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química

  • Cómo el magnetismo puede mejorar la producción de hidrógeno para almacenar energía

    5 - 6 minutos

    La producción y el empleo de hidrógeno como fuente de energía limpia, renovable y sostenible es una prioridad de la Unión Europa para la transición ecológica de las próximas décadas.

    El hidrógeno verde permitiría una disminución, si no una eliminación por completo, del uso de los combustibles fósiles. Esto conllevaría una disminución de la huella ambiental antropogénica, con una reducción inmediata de la emisión de gases de efecto invernadero, sulfuros, óxidos de nitrógeno y otros contaminantes.

    Hidrógeno para almacenar energía

    La producción de hidrógeno se lleva a cabo mediante la descomposición del agua. Esta se divide en sus componentes fundamentales: hidrógeno y oxígeno. La energía eléctrica necesaria para este proceso químico procederá, idealmente, de fuentes renovables como la fotovoltaica o la eólica, por ejemplo (Ver ilustración 1.a).

    La descomposición del agua se divide en dos subreacciones, que tienen lugar en dos semiceldas: la evolución de oxígeno (ánodo) y la evolución de hidrógeno (cátodo). La presencia de un catalizador heterogéneo (sólido) que se deposita encima de los electrodos aumenta la velocidad de las dos semirreacciones.

    La producción de hidrógeno es el primer paso para almacenar la electricidad originada intermitentemente, por ejemplo por centrales fotovoltaicas solo cuando hay sol, en forma de energía química.

    La oxidación de hidrógeno para recuperar la energía eléctrica almacenada es la reacción inversa a la descomposición de agua. En este caso, el hidrógeno y el oxígeno reaccionan en una pila de combustible para producir energía, calor y, como subproducto, el agua.

    La oxidación de hidrógeno se puede también dividir en dos subrreacciones (Ver ilustración 1b): la oxidación de hidrógeno (ánodo) y la reducción de oxígeno (cátodo).

    Ilustración 1. Esquemas sencillos de celda electrolítica (a) y de pila de combustible (b). Chiara Biz, Author provided (no reuse)

    Magnetismo para acelerar reacciones químicas

    El magnetismo es un parámetro físico de los catalizadores sólidos que puede acelerar reacciones de descomposición de agua para producir hidrógeno y de oxidación de hidrógeno. Por eso, los químicos estudiamos la correlación entre magnetismo y catálisis heterogénea para aplicarlo en la producción de energía limpia.

    De forma sencilla, se podría decir que el magnetismo de un sólido es el resultado macroscópico de los acoplamientos de los espines electrónicos de sus electrones.

    El espín es el momento magnético intrínseco de un electrón que surge de incorporar la teoría de la relatividad a la mecánica cuántica (autores fundamentales en este campo son los científicos P. Dirac y W. Pauli). Una analogía clásica sería asemejar el electrón a una peonza, que puede girar en sentido horario, con vector de momento angular que apunta abajo, o en sentido antihorario, con vector que apunta arriba (Ver ilustración 2).

    En estructuras multielectrónicas complejas, como los sólidos cristalinos, muchos espines electrónicos se juntan y cooperan entre ellos. Este fenómeno puede llevar a la formación de dominios ferromagnéticos (todos los espines apuntan en la misma dirección), antiferromagnéticos (la mitad de los espines apuntan en una dirección y la otra mitad en la dirección opuesta) y no colineales (los espines apuntan a direcciones casuales) (ilustración 2). La resultante macroscópica de todas estas combinaciones forma los materiales magnéticos.

    Ilustración 2. Electrón, espín y combinaciones en sistemas multielectrónicos. Chiara Biz, Author provided

    En un reciente estudio, hemos explicado el comportamiento de los electrones, los movimientos diferenciados por sus espines, las interacciones de correlación y la formación de dominios intrínsecos en catalizadores magnéticos y el impacto de todos estos factores en catálisis heterogénea. El trabajo, publicado en la revista ACS Catalysis, es resultado de una colaboración entre la Universidad Jaume I de Castellón de la Plana y la empresa MagnetoCat SL de Alicante para el consorcio SPINCAT.

    La investigación demuestra que los mecanismos de intercambio cuántico de espín son fundamentales para establecer fases predominantemente ferromagnéticas y con conductividad metálica en catalizadores heterogéneos. Es decir, dos electrones con mismo espín implementan mecanismos de intercambio cuántico de momento y posición para reducir la repulsión entre sus cargas negativas.

    Además, todos los electrones pueden “saltar” a niveles energéticos mas altos (y menos cercanos a los núcleos de los átomos) para compensar repulsiones de sus cargas. Estas dos propiedades son las que determinan el magnetismo y la conductividad de catalizadores sólidos y son ideales para catalizar (acelerar) eficientemente tanto la descomposición del agua como la oxidación del hidrógeno.

    Este hecho es tan relevante que las catálisis mediadas por sólidos magnéticos definen una nueva rama de la catálisis heterogénea, la espintrocatálisis, o sea, una catálisis afectada, modulada y mejorada usando tanto el espín como los dominios magnéticos intrínsecos al catalizador, así como la influencia de imanes magnéticos externos (o una mezcla de los dos efectos).

    Desarrollo de catalizadores magnéticos

    La primera estrategia para desarrollar catalizadores sólidos es de prueba y error: es una estrategia puramente empírica, aplicada en laboratorios experimentales de síntesis química. De esta manera, se intenta llegar a catalizadores evolucionados a través de la síntesis indistinta y de la caracterización de la actividad catalítica de cada muestra sintetizada. Este planteamiento es robusto, pero muy costoso y con una gran huella ambiental por los reactivos químicos que se emplean.

    La segunda estrategia es enteramente basada en el diseño catalítico computacional preventivo y, como último paso, la síntesis final solamente del catalizador “bueno”. Esta estrategia está más en línea con los principios de química verde y sostenible.

    El hardware y las implementaciones de mecánica cuántica en software han evolucionado bastante en estos últimos años. La microcomputación híbrida resulta muy eficiente en diseño catalítico, ya que aúna rapidez de cálculo (típica de workstations) y fiabilidad en manejo de datos (típica de servidores) (ilustración 3).

    Ilustración 3. Tecnología de microcomputación (izquierda) y catalizador formado por una aleación de platino y cobalto con átomos de oxígeno (rojo) y hidrógeno (blanco) adsorbidos a su superficie para producir agua y electricidad (derecha). Chiara Biz, Author provided

    La microcomputación también está en línea con la política verde porque permite rebajar mucho los gastos asociados comúnmente a salas de servidores sin sacrificar rendimiento.

    Nuestro grupo de investigación está en primera línea en el uso de microcomputación para estudiar los efectos magnéticos en aleaciones de platino y hierro, cobalto y níquel (Ver ilustración 3) y en el diseño de catalizadores magnéticos.

    Este artículo ha sido escrito en colaboración con los químicos Mauro Fianchini y José Gracia, de MagnetoCat SL.

    Fuente:   Chiara Biz Doctorada en Química Teórica, Universitat Jaume I

  • Los árboles pueden ayudarnos a eliminar contaminantes cancerígenos

     Algunas especies arbóreas, como los álamos, son especialmente adecuadas para descontaminar. Shutterstock / Ruud Morijn Photographer

    La contaminación del planeta representa un gran reto para la humanidad. No deja de ser paradójico que sus protagonistas sean actividades ligadas al bienestar, como la agricultura, la industria y la urbanización. El Programa Ambiental de las Naciones Unidas dedica una atención particular a los contaminantes orgánicos persistentes (COP), plasmada en el Convenio de Estocolmo. Las propiedades de sus moléculas lo justifican: toxicidad elevada, movilidad global, resistencia a la degradación (persistencia) y acumulación en los seres vivos.

    Las dos últimas propiedades explican por qué las especies que estamos en el ápice de las pirámides tróficas sufrimos una mayor exposición a estos compuestos. De todos los contaminantes orgánicos persistentes que contempla el Convenio de Estocolmo, los bifenilos policlorados (PCB) han acaparado las restricciones más severas.

    La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasifica a los bifenilos policlorados como “carcinógenos probables” en humanos, y se han descrito muchos otros efectos nocivos. Su fabricación se prohibió en los EE. UU. en 1979 y en la UE en 1987 (1986 en el Reino Unido).

    A pesar de ello, toda la biosfera sigue expuesta hoy a sus efectos.

    Anclaje del contaminante (amarillo) al centro activo de la enzima que lo oxida. En la reacción participa una molécula de coenzima NAD+ (azul) y varios aminoácidos (coloreados). La energía del proceso se capta en las hojas. Author provided

    Cómo eliminar los bifenilos policlorados

    Los métodos convencionales para descontaminar los bifenilos policlorados y otros contaminantes orgánicos persistentes son invasivos y muy costosos. La búsqueda de soluciones alternativas ha conducido a la fitorremediación, una tecnología verde que explota la capacidad de algunas plantas (y sus microorganismos asociados) para degradar contaminantes orgánicos, entre otras aplicaciones.

    El proceso funciona con energía solar, respeta el entorno y es barato. Algunas especies arbóreas, sobre todo los chopos o álamos (género Populus), son especialmente adecuadas para descontaminar, como analiza esta revisión reciente que hemos realizado en el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas de la Universidad Politécnica de Madrid (CBGP UPM-INIA).

    Pese a sus ventajas económicas y ecológicas, el desconocimiento general de esta tecnología es tan grande que supone un freno significativo a su implantación. También lo es la escasez de datos sobre el metabolismo de los contaminantes. Los compuestos bifenílicos no son una excepción. Este conocimiento es esencial para mejorar el proceso de degradación y seleccionar variedades vegetales con altas capacidades.

    Nuestro grupo de investigación en el CBGP UPM-INIA, Biología Sintética y Bioingeniería, SynBIO2, y en la ETSI Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM es uno de los que estudian el metabolismo de estos bifenilos. En colaboración con el grupo de Estudios Ambientales de la ETSI Minas y Energía de la UPM hemos logrado descifrar la primera ruta degradadora en plantas. Nuestras investigaciones se han centrado en chopo, interesante por su valor económico, su capacidad natural para descontaminar bifenilos policlorados y su estatus como sistema modelo en biología vegetal.

    Estos resultados acaban de publicarse en la revista PNAS. Es importante señalar que los árboles no quedan contaminados, pues las moléculas tóxicas se fragmentan y las piezas resultantes, inocuas, se integran en el metabolismo normal. Esta es una diferencia esencial con la fitorremediación de metales pesados, que no pueden ser destruidos.

    ¿Cuál es el impacto de la contaminación hoy?

    El análisis más completo hasta la fecha, publicado en The Lancet, concluye que la contaminación es el principal factor ambiental causante de muertes prematuras en el mundo. Unos nueve millones de personas fallecen cada año debido a ella. Esta cifra duplica el número total de víctimas mortales de la covid-19 contabilizadas casi dos años después del brote de Wuhan.

    El estudio de The Lancet señala, asimismo, que las pérdidas económicas asociadas –costes sanitarios, mermas de productividad y otras– suponen cuatro billones de euros anuales. Una cifra superior al PIB de Alemania en 2020 (la cuarta economía mundial) y más de tres veces y media el PIB de España en el mismo período.

    El impacto ecológico es también ingente. La contaminación altera el funcionamiento normal de los ecosistemas y reduce su resiliencia. Agrava, por tanto, los efectos de la sequía y las temperaturas extremas, cuyos episodios son cada vez más frecuentes. Igual sucede con los efectos de plagas y enfermedades. El resultado es que disminuye la productividad primaria de la biosfera al atenuarse el secuestro global de carbono. Se considera, por ello, que la contaminación contribuye al cambio climático, aparte de sus efectos directos sobre los seres vivos.

    En resumen, hay demasiadas cosas importantes en juego: la salud humana, la calidad ambiental, la seguridad alimentaria, el desarrollo económico, los equilibrios ecológicos, el cambio climático. Es imperativo descontaminar el planeta y las tecnologías verdes tienen mucho que aportar. Mención especial merece el potencial de la genómica y los métodos actuales de investigación biológica, que pueden revolucionar este campo igual que está sucediendo con la medicina.

    Decía Albert Einstein que el mundo no es un lugar peligroso por los que hacen maldades, sino por los que las contemplan y no hacen nada.

    Fuente: Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)