lluvias fuertes en una amplia zona. El 3 de octubre fue el día más lluvioso, promediado por zona, jamás registrado en el Reino Unido, con una media nacional de 31,7 mm; asimismo, se produjeron precipitaciones extremas cerca de la costa mediterránea, en ambos lados de la frontera entre Francia e Italia, con totales de 24 horas que superaron los 600 mm en Italia y los 500 mm en Francia.

    Otras tormentas violentas que cabe mencionar son las tempestades de granizo que ocurrieron en Calgary (Canadá) el 13 de junio, con pérdidas aseguradas superiores a 1 000 millones de dólares, y en Trípoli (Libia) el 27 de octubre, con pedriscos de hasta 20 cm y condiciones inusualmente frías.

    Consecuencias de la COVID 19
    De acuerdo con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, más de 50 millones de personas se vieron doblemente afectadas en 2020 por los desastres relacionados con el clima (crecidas, sequías y tormentas) y por la pandemia de COVID 19. Esta situación ha agravado la inseguridad alimentaria y ha sumado otra dimensión de riesgo a las operaciones de evacuación, recuperación y socorro vinculadas con fenómenos de efectos devastadores.

    El ciclón Harold, que azotó Fiji, las Islas Salomón, Tonga y Vanuatu y fue una de las tormentas más fuertes jamás registradas en el Pacífico Sur, provocó aproximadamente 99 500 desplazamientos. Las cuarentenas y los confinamientos establecidos a causa de la COVID 19 obstaculizaron las operaciones de respuesta y recuperación, lo cual demoró el suministro de equipos y asistencia.

    En Filipinas, aunque se evacuó preventivamente a más de 180 000 personas antes de que pasase el ciclón tropical Vongfong (Ambo) a mediados de mayo, la necesidad de medidas de distanciamiento social obligó a transportar a los residentes en números reducidos y la capacidad de los centros de evacuación debió reducirse a la mitad.

    En el norte de América Central, alrededor de 5,3 millones de personas necesitaron asistencia humanitaria, entre otras 560 000 desplazados internos antes del comienzo de la pandemia. Por lo tanto, las respuestas a los huracanes Eta e Iota se llevaron a cabo en un contexto de complejas vulnerabilidades interrelacionadas.


    Inseguridad alimentaria

    Porcentaje de personas malnutridas (azul) y millones d epersonas malnutridas (rojo). Tras decenios de disminución, la inseguridad alimentaria viene aumentando desde 2014 como consecuencia de los conflictos y la desaceleración de la economía, así como de la variabilidad del clima y los fenómenos meteorológicos extremos. En 2019, casi 690 millones de personas, es decir, el 9 % de la población mundial, estaban subalimentadas y unos 750 millones (casi el 10 %) sufrieron altos niveles de inseguridad alimentaria. Entre 2008 y 2018, las consecuencias de los desastres generaron un costo para los sectores agrícolas de los países en desarrollo superior a 108 000 millones de dólares en concepto de daños o pérdidas de la producción agropecuaria. De acuerdo con la FAO y el PMA, el número de personas clasificadas como personas que viven en condiciones de crisis, emergencia y hambruna había aumentado a casi 135 millones de personas en 55 países en 2019.

    Los efectos de la pandemia de COVID 19 perjudicaron a los sistemas agrícolas y alimentarios, lo que se tradujo en una inversión de las trayectorias de desarrollo y un retraso del crecimiento económico. En 2020, la pandemia afectó en forma directa a la oferta y la demanda de alimentos, lo que ocasionó perturbaciones en las cadenas de suministro locales, nacionales y mundiales, y puso en riesgo el acceso a los insumos, recursos y servicios agrícolas necesarios para respaldar la productividad agrícola y velar por la seguridad alimentaria. De acuerdo con la FAO, las restricciones de circulación, agravadas por los desastres relacionados con el clima, representaron desafíos considerables para la gestión de la inseguridad alimentaria en todo el mundo.

    Desplazamientos

    Durante el último decenio (2010 2019), se estima que los fenómenos meteorológicos provocaron, en promedio, 23,1 millones de desplazamientos de personas por año, la mayoría de los cuales se produjeron dentro de las fronteras nacionales, de acuerdo con el Observatorio de Desplazamiento Interno. Durante el primer semestre de 2020 se registraron alrededor de 9,8 millones de desplazamientos, que obedecieron, en gran parte, a peligros y desastres hidrometeorológicos y ocurrieron principalmente en el sur y sureste de Asia y en el Cuerno de África.


    Se prevé que, con los acontecimientos que tuvieron lugar durante el segundo semestre del año, incluidos los desplazamientos vinculados a las inundaciones en la región del Sahel, la activa temporada de huracanes del Atlántico y los impactos de los tifones en Asia suroriental, el total del año se acercará a la media de la década.

    De acuerdo con la OIM y la ACNUR, numerosas situaciones de desplazamiento provocadas por fenómenos hidrometeorológicos han pasado a ser desplazamientos prolongados para algunas personas que no pueden volver a sus hogares o que no disponen de opciones para integrarse a escala local o asentarse en otros lugares. Estas personas también pueden verse afectadas por desplazamientos reiterados y frecuentes, que dejan poco tiempo para recuperarse entre una conmoción y la siguiente.

    Enseñanzas y oportunidades para reforzar la acción climática

    Según el FMI, si bien la actual recesión mundial causada por la pandemia de COVID 19 podría dificultar la adopción de las políticas necesarias para la mitigación, también ofrece la oportunidad de conducir a la economía por un camino más verde impulsando la inversión en infraestructura pública ecológica y resiliente, y así, favorecer el producto interno bruto y el empleo durante la fase de recuperación.

    Las políticas de adaptación destinadas a fortalecer la resiliencia al cambio climático, como las inversiones en infraestructura resistente a los desastres y en sistemas de alerta temprana, la distribución del riesgo mediante los mercados financieros y la creación de redes de protección social, pueden limitar el impacto de las conmociones relacionadas con el tiempo y ayudar a acelerar la recuperación de la economía.

    La Organización Meteorológica Mundial es el portavoz autorizado de las Naciones Unidas sobre el tiempo, el clima y el agua. Sitio web: http://www.wmo.int

    Notas para los editores:

    Los activos digitales están disponibles aquí y el mapa histórico, aquí.

    La información que figura en este informe procede de diversos Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) e instituciones asociadas, así como de Centros Regionales sobre el Clima, el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC), la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG), la Vigilancia de la Criosfera Global y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea. Entre los asociados de las Naciones Unidas se incluyen la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

    La OMM agradece todo el arduo trabajo realizado para la elaboración del informe a fin de que pueda considerarse una fuente autorizada de información sobre el estado del clima y los impactos climáticos. Se agradece especialmente a la Oficina Meteorológica del Reino Unido, que fue el autor principal del presente informe.

    Por temperatura media mundial se entiende la media de los cinco conjuntos de datos que se enumeran a continuación. Las anomalías de la temperatura media mundial se expresan respecto al promedio del período 1850-1900.

    La OMM usa conjuntos de datos (basados en datos climatológicos mensuales procedentes de sitios de observación de Miembros de la OMM) elaborados y mantenidos por la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de los Estados Unidos, el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido y la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia del Reino Unido.

    También utiliza conjuntos de datos de reanálisis del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF) y de su Servicio de Cambio Climático del programa Copernicus, así como del Servicio Meteorológico del Japón. Este método combina millones de observaciones meteorológicas y marinas —incluidas las satelitales— con los resultados de modelos a fin de producir un reanálisis completo de la atmósfera. Cuando se combinan observaciones y resultados de modelos se puede estimar la temperatura en cualquier momento y lugar del globo, incluso en zonas con escasez de datos, como las regiones polares.

    Para todos los demás indicadores climáticos principales se utilizan conjuntos de datos reconocidos internacionalmente. En el informe se incluye información más detallada.

    Fuente: AEMETBLOG

     

     

  • Siete preguntas sobre El Niño / La Niña

    1. ¿Por qué escuchamos tanto sobre El Niño y La Niña?

    Los eventos de El Niño y La Niña son causados ​​por, y contribuyen a, la variabilidad climática que ocurre naturalmente. Interrumpen los patrones normales de precipitación tropical y circulación atmosférica y se consideran las fases opuestas de
    las interacciones aire- mar denominadas colectivamente El Niño / Oscilación del Sur (ENOS).

    Ocurren cada dos a siete años y generalmente duran de 9 a 12 meses, y tienen impactos generalizados en el clima en todo el mundo. El Niño de 2015/2016 fue uno de los más fuertes registrados.

    No son los únicos impulsores de nuestro clima, pero son los más conocidos porque la investigación ha aumentado nuestra comprensión de estos fenómenos y sus impactos en todo el mundo.

    El Niño / La Niña no afecta a todas las regiones, e incluso en una región determinada, los impactos no son los mismos. Para obtener la información más precisa a nivel nacional o local, es importante consultar a los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales. 

    El Niño, que significa "niño" en español, fue utilizado por primera vez en el siglo XIX por los pescadores de Perú y Ecuador para referirse a las aguas inusualmente cálidas que redujeron sus capturas justo antes de Navidad. Los eventos de El Niño a menudo comienzan a mediados de año con un calentamiento a gran escala de las aguas superficiales en el Océano Pacífico ecuatorial central y oriental y cambios en la circulación atmosférica tropical (es decir, vientos, presión y precipitaciones).

    En general, El Niño alcanza un pico durante noviembre-enero y luego decae durante la primera mitad del año siguiente. Los eventos de El Niño fuertes y moderados tienen un efecto de calentamiento en las temperaturas promedio de la superficie global.

    Lo contrario de El Niño se conoce como La Niña, que significa "niña" y se refiere al enfriamiento a gran escala de las temperaturas de la superficie del océano en la misma región en el Pacífico ecuatorial, junto con una inversión de las condiciones atmosféricas suprayacentes. En muchos lugares, los episodios fríos de La Niña producen los efectos climáticos opuestos a los de El Niño.

    La tercera fase es ENSO (El Niño Southern Oscillation) - fase neutral, cuando la atmósfera y los océanos son influenciados por otros factores climáticos.

     
    2. ¿Cuáles son los impactos típicos de El Niño?

    Impactos climáticos de NOAA / El Niño

     

     

    Los resultados de cada evento de El Niño nunca son exactamente los mismos: dependen de la intensidad del evento, la época del año en que se desarrolla y la interacción con otros patrones climáticos.

    El Niño a menudo se asocia con condiciones cálidas y secas en las áreas del interior del sur y este de Australia, así como en Indonesia, Filipinas, Malasia e islas del Pacífico central como Fiji, Tonga y Papua Nueva Guinea. Durante la temporada de verano del hemisferio norte, las lluvias monzónicas de la India suelen ser menores de lo normal. En el invierno del hemisferio norte, normalmente se observan condiciones más secas de lo normal en el sureste de África y el norte de Brasil.

    Por lo general, se observan condiciones más húmedas de lo normal a lo largo de la costa del golfo de los Estados Unidos, la costa occidental de América del Sur tropical (Colombia, Ecuador y Perú) y desde el sur de Brasil hasta el centro de Argentina. Algunas partes de África oriental (Kenia, Uganda) también suelen recibir precipitaciones superiores a lo normal. El Niño se asocia con inviernos más suaves en el noroeste de Canadá y Alaska debido a menos oleadas de aire frío del Ártico, como resultado de una región a gran escala de menor presión centrada en el Golfo de Alaska / Océano Pacífico Norte.

    3. ¿Cuáles son los impactos típicos de La Niña?

    Impactos climáticos de NOAA / La Niña

     

    Los resultados de cada La Niña nunca son exactamente los mismos: dependen de la intensidad del evento, la época del año en que se desarrolla y la interacción con otros patrones climáticos.

    La Niña a menudo se asocia con condiciones húmedas en el este de Australia y con fuertes lluvias en Indonesia, Filipinas y Tailandia.

    La Niña generalmente conduce a un aumento de las precipitaciones en el noreste de Brasil, Colombia y otras partes del norte de América del Sur y se asocia con la deficiencia de lluvias en Uruguay y partes de Argentina.

    En general, se observan condiciones más secas de lo normal a lo largo de la costa de Ecuador y el noroeste de Perú.

    Los episodios de La Niña presentan un flujo de corriente en chorro muy similar a una ola sobre los Estados Unidos y Canadá. en el invierno del norte, con condiciones más frías y tormentosas que el promedio en el norte, y condiciones más cálidas y menos tormentosas en el sur.

    Los eventos de La Niña generalmente están asociados con un aumento de las precipitaciones en el sur de África, aunque no son los únicos factores que contribuyen. La Niña está asociada con la deficiencia de precipitaciones en el este de África ecuatorial, por ejemplo, en Somalia y el este de Kenia.

     

    4. ¿Es normal pasar de El Niño a La Niña?

    Una transición entre El Niño y La Niña no es inusual ya que ambos son parte del mismo fenómeno llamado El Niño / Oscilación del Sur o ENOS, que oscila entre condiciones inusualmente cálidas y frías en el Pacífico tropical oriental y central.

    Sin embargo, las fases cálida y fría no necesariamente se suceden en rápida sucesión y, a menudo, están separadas por períodos prolongados (desde unos pocos meses hasta un par de años) de situaciones neutrales, es decir, ni El Niño ni La Niña. También ha habido casos en los que un El Niño fue seguido por otro El Niño y La Niña seguido por otro La Niña, separados por condiciones neutrales de unos pocos meses.

     

    5. ¿Cómo afectará el cambio climático a El Niño y La Niña?

    No hay evidencia que sugiera que el cambio climático esté aumentando la frecuencia de eventos de El Niño y La Niña. Pero es probable que esté aumentando los impactos, especialmente de El Niño, en términos de calor más intenso y precipitaciones más intensas.

    2015 fue el año más caluroso registrado debido a los efectos combinados del cambio climático y El Niño. Incluso se batieron más récords a principios de 2016.

    Incluso el efecto de enfriamiento relativo de La Niña probablemente ya no será suficiente para contener el aumento de temperatura como resultado de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.

    Se están realizando más investigaciones para establecer de manera concluyente la relación entre los eventos de El Niño y / o La Niña.

    6. ¿Cómo se predicen los eventos de El Niño / La Niña?

    Es importante enfatizar que otros factores (como el dipolo del Océano Índico o la Oscilación del Atlántico Norte / Oscilación del Ártico) también pueden tener una influencia importante en el clima estacional.

    Los datos meteorológicos y oceanográficos que permiten monitorear y pronosticar los episodios de El Niño y La Niña provienen de sistemas de observación nacionales e internacionales. El intercambio y procesamiento de los datos se llevan a cabo bajo programas coordinados por la Organización Meteorológica Mundial.

    La previsión de la evolución del Océano Pacífico se realiza de diversas formas. Los modelos dinámicos complejos proyectan la evolución del Océano Pacífico tropical desde su estado observado actualmente. Los modelos de pronóstico estadístico también pueden capturar algunos de los precursores de tales desarrollos. El análisis de expertos agrega más valor.

    La OMM facilita el consenso entre los diversos centros y prepara una actualización de El Niño / La Niña, publicada de forma cuasi regular (aproximadamente una vez cada tres meses) mediante un esfuerzo de colaboración con el Instituto Internacional de Investigaciones sobre el Clima y la Sociedad (IRI) y basado en contribuciones de los principales centros de todo el mundo.

    7. ¿Cómo gestionar el riesgo de eventos de El Niño / La Niña?

    Los avances científicos significan que el desarrollo de eventos de El Niño y La Niña se puede pronosticar con meses de anticipación. Los foros regionales de perspectivas climáticas en diferentes partes del mundo tienen en cuenta el probable desarrollo de eventos de El Niño o La Niña en sus predicciones estacionales para los usuarios de los sectores de agricultura y seguridad alimentaria, gestión del agua, salud, reducción del riesgo de desastres y energía. El Niño de 2015/2016 se basó en las lecciones aprendidas durante el fuerte evento de 1997/1998. La preparación y la colaboración sin precedentes entre los servicios meteorológicos y climáticos y los responsables de la toma de decisiones en los sectores afectados ayudaron a gestionar los riesgos y limitar la pérdida de vidas.

    A pesar de las predicciones y la gestión del riesgo de desastres, el impacto humanitario fue considerable, por ejemplo, la sequía inducida por El Niño en África meridional. En términos de impactos ambientales, El Niño y las altas temperaturas del océano como resultado del calentamiento global llevaron a un episodio de blanqueamiento masivo de los corales. 

     

    Enlace al vídeo:https://youtu.be/Rc1_2PK05Xw

    Fuente https://public.wmo.int/en