Warning: is_file(): File name is longer than the maximum allowed path length on this platform (4096): /var/www/vhosts/ame-web.org/httpdocs/data:image/png;base64,iVBORw0KGgoAAAANSUhEUgAAAW4AAAIKCAYAAAADL6VeAAAgAElEQVR4nOy9LZfjPNcsHBjYNDAw0DTQ0NAwNDDQMDRwYGDTgQMHDpy/MLDh0IYX1AtsybVr15aVvu73nPs565m1evV04g9JtmqXapekXfrff/773/e+/33P+rf7v35TM/HM92f31Lz/5/z/5+PZ3rf+H8+/vF4tP/hfK0lCH/7+hDP+mff4bntFLZfgf/Iy+9N7+T3xGX3hv/xue0avP5f+1Z7Q79+fU931q/t29cHw3/+76PvXLT8v/Xy5TQxn/j5fhhfZpKlf37+r/f7wMX/jdtZSB/v9/bn8T35Gr5Thv6gffeU9ce9MSzv9tz6jrk+7vu/TOI5pHMb592WY/z8My+eD/Zx/q3P4mOXzYVz/nv+vPo/PX/8OypGP2yzDsN5r+Xxth40y1NoiLG+lLfHey+f893gZXrt27bkFx/1Hy7D17kTnw3H4PPAdKe8K1/PlMtA18G9+LrUy5L8vQ3xP/rv2XXAN+Tz4c1XvqH5feV/h7yEow8B9TZVB3fsLZVhxBP/O98J+XHnOtXaI+lIFEwcoS3k3RP96CSP4HuOQdqXiGbSW/d9P98YCwQNIz+H88w1xsFe/7LeZwVtX0lz/lKWDLyqPOY+eD8OEKNo0FF8nusvysTlGzIYcFuMo2yjgdob2yYHUtvG4t7juF5HnrOea+pxGVy9RiozAxOWoeUdwI6N9yrtRMeV5wTfO6CkZ+rfC/H8+BxXlrnceC3zXFy7DG3vAbWtqiv3tbBdRDnw/us7NdhrcN+A+6p6ru/U+j6FzykogyIDvn0UDgT4Y3Bl8GXlOl3Ee6nwhdtg6/vgnSp1qrxTG in /var/www/vhosts/ame-web.org/httpdocs/libraries/src/Filesystem/File.php on line 649

Extensión de hielo marino en junio 2020 (Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo -NSIDC)

La extensión del hielo marino en junio de 2020 alcanzó un promedio de 10,58 millones de kilómetros cuadrados, situándolo en el tercer lugar más bajo en el registro satelital de un mes de junio.

El mes de junio estuvo 170.000 kilómetros cuadrados por encima del récord más bajo establecido en 2016. La pérdida de hielo durante junio fue particularmente pronunciada en los mares de Kara y Laptev, donde la extensión fue muy inferior a la media. En otras zonas del Océano Ártico, la extensión estuvo cerca o ligeramente por debajo de la media. Desde el 19 de junio, la extensión del hielo marino en el Mar de Laptev ha estado en un mínimo histórico para esta época del año.

 

Figura 1. La extensión del hielo marino del Ártico, para junio de 2020, fue de 10,58 millones de kilómetros cuadrados. La línea magenta muestra la extensión media de 1981 a 2010 para el mes de junio. Crédito: Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo

Figura 2a. El gráfico anterior muestra la extensión del hielo marino del Ártico al 1 de julio de 2020, junto con los datos de la extensión diaria del hielo de los cuatro años anteriores y del año 2012, el año más bajo de la historia. El año 2020 se muestra en azul, el 2019 en verde, el 2018 en naranja, el 2017 en marrón, el 2016 en púrpura y el 2012 en marrón discontinuo. La media de 1981 a 2010 está en gris oscuro. Las áreas grises alrededor de la línea media muestran los rangos intercuartiles e interdeciles de los datos. Crédito: Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo

 Figura 2b. Este gráfico muestra la evolución de la temperatura media del aire en el Ártico a un nivel de 925 hPa, en grados centígrados, del 1 al 28 de junio de 2020. Los amarillos y los rojos indican temperaturas superiores a la media; los azules y los morados indican temperaturas inferiores a la media.  Crédito: NSIDC cortesía de la División de Ciencias Físicas del Laboratorio de Investigación del Sistema Terrestre de la NOAA

 Figura 3. La extensión mensual del hielo de junio de 1979 a 2020 muestra una disminución del 4,06% por década. Crédito: Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo

 Junio de 2020 en comparación con los años anteriores

Hasta el año 2020, la tasa lineal de disminución de la extensión del hielo marino de junio es de 4,06 por ciento por década, lo que corresponde a 47.700 kilómetros cuadrados por año (aproximadamente un cuadrado de 217 kms de lado). La pérdida acumulada de hielo de junio en los 42 años de registro satelital es de 1,96 millones de kilómetros cuadrados, basada en la diferencia de los valores de tendencia lineal de 2020 y 1979, esto es aproximadamente 4 veces España.

Figura 4a. Este gráfico muestra la extensión del hielo marino de Laptev para el período comprendido entre el 1 de mayo y el 31 de julio para la mediana de 1979 a 2019 (negro), así como la extensión del hielo marino para el período comprendido entre el 1 de mayo y el 30 de junio de 2020 (rojo). La extensión se muestra en miles de kilómetros cuadrados. El gráfico también incluye los cuartiles de 25 y 75 por ciento (gris), y la extensión mínima y máxima del hielo marino (negro discontinuo). Crédito: Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo

 

Figura 4b. Este mapa muestra la temperatura de la superficie del mar y la concentración de hielo del 28 de junio de 2020. Las ubicaciones de las tres boyas a la deriva de la capa superior de los Océanos Polares (UpTempO) están marcadas como 1, 2 y 7. Los datos de la temperatura de la superficie del mar provienen de la Interpolación Óptima diaria de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (OISST), y la concentración de hielo del Índice de Hielo del Mar del NSIDC. Crédito: Universidad de Washington

 

Novedades del Polo Sur

La extensión del hielo marino de la Antártida ha estado ligeramente por debajo de la media del periodo 1981 a 2010 durante el mes de junio, como lo había estado durante casi todos los días desde agosto de 2016. Las áreas de extensión de hielo por debajo del promedio están al oeste de Enderby Land y el Mar de Bellingshausen. El crecimiento del hielo durante el mes estuvo cerca del promedio, y la extensión del hielo aumentó principalmente en la parte oriental del Mar de Weddell, el Mar de Ross y el Mar de Bellingshausen, ya que el crecimiento invernal continuó rápidamente hacia el máximo, lo que generalmente ocurre a principios de octubre. Una hendidura en el borde del hielo marino en la región del Mar de los Cosmonautas -cerca de 50 grados de longitud E- sugiere que allí se puede formar una polinia en julio o agosto a medida que el borde del hielo avance hacia el exterior. En este momento, no hay indicios de que la polinia Maud Rise se forme cerca de los 0 grados de longitud.

 

 Figura 5a. La extensión del hielo marino antártico en junio de 2020 fue de 13,20 millones de kilómetros cuadrados. La línea magenta muestra la extensión media del periodo 1981 a 2010 para ese mes. Datos del Índice de Hielo Marino. Acerca de los datos. Crédito: Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo

Las temperaturas del aire en el Polo Sur están subiendo rápidamente, según un estudio reciente dirigido Kyle Clem. Durante los últimos 30 años, las temperaturas allí han aumentado a un ritmo tres veces mayor que la tasa media mundial -0,6 grados centígrados por década en el Polo Sur, frente a los cerca de 0,2 grados centígrados por década del reciente promedio mundial. El calentamiento está vinculado a los patrones de circulación atmosférica, la tendencia positiva de los vientos del oeste alrededor de la Antártida, representada por el Modo Anular Austral (SAM) y su índice, y la Oscilación Decadal del Pacífico (OPI), un patrón multidecadal similar a El Niño-La Niña de las temperaturas superficiales en el Pacífico. Desde finales de los años noventa, el calentamiento en el Pacífico tropical occidental, que se asocia con la fase "negativa" o similar a La Niña del OPI y las tendencias climáticas de temperaturas superficiales del mar más cálidas, combinado con la tendencia a largo plazo de vientos occidentales más rápidos alrededor de la Antártida ha dado lugar a un aumento de la actividad ciclónica, es decir, más sistemas de baja presión, en el Mar de Weddell, que tienden a impulsar el aire caliente hacia el polo.

Un estudio anterior de 50 años de datos meteorológicos en el Polo Sur, realizado por Matt Lazzara y otros, señaló la tendencia al calentamiento a partir de mediados del decenio de 1990, aunque las causas principales del calentamiento no estaban claras en ese momento.

Figura 5b. La figura superior muestra un mapa de la Antártida visto desde el espacio con los criterios discutidos por Clem y otros, 2020, superpuestos en el mapa. Los vientos occidentales más fuertes impulsados por el calentamiento en latitudes más bajas, combinados con los cambios en la trayectoria de las tormentas debido a la Oscilación Interdecadal del Pacífico, producen una mayor actividad ciclónica en el Mar de Weddell (ilustrado con flechas de color azul oscuro). Esto aumenta la advección de aire húmedo y caliente en el interior de la Antártida (ilustrado con flechas rojas), pero cambia la dirección del viento sobre la Península, frenando el calentamiento allí.

La figura inferior muestra las temperaturas medias anuales del aire en la estación Faraday/Vernadsky en la Península Antártica y en la estación del Polo Sur de Amundsen-Scott, cuya ubicación se muestra en la imagen superior. Esta figura ilustra los mínimos históricos desde los años 80 hasta finales de los 90, seguidos de una serie de máximos históricos desde aproximadamente el año 2000. Crédito: Stammerjohn y Scambos, el Instituto de Investigación Alpina y Ártica y el Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Ambientales, 2020

 

 

Fuente: