RSS Feed

 

 

 




 

 

 

 

 

 

 

 Próximos eventos:

- Aula Morán (23.05.24): "El fenómeno del Niño. Impactos en el clima".

 

 

 Últimos eventos:

 

 

Login

IPCC 2021

  • Informe IPCC: Por qué los escenarios optimistas son cada vez menos optimistas

    Shutterstock/lexaarts

     

    Se acaba de presentar públicamente el Sexto Informe de Evaluación del IPCC (siglas en inglés del Panel Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático) de Naciones Unidas. El documento recoge los avances en el conocimiento científico sobre el cambio climático global respecto al que se disponía en el 2013, cuando se publicó el anterior informe.

    En la evaluación se presentan nuevas evidencias que, de forma aún más abrumadora que en los anteriores, responsabilizan de este grave problema a diversas actividades humanas. Entre ellas destaca la progresiva acumulación en la atmósfera de ciertos gases de efecto invernadero emitidos, que provoca un evidente calentamiento global de la superficie terrestre que altera otros factores del sistema climático.

    Los aspectos más relevantes de la evaluación sobre el clima actual son:

    • que el calentamiento global de la superficie terrestre se está acelerando (0,2 ℃ en la última década frente a una media de 0,12 ℃ por década entre 1950-2011),

    • que un comportamiento similar se observa en otros factores climáticos (aumento global medio de las precipitaciones, reducción de la cubierta continental de hielo y nieve y elevación del nivel medio del mar),

    • y, la mayor novedad, que los eventos climáticos extremos (olas de calor, lluvias torrenciales, periodos de sequía) han aumentado tanto en frecuencia e intensidad que en varias regiones del planeta ya no permiten explicación posible sin la influencia humana.

    Todo lo anterior se detalla mediante el análisis riguroso de un conjunto masivo de observaciones inequívocas a escala planetaria.

    ¿Qué ocurrirá en los próximos años?

    Estas alertas que lanzan los científicos sobre lo que está ocurriendo se agudizan al mostrar los resultados de un conjunto de proyecciones de cambio climático hasta final de siglo. Han sido realizadas con decenas de aún mejores y más sofisticados modelos físicos que simulan el comportamiento de los diversos componentes del sistema climático.

    Para ello, han considerado cinco hipotéticos escenarios sobre la posible evolución futura del volumen global de emisiones humanas de los gases invernadero responsables de la alteración del clima.

    • En el primero se supone un aumento rápido de emisiones hasta llegar a duplicarse a mitad de siglo,

    • en el segundo que se llegan a duplicar a final de siglo,

    • en el tercero que se mantienen similares hasta mitad de siglo y después decrecen moderadamente,

    • en el cuarto que disminuyen desde el presente hasta alcanzar un valor neto de cero en el último cuarto de siglo

    • y en el quinto que esa anulación neta se llega a alcanzar a mitad de siglo.

    Es obvio que ninguno de estos escenarios coincidirá con lo que realmente ocurra a lo largo del siglo. Sin embargo, es el único procedimiento disponible para estimar los riesgos socioeconómicos asociados al cambio climático futuro que tendría que afrontar la humanidad en función de cómo evolucionen las emisiones globales.

    Con los actuales modelos climáticos se logran reproducir de forma satisfactoria los principales cambios experimentados por el clima global en los dos últimos siglos. De los numerosos resultados de las simulaciones cabría destacar los siguientes:

    • Se corrobora que el contribuyente principal del futuro calentamiento es el CO₂ (más del 75 %). Lo siguen a distancia el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O). Por tanto, las medidas mitigadoras deben contemplar prioritariamente la reducción de emisiones de CO₂, que casi exclusivamente proceden del uso de combustibles fósiles.

    • De los cinco escenarios de emisiones considerados, solo en el más optimista se conseguiría limitar el calentamiento global al valor que el Acuerdo climático de París señala como deseable (1,5 ℃ respecto al clima preindustrial). Por tanto, podría decirse que es altamente improbable conseguirlo. Tan solo los países de la Unión Europea y unos pocos más contemplan llegar a mitad de siglo a un valor cero de emisiones netas de CO₂.

      Y tan solo en el siguiente escenario (llegar a cero emisiones netas a partir de 2075) habría posibilidad de limitar el calentamiento global a 2 ℃, el valor comprometido en el Acuerdo de París.

      En los otros tres supuestos se llegaría a final de siglo con incrementos de temperatura global superiores, pudiendo llegar a aumentos por encima de 4 ℃. Temperaturas que no ha experimentado el planeta en, al menos, los últimos 3 millones de años, según todas las evidencias paleoclimáticas disponibles.

    • Los futuros incrementos en la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos, los que provocan efectos más desastrosos, están en relación directa con el aumento de la temperatura media global. Es decir, que incluso en el escenario de emisiones más optimista se agudizarían los extremos que ahora se están observando, y sin duda mucho más en los otros escenarios. El informe muestra con ejemplos ilustrativos los cambios esperables en frecuencia e intensidad de olas de calor, lluvias torrenciales y periodos de sequía en muchas regiones del planeta.

    ¿Podemos realmente revertir el cambio climático?

    Un aspecto que se tiende a resaltar mucho es el grado de “irreversibilidad” que presentan los cambios climáticos actuales o futuros. Primero habría que aclarar cuándo se considera que “revierte” un proceso de cambio. Solo cuando se vuelve a las condiciones iniciales o a partir de que cambie el signo de su tendencia.

    El calentamiento global observado esta condicionado por el volumen acumulado de los gases invernadero emitidos desde la era preindustrial. Por tanto, solo empezaría a remitir (cambiar de tendencia) después de que se anularan de forma neta las emisiones globales. Es decir, solo se podría conseguir en los dos hipotéticos escenarios de emisiones más favorables.

    Ahora bien, la temperatura media global de la superficie tardaría algunos siglos en volver a los valores preindustriales a partir de que cesaran totalmente las emisiones de gases invernadero. La principal causa es el efecto de los componentes del sistema climático con mayor inercia térmica (los hielos continentales y el océano profundo). Por tanto, serían irreversibles durante muchas generaciones.

    En resumen, con este sexto informe, una vez más la comunidad científica advierte con argumentos muy sólidos a los gobernantes, a los poderes económicos y a toda la sociedad de los graves riesgos que irremisiblemente se derivarían de una mayor demora en la adopción de medidas para reducir drásticamente las emisiones generadas por el uso de combustibles fósiles. Esto no es catastrofismo, sino conocimiento y responsabilidad.

     

    Artículo publicado en THE CONVERSATION el 10 de agosto de 2021. Enlace al original: https://bit.ly/3jJnoRf

     

    Cláusula de Divulgación

    Manuel de Castro Muñoz de Lucas no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

    Nuestros socios

    Universidad de Castilla-La Mancha aporta financiación como institución colaboradora de The Conversation ES.

    Ver todos los asociados

    CC BY ND
    Creemos en el libre flujo de información
    Republique nuestros artículos libremente, en impreso o digital, bajo licencia Creative Commons
  • Medio ambiente 2021: Decisiones lentas frente a un cambio climático que se acelera

     Shutterstock / NicoElNino

    En materia de medio ambiente, el año que ahora llega a su fin arrancó vestido de azul. Enero de 2021 marcó el inicio de la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible, proclamada por las Naciones Unidas, que se alargará hasta finales del 2030.

    El director del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) Josep Lluís Pelegrí Llopart nos ha explicado el objetivo de esta iniciativa: promover una gestión de los océanos y costas basada en el conocimiento científico, que haga de los océanos saludables uno de los pilares para el progreso de toda la humanidad.

    Será difícil, por no decir imposible, alcanzar un desarrollo sostenible con unos mares enfermos. Albergan una enorme biodiversidad, desempeñan un papel determinante en las precipitaciones, son los grandes repositorios y distribuidores de la energía solar y regulan los gases de efecto invernadero.

    El inicio de esta década ha inspirado la serie Océanos 21. En ella, a lo largo de los últimos meses, hemos publicado numerosos artículos que describen la situación en los principales océanos del mundo y hablan de algunos de los principales problemas a los que se enfrentan, como la contaminación acústica y el cambio climático.

    Un nuevo informe del IPCC

    En agosto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicó su informe más completo sobre la ciencia del cambio climático desde 2013.

    En la evaluación se presentan nuevas evidencias que responsabilizan del cambio climático a las actividades humanas. El análisis confirma que el calentamiento se está acelerando, al igual que la subida del nivel del mar, y que los fenómenos climáticos extremos (olas de calor, lluvias torrenciales, periodos de sequía) han aumentado en frecuencia e intensidad debido al hombre.

    Para Fernando Valladares, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, reducir la emisión de gases de efecto invernadero exige frenar el desarrollo económico, reorganizar y limitar la generación de energía, transformar el transporte, reducir la agricultura y la ganadería intensivas y transformar las ciudades.

    Pero revertir el proceso es cada vez más complicado. Manuel de Castro Muñoz de Lucas, catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Castilla-La Mancha señala que, incluso si lográsemos reducir las emisiones de forma drástica, “la temperatura media global de la superficie tardaría algunos siglos en volver a los valores preindustriales”.

    2021, un año de extremos

    Durante este año, se han dejado notar algunos posibles indicios de esa aceleración climática. Lo estrenamos en España con una intensa ola de nieve y frío que paralizó ciudades enteras. La tormenta Filomena supuso, además, un duro golpe para las familias en situación de probreza energética, como advirtieron María Teresa Cuerdo Vilches (Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, IETcc - CSIC) y Miguel Ángel Navas Martín (Instituto de Salud Carlos III).

    En verano, mientras inusuales olas de calor azotaban Estados Unidos y Canadá, las tormentas e inundaciones arrasaban Alemania. Un gran problema en todo los casos, dice el catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá Antonio Ruiz de Elvira, es que no existen protocolos para afrontar estos fenómenos.

    Los otros protagonistas del verano han sido los incendios. Cada vez más voraces y difíciles de extinguir, los actuales se consideran de sexta generación. “Liberan tal cantidad de energía que son capaces de desarrollar un comportamiento propio y de generar vientos erráticos que les permiten propagarse de manera imprevisible”, alerta Rosa María Canals, profesora de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural de la Universidad Pública de Navarra.

    El profesor de la Universitat de Lleida Víctor Resco asegura que estamos entrando en la era de los incendios que ya no podemos apagar, aquellos que “pueden arder durante semanas o meses y que solo se apagan cuando llueve”.

    La cumbre del clima

    El 2021 se ha despedido con otra importante iniciativa de Naciones Unidas: la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), celebrada en Glasgow el pasado noviembre.

    Los investigadores Pedro Linares (Universidad Pontificia Comillas), Anna Traveset (IMEDEA - CSIC - UIB), Cristina Linares Gil y Julio Díaz (Instituto de Salud Carlos III), Gemma Durán Romero (Universidad Autónoma de Madrid), Roberto Álvarez Fernández (Universidad Nebrija) y Víctor Resco de Dios (Universitat de Lleida) nos hicieron un balance de la cumbre y del Pacto Climático resultante, firmado por 197 países.

    La reunión ha supuesto algunos pasos hacia delante. Se ha exhortado a los países a revisar sus compromisos de reducción de emisiones. También se han declarado buenas intenciones en materia de ayudas económicas a las regiones más pobres, inversión en proyectos de salud y protección de los bosques.

    Pero la reunión ha dejado en el aire algunas cuestiones. Una de ellas es el plan de financiación climática y la lista de contribuyentes. Por otro lado, aunque se planteó poner fin al carbón y las ayudas a los combustibles fósiles, no se han fijado medidas firmes.

    Los próximos años serán decisivos para que se concreten todos estos aspectos. De momento, los países han acordado reunirse en noviembre del 2022 en Egipto para presentar unos compromisos más ambiciosos para reducir emisiones. Veremos si entonces llegan con los deberes hechos.

    Fuente: Lucía Caballero Medio Ambiente y Energía / Coordinadora editorial